La Conspiración (The Conspirator)

Esta noche he ido a ver la última película que ha dirigido Robert Redford relacionada con uno de los más relevantes episodios de la historia de Estados Unidos: el primer asesinato de un presidente de ese país.

Me refiero, obviamente, al asesinato de Abraham Lincoln el 14 de abril de 1865, pocos días después de acabar la Guerra de Secesión con la rendición del General Lee. A la conspiración que dio lugar a ese magnicidio se refiere el título de la película. Revisando los detalles del proceso a los conspiradores -confieso que la película me ha llenado de curiosidad a ese respecto- y ciertas fotos de la época me he podido dar cuenta del tremendo detalle y de la preocupación que ha tenido Redford por acercarse lo más fielmente posible a estos hechos, algo comprensible pues aún hoy tienen una gran relevancia en ese país.

La película ha tenido una acogida muy regular en Estados Unidos, tanto de público como de crítica, con unos resultados de taquilla más bien pobres. A decir verdad, a mí me ha parecido una buena película, pero es posible que buena parte de su mal resultado no se deba tanto a los aspectos cinematográficos como al hecho, por un lado, de tratar de forma crítica un acontecimiento tan señalado de la historia de los Estados Unidos con una lectura, por otro lado, también aplicable a hechos que ocurren en la actualidad. Y es que precisamente en 1863 Lincoln firmó una Ley de Suspensión del Habeas Corpus, que permitía la aplicación de la ley marcial (es decir, juicios militares) a civiles y de la que se valió después el presidente Andrew Johnson para negarle el derecho al habeas corpus a Mary Surratt. En 2001 George Bush firmó otra orden similar con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, orden que acabó igual que la mencionada ley de 1863: suspendida por el Tribunal Supremo de los EEUU por lesionar derechos fundamentales del individuo.

Hay que decir, por cierto, que algunos pasajes de la película me trajeron impresiones mucho más cercanas de lo que puedan serlo hechos ocurridos al otro lado del Océano: presiones a testigos para que cambien su testimonio, subordinación de la legalidad al interés político, injerencia del poder ejecutivo en el judicial... ¿Dónde he visto yo todo esto?

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Comentarios:

  1. Entre tu comentario y el trailer me pica el gusanillo. Voy poco al cine (salgo poco en general: parado sin ingresos) pero si me animo intentaré que sea para ver ésta (los amigos mandan: ya que salgo poco lo hago en quedadas del grupo). Y si no, o me espero a la tele o me la «emuleo» 😉

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