Casino Royale

Esta noche he ido a ver al cine el estreno de la última película de la saga 007: Casino Royale. He de decir que ya me había cansado de esta saga a causa de sus últimas entregas. James Bond se había convertido en un personaje demasiado fanfarrón e irreal para mi gusto, y la dinámica de las películas estaba cada vez más alejada del modelo de película de acción que me gusta. En esto aparecieron las películas de la saga Bourne, y mandé a don 007 a paseo.

Si algo puedo decir de esta nueva entrega es que me ha reconciliado con este personaje de ficción, al precio, claro, de darle un buen cambio de rumbo. Casino Royale conserva ciertos tópicos de la saga 007, pero me lo tomo como un inevitable hilo conductor con el resto de los episodios. El principal cambio lo representa Daniel Craig, claro, que hace de James Bond (a la izquierda). Creo que es el primer actor rubio que hace este papel, y desde luego de todos los intérpretes es, visiblemente, el que tiene la musculatura más desarrollada. En este sentido, el James Bond de Casino Royal es más bestia y menos fino que los anteriores, y aunque este comentario suene bruto, pienso que es así como debe ser. No estamos hablando de un espía, sino de un asesino. Si algo me hartaba de los anteriores 007s es que jamás se despeinaban, pasase lo que pasase, y jamás se veían involucrados en escenas realmente tortuosas a pesar de su burda profesión. Con esta película ha llegado el cambio, por fin. Por momentos, uno llega a pensar que este James Bond es una bestia entrenada para matar, sin conciencia y sin remordimientos. Pero insisto, el protagonista de esta saga es un asesino al servicio de Su Majestad, no el relaciones públicas de un hotel de cinco estrellas. No obstante, esta película presenta un Bond que sangra y al que le quedan cicatrices, que está al borde de la muerte y que tiene errores de bulto. En fin, un Bond más humano, aunque sin pasarse. A fin de cuentas es "Bond, James Bond".

Por supuesto, la película sigue teniendo sus fanfarronadas y sus 'jaimitadas' en las escenas de acción, pero resultan menos cantosas e infantiles que en las anteriores películas. Supongo que la rivalidad de la saga Bourne ha espabilado un poco a los responsables de esta película. Por lo demás, la chica, Eva Green, está deliciosa, espléndida, pero no tan artificial como las anteriores (además, es morena, que para mi gusto son las mejores, aunque no sean las más apreciadas por buena parte del público masculino). Siempre me han parecido muy artificiales las llamadas "chicas Bond", al menos ésta también cambia un poco los tópicos de la saga. En fin, para resumir, es una película buena y entretenida, pero tampoco esperéis una joya cinematográfica:� no deja de� ser una película de 007...