Un día para el corazón

Hoy es el Día Mundial del Corazón. El mal funcionamiento de este órgano se cobra cada año 130.000 vidas en España; los males asociados a él son ya la primera causa de muerte en el mundo. A estas cosas de la salud siempre les he hecho poco caso hasta que este año se me han juntado algunas dolencias y las he pasado canutas, así que os recomiendo los consejos que publica El Mundo para evitar desgracias futuras. Eso sí, me resulta difícil respetar estrictamente el tercer consejo: no sé vosotros, pero yo soy incapaz de imaginarme la vida sin las insanas burbujas del Kas Naranja...

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Comentarios:

  1. eos

    Una noticia muy interesante. Lo de la sal en mi caso no es posible aparte que tengo la tensión baja si no tomo sal me dan calambres 😉

  2. Este tema no va con los nazional-sociali$tas, ellos no tienen corazón xD

  3. Javier

    Elentir: No sé si las burbujas del “Kas de Naranja” son sanas o no pero, te diré que, si les echas un poco de hielo y… un tanto como así de “Vodka” en el vaso, se te alegrará el corazón y sino fíjate como hay quien, a la hora del brindis, dice: ¡Venga alegría, arriba los corazones!

    Un abrazo.

  4. Eos, yo también soy de tensión baja. Creo que antes moriremos de un desmayo que de un ataque… 😉

    Cerrajero, algo tendrá que les impulsa la sangre, ¿no? 🙂

    Javier, el Kas Naranja es lo bastante precioso como para mezclarlo con nada. Y ya puesto a hacer mezclas, prefiero el ron al vodka. 😛

  5. Javier

    Con el vodka o con el ron
    yo me cojo unas cogorzas
    que causan admiración.

    Si además las aderezo
    con naranja o con limón,
    las cogorzas que me cojo
    me sirven de redención.

    No conocí nunca a nadie
    que por dar gusto al porrón
    perdiese por mucho tiempo
    el juicio o la razón.

    Sin embargo sí conozco
    a quien, por falta de alcohol,
    anda siempre avinagrado
    y falto de corazón.

    ¡Vivan vinos y licores!,
    y los pinchos de jamón
    que, mientras el cuerpo aguante,
    son la mayor bendición.

    Un abrazo y… nada hay tan malo como la falta de moderación. Bebamos y cantemos mientras podamos; eso sí, sin perdernos de vista. La alegría es necesario que dure más que la esperanza, sino fuese así, entonces estaríamos definitivamente perdidos.

  6. Javier, eres la leche, tienes poemas para todo. 🙂 Éste me ha hecho mucha gracia. 😉

  7. Diga usted muy rápido sin leerlo:

    «Con este puñal de acero me descorazonaría yo!»

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