Descubriendo a un líder

Aunque Aristóteles en "La Política" escribió algunas barbaridades de gran calibre, hay algo que suscribo de su el capítulo primero: "el hombre es un ser naturalmente sociable". Nuestra condición nos empuja a buscar el contacto con otros seres humanos para encontrarnos a nosotros mismos. De hecho, una de las cosas que más acusamos -de todos los males que nos visitan de vez en cuando- es la soledad. A menudo el temor a la soledad nos lleva a no dar un paso arriesgado por temor a provocar el rechazo de los demás y a quedarnos aislados de nuestro entorno. Aunque nos jactemos de no dar importancia al "qué dirán", la verdad es que nos importa y mucho. Es por eso que muchas personas se pasan la vida esperando a que otro dé ese primer paso e incluso a que se sumen algunos más, antes de arriesgarse a darlo ellos.

Esta actitud ante las cosas de por sí no tiene nada de censurable. A fin de cuentas, el miedo a una amenaza es lo que nos hace precavidos. De hecho, la valentía es una virtud admirada pero que muchos no se pueden permitir, porque un acto de valor expondría a sus familias o amigos a posibles calamidades. En las situaciones de opresión o de dificultad ese escenario es el más común. En los momentos adversos es un sueño muy común pensar en un líder que nos dirija, que se atreva a dar el primer paso.

A menudo se habla de la necesidad de un líder político valiente, que tome las riendas y sea audaz, y también de líderes sociales, ya sean formadores de opinión en medios de comunicación, en movimientos sociales o en el ámbito religioso. Obviamente, es positivo que en toda sociedad haya personajes públicos que den buen ejemplo. Sin embargo, creo que a veces nos ensoñamos demasiado con la idea de una persona valiente, un héroe o una mente privilegiada que nos va a sacar del atolladero y a guiarnos hasta un paraíso terrenal. Al fin y al cabo, los líderes son seres humanos como nosotros, con defectos y debilidades. Bien está seguir el buen ejemplo de una persona virtuosa, pero sin olvidar que todos -incluso los líderes- metemos la pata con frecuencia.

Creo que en momentos de dificultad como éstos no hemos de centrarnos tanto en esperar a un líder que nos guíe como en atrevernos a dar nosotros ese primer paso. Y por supuesto, no me estoy refiriendo sólo a cuestiones políticas, y digo esto porque es frecuente reducirlo todo a una cuestión de ideologías y bandos. Hay quien da ese paso cada día, superando las dificultades más cotidianas y asumiendo retos tan difíciles como fundar y mantener a una familia. Algunos dan el paso yendo a colaborar en labores de diversa índole, entre ellas algunas muy necesarias ahora que la pobreza y el paro causan tantos estragos. Y por supuesto, hay gente que también da ese primer paso en la política, y no tiene que ser afiliándose un partido. Dar ese paso en política es, por poner un ejemplo, atreverte a dar tu opinión sobre un asunto público escribiendo una carta al director de un periódico.

Podría dar miles de ejemplos de personas que, en el fondo, son "líderes" y no se dan cuenta de ello. Se han atrevido a dar pasos arriesgados con fines muy nobles como servir a los demás, y con esto incluyo a quienes lo dejan todo cada día por mantener y alimentar a sus familias. Así que la próxima vez que alguien te diga que tu país -el que sea- necesita un líder, mírate a un espejo y piensa si, en el fondo, tú puedes dar ese paso valiente en cosas grandes o pequeñas (es muy atrevido valorarlas de una forma u otra en función de su repercusión pública, ¿o acaso es menos valiente una madre que trae a un bebé al mundo que un político que da un discurso atrevido en un foro público?). En fin, que a lo mejor tienes un líder en casa y no te habías enterado. Tal vez sea hora ya de que lo descubras y te atrevas a dar ese paso.

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(Imagen: Glasgow Caledonian University)

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Comentarios:

  1. La búsqueda de un líder por parte de la población es también un modo cómodo de ver la situación, es decir —Si hay un líder que se encarga de todo, yo duermo tranquilo, él lo resolverá—

    Pero…¿Y si no se encarga de todo? ¿Y si es un peligro público?

    Ya comenté en su día que lo malo de situaciones adversas es que puede aparecer un populista (y cómo dice Elentir, no sólo hay que hablar de política, también en empresas con problemas he visto como los directivos contratan a un tío que, según ellos, sabía usar el látigo con los empleados, pero luego fue un zote en la gestión económica)

    El ciudadano debe abandonar la posición cómoda de dejar hacer libremente al líder, éste ha de saber que cada paso que dé está siendo vigilado y recibiendo críticas a favor o en contra de la población que quiere informarse de lo que está haciendo.

    Sin embargo, sé de mucha gente que ha empezado a mirar la situación actual cuando la crisis ya era más que palpable y no antes, cuando ya se vislumbraba la crisis, y es ahora cuando buscan a alguien que les solucione el problema.

  2. Por cierto, traes hoy un tema que suele ser muy recurrente en el «coaching» empresarial.

    Siempre se pone al ejecutivo de una empresa ante situaciones de este tipo, para que se esfuerce en buscar soluciones variadas.

    Saludos.

  3. Luis Carlos

    Uno de los problemas que tenemos es que hay mucho pasivo que espera que llegue un «Rey Arturo» en plan superheroe y que lo resuelva todo. Claro, no es lo mismo cocinar que ser crítico de cocina. A veces un lider o un alto responsable tiene que asumir riesgos, o tomar medidas impopulares por un bien futuro a plazo más largo.

    Ser un buen lider significa responsabilidad y competencia como administrador… pero aqui en el país de la pandereta y el fandango donde la incompetencia es el pan nuestro de cada día son cualidades poco frecuentes.

  4. Juana de Arco

    Brillante este articulo. Sí señor.

    En cuanto a politica, no es tan dificil la cosa, solo existe un problema de fondo que una gran mayoria desconocemos.

    Para hacer frente a una situación politica como la que padecemos, es imprescindible un líder con los conocimientos necesarios que sepa dirigir el barco. Somos muchisimos los que estamos dispuestos y nos hemos ofrecido a respaldar fisicamente a un grupo de personas que decida poner manos a la obra, mediante la aceptación de un cargo.

    Muchos de los que pedimos que salga algo YA, nos vemos impotentes por sabernos incapaces de dirigir, conocemos nuestras limitaciones y sabemos que podemos unirnos fisicamente, pero no liderar semejante batalla por falta de la preparación necesaria.

    Hay muchas personas que son líderes natos en este país nuestro, y lo son porque ya lo han demostrado, pero la cuestión es si admiten seguir esperando a «otros» o se lanzan y lideran la restaturación del barco, porque «obreros» los tendrán a patadas. Solo tienen que abrir los oidos y leer las encuestas.

    Nunca me ha gustado eso de «HEMOS conseguido…» cuando ese «HEMOS» lo han hecho otros. Un ejemplo de lo que digo son los comentarios de los periodistas deportivos, que dicen «HEMOS ganado…», aunque ellos solo hayan permanecido sentados.

    Un abrazo

  5. tboneporn

    ¿Esto de que va de los «jueces» españoles?;no dan un paso adelante por temor a que diran(sus amos),por miedo a lo que les pase a sus familias(y prebendas),son seres sociables(cierto,adheridos a la secta y con fe inquebrantable).
    Se me ha ido la olla,pero es que estoy muy cabreado con la constatacion de que nuestra nacion ha muerto.

  6. El Tíol Bastón

    ¿Y qué hay de quienes eso de seguir a un líder nos parece cosa de rebaño, y nos gusta ir a nuestra bola? Por mi parte, yo no confío en ningún líder, y menos si es el que una empresa o el propio Estado me quieren poner por encima (lo cual, lógicamente, hará para servir sus propios intereses, por lo que más que líder será alguien servil), o si es en el que confían las masas, que suele ser alguien con «carisma» sin que nadie sepa por qué. No creo que haya que seguir a nadie por un supuesto «carisma» sacado de la manga.

  7. Javier

    Comparto tu reflexión sobre la importancia de despertar el líder que llevamos dentro y salir de esa comodidad que nos tiene sumidos en la inacción. En cuanto haya alguien que gracias a tu ejemplo se pone en marcha, ya eres líder.
    Un abrazo

  8. Tboneporn, esto no va de jueces. O sí. Es una reflexión general que se nos puede aplicar a todos los españoles, salvo a aquellos que no tienen edad para dar ese paso.

  9. Afrikaner

    Creo que hay muchas personas con capacidad de liderazgo en el campo economico, social, artistico
    etc y además hay muchos que lo ejercen.
    En la politica tambien hay personas que ejercen
    o intentan ejercer el liderazgo politico, pero el problema consiste que en la politica se han
    instalado los criterios de la «selección negativa»
    (populismo, demagogia, capacidad de mentir descaradamente).

  10. Interesante artículo.

    El problema en el terreno político es que suelen dar el paso los más mediocres que no tienen ni liderazgo ni nada y se maltrata a los que de verdad podrían ser grandes líderes. Ahí tienes a Manuel Pizarro, alguien con talento, que engancha, que dice las cosas claras, que da importancia a la confianza derivado por su paso en la gestión empresarial, que le avala la defensa de los accionistas de Endesa… en definitiva, un tío que ha hecho lo que tenía que hacer cuando lo más fácil era pillar los millones que le tocarían en suerte y a desentenderse pero en el camino que finalizó en su salida millonaria consiguió un buen negocio para los dueños de Endesa. Todo ello le valió para que los mediocres políticos del PP le arrinconaran y se tuviese que ir.

  11. Anónimo

    Me ha encantado el artículo. No hace mucho vi un libro que aunque ignoro su contenido se titulaba: «Cómo hacer un líder de ti mismo». Si todos no han nacido para políticos si deben esforzarse por capacitarse al máximo allí donde les ha tocado trabajar. Eso es lo que levanta una nación.
    Por otro lado hay una palabra clave: confianza.Siempre ha hecho falta fe o por lo menos confianza para apoyar al líder. Lo que nos toca a nosotros es exigir «razones de credibilidad» al lider. No marketing de sí mismo, que puede brillar falsamente, sino curriculum real, propuestas creíbles y viables, medios, transparencia…

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