Católicos y liberales

Estoy asistiendo estos días a algunos debates que, si no viese la fecha, los daría por sacados de los albores del siglo pasado o de finales del siglo anterior. Entre otras lindezas, he tenido que leer cosas como ésta: "ser liberal es más pecado que ser blasfemo, ladrón, adúltero u homicida, o cualquier otra cosa de las que prohíbe la ley de Dios y castiga su justicia infinita". Casi nada.

Perlas como ésta las escribió en 1884 el canónigo barcelonés Félix Sardà i Salvany en un libro que lleva por título "El liberalismo es pecado". El libro cayó en manos del que sería el fundador del PNV, Sabino Arana, influyéndole notablemente en la formulación de un nacionalismo vasco integrista y antiliberal. Hoy en día Sardà es uno de los autores favoritos del lefevrismo y del tradicionalismo carlista.

Es muy chocante encontrar alegatos así más de un siglo después de la publicación por el Papa León XIII de la Encíclica Rerum Novarum (1891), que es un precioso alegato en defensa de la libertad. En esa Encíclica se pueden encontrar pasajes como éste:

No es justo, según hemos dicho, que ni el individuo ni la familia sean absorbidos por el Estado; lo justo es dejar a cada uno la facultad de obrar con libertad hasta donde sea posible, sin daño del bien común y sin injuria de nadie."

José Vidamor Yu, profesor de Teología de Manila, durante una conferencia mundial organizada por la Congregación para el Clero sobre Iglesia y Estado, explicó la originalidad y el carácter novedoso de la Encíclia de León XIII en los siguientes términos:

Algunos católicos trataron de reconciliar los valores del liberalismo y el cristianismo. León XIII fue el primer papa que buscó una solución a los conflictos retomando los principios tomísticos sobre la relación entre la Iglesia y el Estado. Al mismo tiempo, intentó restablecer la influencia de la Iglesia en la sociedad y también el regreso a los principios cristianos de aplicación concreta en la relación entre la Iglesia y la democracia."

La Iglesia recogió y desarrolló estos conceptos a lo largo del siglo XX, y muy especialmente durante el pontificado de una de las figuras más grandes y brillantes de nuestro tiempo: el Papa Juan Pablo II. En su Encíclica Centessimus Annus, conmemorando el centenario de la "Rerum Novarum", el Papa Wojtyla afirmaba:

La moderna economía de empresa comporta aspectos positivos, cuya raíz es la libertad de la persona, que se expresa en el campo económico y en otros campos."

Algunas personas confunden conceptos tan diferentes como liberalismo político y relativismo moral. Entiendo que haya gente que cae en ese error por desconocimiento, pero me cuesta más entender que haya personas que puedan persistir en él conociendo las obras citadas. Insistir hoy en día en afirmaciones tan burdas como que "el liberalismo es pecado" es hacer oídos sordos a más de cien años de Magisterio de la Iglesia en defensa de la libertad de la persona y de la democracia. Creo que, en este sentido, no son precisamente los planteamientos de los católicos liberales los que entran en conflicto con la doctrina católica...

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Comentarios:

  1. Me guardo la Esttatua de la libertad; igual la uso.

  2. Marcial

    La Historia se repite.
    Mira, en definitiva, conceptos como la distinción entre izquierdas y derechas, derecha sociológica, conservador, liberal, socialdemócrata, centro… me aburren. ¿Por qué es todo tan liado?
    Soy católico y mi Constitución es el Evangelio.

  3. Ese tema lo comenta bastante, pero desde el punto de vista que criticas, el Embajador, que es carlista. Yo ya he desistido de discutir ese tema con él. Es buena persona, pero tiene una cierta obcecación con el tema del liberalismo y con el PP.

    Hay mucha gente que tiene la concepción americana del liberalismo, que de liberalismo tiene muy poco, o que tiene la idea del liberalismo como el anarcocapitalismo.

    Es cierto que éste último se encuadra dentro del liberalismo y es inmoral, pero el liberalismo no es una doctrina única y fija, es una corriente muy, muy amplia, que abarca cosas tan diferentes como el mencionado anarcocapitalismo y el minarquismo, donde nos encuadramos la mayor parte de los católicos, aunque muchos no lo sepan denominar.

    El minarquismo defiende una estructura estatal reducida, que permita el libre desarrollo económico y social, pero con competencias sobre cheque escolar y sanitario, infraestructuras, etc. Aunque requeriría explicaciones más amplias, pero en líneas generales se trata de que el estado vigile lo necesario para evitar los abusos pero que dé libertad a la persona. Es perfectamente compatible con el cristianismo y es la idea del estado que tienen la mayoría de los católicos.

  4. Agnetem

    Pues no sé si entrar en el debate, Elentir. Es muy difícil debatir con semejantes personajes; ya lo has visto. Y tengo la sensación de que es gastar mi tiempo y dilapidarlo; porque a alguien con semejante cerrazón mental, poco puede influirle cualquier prueba racional.

    De hecho, creo que hay un malentendido enorme entre el «liberalismo» que condenó Gregorio XVI en la Encíclica «Mirari vos» y, más específicamente, Pío IX en la «Quanta cura» y Pío X en la «Pascendi»; puesto que estas condenas no son contra el liberalismo económico, ni contra la defensa, frente a toda opresión, de la libertad (valor fundamental y constitutivo del hombre como ser racional así creado por Dios), sino contra desviaciones y errores dogmáticos y morales derivados del liberalismo filosófico, basado en una supuesta autonomía del hombre ante Dios y ante la ley moral objetiva como norma última de conducta.

  5. Ignacio, te puedo enviar la imagen completa, que ésta es más alta.

    Marcial, hay planteamientos muy variados de las cosas, y desde luego distinciones como liberales, conservadores, socialdemócratas, etc., son más actuales y válidas hoy en día que distinciones de derechas e izquierdas (una dicotomía que surgió en los años de la Revolución Francesa y que, en mi modesta opinión, hoy en día ha quedado agotada). Además, piensa que el hecho de ser católico no obliga a nadie a ser liberal (ni tradicionalista, ni integrista), pero hay personas que sí pretenden obligarnos a los demás católicos a suscribir sus opiniones políticas como si fuesen las únicas válidas para los buenos cristianos. De ahí este artículo.

    Interruptor, muchas gracias por tu mensaje, me ha parecido muy completo. Desde luego, yo no soy anarco-capitalista, es una ideología que me tira para atrás. Tampoco soy partidario de la desaparición del Estado. Defiendo algo tan cristiano como es el principio de subsidiariedad: que el Estado no pretenda usurpar el sitio que le corresponde a la sociedad y que ceda protagonismo a la iniciativa social e individual, algo que siempre ha dado frutos positivos en muchas naciones y ha permitido su progreso. El problema es que algunas personas todavía confunden términos como liberalismo, relativismo, anarco-capitalismo, etc., y así no hay quien debata nada…

    En fin, Agnetem, tú los has visto en acción. Quizás lo que más me molesta -y en esto creo que estamos de acuerdo- es en el empeño de algunos en recurrir al insulto, la criminalización y la satanización de todos aquellos católicos que no pasamos por el aro de ciertas ideologías ultramontanas. El caso que he puesto del canónigo Sardà es un buen ejemplo de ello. Que alguien se presente hoy en día en un debate con semejante soflama, en fin, me deja perplejo. No me extraña nada que personas con planteamientos como ése sean incapaces de obtener siquiera un diputado.

  6. Hola Elentir.

    Acabo de lanzar un meme sobre la pillada que La Razón ha hecho a la fundación Marx. Te lo paso

    http://prevostmazp.blogspot.com/2007/04/meme-cataloga-con-gas-la-fundacin-de.html

    👿

  7. Tomo nota, Prevost, en cuanto tenga un minuto me pongo a ello. 😉

  8. ‘Solo se que se nadar’ (Johnny Weissmüller) xD

  9. Sin ánimo de extenderme demasiado: En 1864 Pio IX publica la encíclica «Syllabus» donde se hace condena expresa del liberalismo. Desde entonces no ha habido ningún documento pontificio de similar rango que haya levantado esa condena.

    De hecho en 1888 Leon XIII en la encíclica «Libertas» vuelve a condenarlo llamándolo: «Doctrina perniciosa para el individuo y la sociedad».

    Posteriormente San Pío X, Pío XI, y Pío XII si hicieron algo fue reafirmar esa condena.

    La «Centessimus Annus» conviene leerla entera (como toda encíclica) para hacerse una idea cabal de lo que dice el Papa. Por ejemplo, unos párrafos más abajo de los citado en esta entrada dice: «A pesar de los grandes cambios acaecidos en las sociedades más avanzadas, las carencias humanas del capitalismo, con el consiguiente dominio de las cosas sobre los hombres, están lejos de haber desaparecido; es más, para los pobres, a la falta de bienes materiales se ha añadido la del saber y de conocimientos, que les impide salir del estado de humillante dependencia.»

    La confusión de conceptos que se observa en esta entrada es bastante común entre católicos con la mejor de las intenciones y procede de identificar «liberalismo» con libertad. Los Papas han dejado claro varias veces que esa identidad es falsa.

    De la misma manera no se puede pretender desgajar el liberalismo «económico» del «político» o «filosófico». Ninguno se entiende sin el concurso de los demás.

    La libertad de empresa, la libertad de la persona (¡ojo! de la «persona» no del «individuo»), la libertad de iniciativa privada, no son conceptos «liberales» son conceptos humanos y por tanto cristianos. No hace falta ser «liberal» para aceptar dichas libertades concretas.

    Interruptor- No recuerdo haber discutido el tema del liberalismo contigo. Tengo mala memoria, eso si. Desde luego quedo a tu disposición para hacerlo cuando tu quieras.

    Y aclaro que el carlismo nada tiene que ver con organizaciones cismáticas del tipo FSSPX, ni con el nacionalismo vasco, como se podría llegar inferir del contenido de esta entrada.

  10. Embajador, lo siento mucho, pero si te empeñas en confundir el liberalismo filosófico con el político, para extender a éste la condena de la Iglesia contra aquél, lo que estás haciendo es llevar la condena de la Iglesia al terreno que a ti te conviene políticamente. Eso no me parece muy ético. Y desde luego, si me dan a elegir entre esa utilización fuera de lugar de una condena de la Iglesia y las afirmaciones hechas por un prestigioso Profesor de Teología en una conferencia mundial organizada por la Congregación para el Clero de la Santa Sede, pues, en fin, como que tengo muy clara la elección.

    Por otra parte, tendencias liberales hay muchas, como bien ha señalado Interruptor. Claro que si tendemos a simplificar, entonces tendríamos que decir que el carlismo es, hoy en día, una tendencia política republicana, de izquierdas e incluso ha apoyado el Pacto de Lizarra… Yo sé distinguir la CTC del Partido Carlista, y sé que a muchos carlistas tradicionalistas os molesta que se confundan ambas. Sería de agradecer que eso que tanto os molesta que hagan con vosotros no lo hagáis vosotros con los liberales.

  11. Marcial

    Mi afirmación está tomada de una homilía del abad del Valle de los Caídos e iba por lo de que por encima de todo se es cristiano (católico).
    Y que las ideas que no nacen del Evangelio pues como que me desilusionan y casi me dan igual.
    A efectos prácticos, a la hora de ir a votar, creo que no hay diferencias ostensibles entre las ideologías (o lo que queda de ellas) de hoy en día. Están los partidos pequeños que todos conocemos pero que no pueden hacer nada ni representar casi a nadie, salvo aportar a los grandes partidos.
    Tal vez estemos ante una época de ausencia de ideas y cojamos o «refritamos» las antiguas.
    Saludos.

  12. Bueno, Marcial, yo no pretendo encontrar en el Evangelio soluciones para la forma de Estado actual, la regulación de los impuestos, la sanidad, etc. De hecho, no me gusta la política de corte confesional por la tendencia que tiene a arrogarse para sí, de forma exclusiva y excluyente, el adjetivo «católico». Los cristianos somos libres para elegir entre las opciones políticas que nos parezca, dentro de unos mínimos que pasan por respetar los derechos y la dignidad humana, la libertad y el bien común. Hay un montón de posibilidades.

  13. Marcial

    ¿No?
    Estamos con lo mismo: los conceptos. Yo no he hablado de confesionalidad. Ni la sugiero. Ni tiene nada que ver con el fundamentalismo. Es una cuestión de inteligencia. Simplemente digo que si por encima de todo tenemos a Dios, seamos católicos, baptistas, evangélicos, etc. tendremos soluciones para todo sin ir contra nuestra conciencia. Además, ¿no es un compromiso del Bautismo ser Luz del Mundo? ¿A quién le vamos a dejar el Mundo para que lo gobiernen, fijen los impuestos, sanidad, etc.?

  14. Libertas

    Elentir, casi completamente de acuerdo.

    Embajador, ya que recomiendas lecturas, va una importante y más reciente, el Discurso a los cardenales etc de la Curia, de 22 de diciembre de 2005, en la página del Vaticano. Seamos honestos. 😐

    ———————-

    Si no se lee completo, se entiende malamente, ocurrirá como cuando lo de Ratisbona. Pero destaco estas frases

    «¿Por qué la recepción del Concilio, en grandes zonas de la Iglesia, se ha realizado hasta ahora de un modo tan difícil? Los problemas de la recepción han surgido del hecho de que se han confrontado dos hermenéuticas contrarias (la de la discontinuidad y la de la reforma) y se ha entablado una lucha entre ellas. Una ha causado confusión; la otra, de forma silenciosa pero cada vez más visible, ha dado y da frutos»

    «Precisamente en este conjunto de continuidad y discontinuidad en diferentes niveles consiste la naturaleza de la verdadera reforma. En este proceso de novedad en la continuidad debíamos aprender a captar más concretamente que antes que las decisiones de la Iglesia relativas a cosas contingentes —por ejemplo, ciertas formas concretas de liberalismo o de interpretación liberal de la Biblia— necesariamente debían ser contingentes también ellas, precisamente porque se referían a una realidad determinada en sí misma mudable».

    «Era necesario aprender a reconocer que, en esas decisiones, sólo los principios expresan el aspecto duradero, permaneciendo en el fondo y motivando la decisión desde dentro. En cambio, no son igualmente permanentes las formas concretas, que dependen de la situación histórica y, por tanto, pueden sufrir cambios. Así, las decisiones de fondo pueden seguir siendo válidas, mientras que las formas de su aplicación a contextos nuevos pueden cambiar».

    ———————————-

    😀 Se entiende. No podemos quedarnos en el XIX, ni en el XX. Hemos de leer todos los documentos del Magisterio, para ser fieles a la verdadera doctrina de Cristo en su Iglesia, que es siempre antigua y siempre nueva.

  15. Muchas gracias por las respuestas.

    Sigo sin ver ningún documento del Magisterio de la Iglesia de similar importancia a los que yo he citado donde se levante expresa y claramente la condena que la Iglesia ha hecho y ha repetido en numerosas ocasiones contra el liberalismo.

    Por supuesto cada uno puede escoger entre la amplia multitud de textos de los Papas, de teólogos más o menos reconocidos y de católicos relevantes lo que apetezca para apoyar su personal postura. Y eso me incluye a mi.

    Por eso, para evitar multiplicidad de textos e interpretaciones que contribuyen a diluir el debate, he preferido centrar el mismo en los documentos que dentro del Magisterio tienen más importancia: Las encíclicas. Pediría que todos nos centráramos de momento en los mismos. Gracias

  16. Embajador, pero ¿no fue contigo con quien mantuve una discusión similar en el blog de Montse? Ahora me haces dudar si fue contigo o con Andrés Peral (el antiguo co-bloguer de Montse).

    Pues si no fue contigo, perdóname, porque debe dar la impresión de que hablo sobre ti en otros foros de lo que no he hablado contigo, y eso es algo que no hago. Discúlpame.

    Sobre el tema, sólo repetirme en un detalle, lo que actualmente se conoce como liberalismo no es una doctrina ni un corsé, es una tendencia o una corriente muy amplia que abarca diferentes cosas. He puesto en concreto dos ejemplos que son casi una antítesis y ambas se encuadran dentro del liberalismo.

    Todos los católicos (supongo) estamos de acuerdo en que el capitalismo llevado a sus últimas consecuencias es sumamente pernicioso, tanto para la persona como para la sociedad en su conjunto. Pero lo que dices de la libertad de empresa, de la persona y de la iniciativa privada es la base del minarquismo. Evidentemente no lo es del anarcocapitalismo que va en contra, directamente, de la libertad de la persona pues deja de considerarla como tal para considerarla algo equiparable a un bien de consumo (ese el uno de los motivos por el que abandoné el blog en el que antes posteaba y que pertenecía a Red Liberal, porque, en nombre del liberalismo y en concreto del anarcocapitalismo, se defendía en demasiadas ocasiones la consideración de la persona y del cuerpo como una propiedad privada).

    Actualmente el concepto de liberalismo es muy amplio y no todo en él es bueno ni mucho menos, es más, dentro de esa corriente hay muchas cosas perjudiciales y peligrosas. Pero no creo correcto condenar a TODO el liberalismo.

    Un saludo, y reitero mis disculpas si no fue contigo con quien hablé de esto.

  17. Embajador, arriba he citado dos encíclicas, la «Rerum Novarum» y la «Centessimus Annus». Entiendo que pueden dar lugar a numerosas interpretaciones. De entre las muchas que puede haber, he puesto la que hace un Profesor de Teología muy reconocido por la Santa Sede. Creo que, como tal, es una persona con bastante autoridad para interpretar esas Encíclicas.

    Yo, desde luego, doy más valor al criterio de este Profesor que al de cualquiera de los que opinamos aquí, que aun teniendo mucha cultura y conocimientos, no somos Profesores de Teología ni tenemos su nivel de conocimientos y una autoridad tan reconocida como la suya (bueno, al menos que yo sepa, a lo mejor tengo a algún Profesor de Teología escribiendo por acá y no me he enterado). 🙂

    P.D.: en todo caso, sí quiero decirte que es un placer debatir contigo en estos términos y en estas formas. 😉

  18. Iosumadre

    Soy agnóstico y no católico, pero coincido plenamente con la visión minarquista compartida por la mayoría de los participantes de este foro. Creo que es un simple asunto de sentido común: el Estado no puede dominarlo todo, porque entonces es un cíclope incontrolado y tiránico, pero si todo se deja exclusivamente al albedrío de las empresas e iniciativas privadas (como ocurre en gran medida en EEUU) existe el riesgo de que ese poder privado se erija en mastodonte indiscutible, exactamente igual que puede suceder con el público.

    La clave está en una complementariedad. El individuo debe optar por la solidaridad, por el bien común. Pero ese bien común debe respetar siempre al individuo, que a fin de cuentas es el que posibilita la construcción del bien común, la madre del cordero, el que tiene siempre la última palabra y la máxima dignidad.

    Tema complejo, éste de la política. Y muy profundo, más de lo que mucha gente hoy en día cree.

  19. Cristóbal Ll.

    Absolutamente de acuerdo con Embajador.
    El liberalismo, como lo que es, (una concepción filosófica del hombre) está repetida y reiteradamente condenado como pecado por la Iglesia.
    De ahí, los sistemas políticos ‘liberales’ (actualmente la democracia liberal) son hijos de esta concepción e inspirados en ella.

    Os recomiendo el mejor artículo que yo he visto sobre este tema: «La verdad os hará libres» de Juan Manuel de Prada

    http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=2947&id_firma=5291

  20. Lo siento, Cristóbal, pero Doctores y Papas tiene la Iglesia, y no conozco a ninguno que se llame Juan Manuel de Prada…

    Me pasma que aún haya gente que se empeñe, a estas alturas de la historia, en confundir ciertas condenas eclesiales contra el liberalismo filosófico (lo que hoy llamamos relativismo) con el liberalismo político y económico. Es como decir que matar a alguien en legítima defensa es pecado porque hay un mandamiento que dice «no matarás».

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