La política como escondite

Sé que a alguno le extrañará leer esta reflexión en un blog político, aunque no me guste esa etiqueta para definir a Contando Estrelas, pero estoy empezando a pensar que los españoles usamos demasiado la política como escondite, y cuando me refiero a la política no lo hago aplicando el significado de la RAE que más me gusta (Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo), sino al que más me repugna: Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. Muchas veces incurrimos en el error de atribuir la solución de cualquier problema a un cambio político, como si la solución a casi todos los problemas de nuestra sociedad se circunscribiera a los palacios de gobierno y a las cámaras de los parlamentos. ¡Qué equivocados estamos!

Los españoles tenemos que tomar conciencia de que cualquier cambio político o social empieza en cada uno de nosotros. Es a nosotros, desde el ámbito personal, a quienes nos corresponde confrontar nuestra visión de las cosas con la realidad, expresarla y cotejarla con las visiones de otros y trabajar, en la medida de lo posible, para que aquello que consideramos justo y razonable sea compartido por más gente. De poco o nada sirve tener una opinión sobre cualquier tema si nuestro compromiso personal al respecto se limita a echar una papeleta en una urna.

El grado más extremo de ese error de planteamiento es creer que un problema se acaba con un cambio de gobierno, de régimen o incluso de sistema. Esa idea convierte la política en una utopía, un mundo fantástico en el que existen metas tan ideales como irrealizables y que nos permiten instalarnos en posiciones muy cómodas. Y es que, a fin de cuentas, si alguien piensa que tal o cual problema se arreglaría con cosas que están fuera de su alcance, ¿para qué molestarse en conseguirlas? O en caso de luchar por alcanzarlas, ¿por qué ser autocrítico si jamás se alcanza esa meta ideal, ni tan siquiera otras metas intermedias? La culpa siempre la tendrá la política, ese genial escondite.

Lo más difícil es también lo más inmediato a nosotros, lo que nos enfrenta en primera persona con la realidad, y no estoy hablando de hacer una carrera política, sino de cosas tan cercanas como el reto educativo que tienen que asumir todos los padres, o la labor de pedagogía social que hacen muchas entidades cívicas. Y es que confrontar nuestras opiniones con la realidad y convencer a otros de la bondad de nuestros planteamientos es algo muy arduo y complejo, y aunque muy necesario, siempre es una labor muy poco agradecida, pues requiere de grandes dosis de paciencia para consolidar cada meta que se alcanza y para no desesperar en el empeño. Pero al final, esta labor siempre da sus frutos.

Sin ir más lejos, el 17 de octubre nos ofrece una excelente ocasión de "hacer sociedad". Y es que no sólo abordamos un problema político -una reforma legislativa que pretende liquidar el derecho a vivir en las primeras semanas de existencia de todo niño o niña-, sino también un problema social que no podemos eludir: la normalización de algo tan cruel e inhumano como es matar a un ser humano inocente e indefenso en el sitio donde se debería sentir más protegido: el vientre materno. Si hacemos algo por convencer a nuestros familiares, amigos y conocidos de las razones que nos llevan a salir a manifestarnos, de la necesidad de proteger la vida desde sus inicios y de lo absurdo que es llamar "derecho" a matar a un ser humano, entonces habremos dado un gran paso para que este problema se solucione.

Enlaces relacionados:

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Comentarios:

  1. Buenas Elentir:

    Te dejo dos link para que empecemos bien el día. Ya verás por qué te lo digo (si quieres una explicación más detallada la tienes en mi blog). Un fuerte abrazo.

    http://www.lne.es/sociedad-cultura/2009/09/20/sociedad-bibiana-aido-hijo-plastico/810566.html

    http://www.hazteoir.org/node/23901

  2. En resumen, es un activista provida de los quince largos que nos reunimos hace tres semanas en el monasterio de la Hermandad de San Juan en Valdediós. ¡Un puntazo!

  3. Javier

    ¡Cierto!, y la mejor forma de llevar a cabo una política aceptable es la que se ejerce con Educación, Cultura y Sacrificio, cualidades todas que sirven de cimiento enriquecedor individual y colectivo de la sociedad.

    Con respecto al tema del aborto, que en mi opinión es una barbaridad inaceptable e impropia de pueblos civilizados, sólo nos queda, una vez aprobada la ley, permitir que se hagan hamburguesas con los desechos, productos de perfumería y abono para la tierra.

    Un abrazo.

  4. Compartimos tesis.

  5. La política debería ser un reflejo de la sociedad y materializar las necesidades reales de las personas. Sin embargo, se ha convertido en un campo ideológico cerrado. Es hora de recuperar el protagonismo y tomar las riendas de nuestro futuro.

  6. Totalmente de acuerdo. Hay demasiadas esperanzas puestas en los partidos políticos. Cuando el cambio real vendrá de la sociedad española, de la gente libre de las ataduras y las cadenas de los partidos y de las instituciones, sin duda.

  7. Daniel, vi la noticia ayer. Un valiente, sí señor.

  8. Eso se hará (lo de tener esperanzas al cambio político) hasta que el ciudadano se quite la venda de los ojos y vea cómo lo único que quieren toda esta pandilla de alimañas y sanguijuelas que componen Congreso y Senado es o bien poder como sea (ZP, Rajoy,…), o enriquecederse no necesariamente de manera ilegal sino aprovechándose de los generosos sueldos cuando no valen ni para estar en el paro (Rajoy, ZP, Leire, Bibi, Trini, «Carma», etc) o bien para perjudicar los intereses de la nación mediante los mecanismos que la misma posibilita (PSOE, CiU, PNV, ERC,…).

    Con gentuza así, ¿quién quiere confiar en nadie? Los ciudadanos sólo importamos, en términos nacionales, cada cuatro años. El resto del tiempo importamos lo mismo que el apareamiento de los gamusinos.

  9. Juan

    Llevas toda la razón en la necesidad de que la ciudadanía se exprese mucho más. Internet ayuda mucho a ello.
    De todos modos, algunos cambios como las listas abiertas ayudarían a que el sistema político fuera algo más fiable y reflejara mejor el parecer de los ciudadanos. Pero, obviamente, los políticos no quieren eso.

  10. A mi perticularmente me tiene absolutamente decepcionada la política, cada vez me produce más desgrado ver las caras de esta panada de simberguenzas, mentirosos y vividores a costa de la presión económica de las familias de clase media.
    Hay pocos políticos que sean personas de peso,se pueden contar con los dedos de una sóla mano.
    Esto tiene que dar un cambio y rápido, porque si no aquí, me temo, acabará ocurriendo algo gordo, de seguir con tanto atropello y persecución a los que no le doran la píldora.
    me encanta tu blog y como gestionas.
    Un saludo y gracias

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