Las opiniones políticas sólo han de poder expresarse en privado

La política es algo negativo que enfrenta a las personas, incluso a los familiares y amigos, y lo deseable es que sus efectos perjudiciales para la sociedad sean limitados en la medida de lo posible. Por ello, las leyes sólo deberían permitir la expresión de opiniones políticas en la esfera privada, sin consentir su expresión pública. Lo exige la tolerancia, la convivencia y la neutralidad del Estado.

El titular de esta entrada y el párrafo anterior no representan mi forma de pensar. Antes bien, son un ejemplo de lo absurdo que parecería aplicar al ámbito de la libre expresión de ideas políticas los mismos disparates que con frecuencia aplican los laicistas a la libertad religiosa, que según ellos y en aras de sus particulares dogmas ideológicos, ha de limitarse a la esfera de lo privado, aunque con ello contradigan el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Algunos abordan el hecho religioso con la misma intolerancia, desprecio e incomprensión con que otros abordan todo lo relacionado con la política. Para algunos la religión, sin más, es algo tan negativo como lo es para otros la política, y por eso unos y otros prefieren mantenerse alejados de ambas. La diferencia es que si a los segundos no les suele molestar que haya gente que se mete en política, los primeros llevan fatal que haya personas que libremente elijamos profesar una religión. El caso es que los prejuicios de unos y otros no invalidan las libertades ni los derechos humanos de los demás. De la misma forma que no consentiríamos que un gobierno o un parlamento prohibiesen la libre expresión de opiniones políticas en público, ¿a cuento de qué tenemos que consentir que unos fanáticos quieran encerrar nuestra libertad religiosa y cercenar nuestros derechos humanos?

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Ya sé que comenté que llevar la aplicación de una ley al límite y mostrarla como absurda y peligrosa es una forma de cribar de su bondad. Sin embargo, se me pasó darme cuenta de que eso funciona con gente seria e inteligente.
    Por eso, leído el comentario de Kantonio a la anotación anterior, temo que con estos argumentos ad absurdum sólo consigamos dar ideas a los fanáticos totalitaristas.
    Pero, bueno, la denuncia hay que hacerla, y tú lo haces muy bien.
    Intentaré recogerte el testigo.
    Un saludo.

  2. renegm

    En realidad, el título del post no es descabellado. La causa del problema no son las opiniones, sino la titularidad de esa entelequia llamada «espacio público».
    En ausencia de derechos de propiedad solo puede ejerecerse la «libre expresión» a expensas de otros cuyos derechos serán pisoteados.
    Cuando no existen apenas conflictos, los roces pueden sobrellevarse. Es posible asumir los costos de las acciones ajenas como una externalidad negativa, sobre la que no se va a litigiar porque de toda externalidad negativa (o positiva) no cabe esperar compensaciones. No es el caso de España a propósito de religión y ateismo. Ambas partes perciben que la «libre expresión» del otro lado es un ataque a sus propios derechos. Y en consecuencia ambas partes reclaman que «ese espacio es nuestro».
    No creo que las posiciones sean del todo equivalentes porque como indica la historia, solo uno de los lados está dispuesto a reconocer los derechos de propiedad. La izquierda nunca reconoce los derechos de propiedad ajenos y además está siempre dispuesta a inventarse titularidades y a intervenir en ello como por ejemplo de «la enseñanza». Si una escuela, su terreno, etc son todos privados, y los acuerdos de los padres, maestros alumnos etc. son voluntarios, el estado pretenderá imponer reglas declarandose titular de ese concepto extravagante de «la enseñanza» o «la educacion».

    Este conflicto puede desaparecer y llegarse a una convivencia tolerante que no tiene soporte en ninguna virtud sino en la indiferencia. No lo espero. Es más probable que existan , como mínimo, minorías ruidosas que reclamen el favor del estado y en asuencia de derechos de propiedad claros, aceptados por todos y con un mínimo de compromiso del estado para defenderlos, las «soluciones» que vendrán serán cada vez más liberticidas e invasoras de la privacidad y los derechos individuales.

    Cita de Rothbard «La etica de la Libertad»
    «Resumiendo, lo que las personas tienen no es «derecho a la libre expresión», sino el derecho de alquilar un local y dirigirse a la gente que cruza sus puertas. No tienen «derecho a la libertad de prensa», sino a escribir o publicar un folleto y venderlo a quienes quieran libremente comprarlo (o a regalárselo a quienes quieran voluntariamente aceptarlo). Así, pues, lo que tienen, en cada uno de estos casos, es derecho de propiedad, incluido el derecho de libre contrato y transferencia, que es parte constitutiva de los mencionados derechos de propiedad. No hay «derechos de libre expresión» o libertad de prensa extras, más allá de los derechos de propiedad que una persona puede tener en cada caso concreto.»

  3. El Tíol Bastón

    Qué susto. Al leer el titular pensé que estos impresentables habían insinuado ahora que iban a promulgar una ley prohibiendo también hablar de política en público. Éstos, que hablan de política todos los días (que asisten) en el Congreso y en el Senado, y en los parlamentos de las (inventadas para desgracia de España) Comunidades Autónomas, son muy capaces de privilegiarse a sí mismos de semejante modo, tirando a la basura los derechos de los demás. Como todo son prohibiciones, me lo creo perfectamente de ellos.

  4. TEMA APARTE de interes

    Rivera en el Parlament despeja dudas, esto ya parece el día de la marmota, cada día lo mismo por los mismos. Veamos un alegato por el Estado de Derecho y la democracia.

    El vídeo está bilingüe, la parte correspondiente está con subtitulos (en la parte de superior) sin pelos en la lengua.: 13′ por la democracia, por la que hay que mantener

    http://www.youtube.com/watch?v=dj9bq5JZBTs

    recibido por email, que circule. GRacias por su publicación

    Hay que acabar con la partitocracia y seguir buscando al menos para las autonómicas y estatal, ya que locales son de proximidad y a lo mejor los conoces.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.