Lágrimas colectivistas

Alguno pensará que las imágenes que se ven en este vídeo son una demostración de estupidez. No comparto esa opinión.

Este espectáculo plañidero que se está dando en Corea del Norte tras la muerte el sábado de Kim Jong-il es un simple calco del que se produjo en ese país tras la muerte de su padre y antecesor en el cargo de dictador comunista, Kim Il Sung, en 1994:

No, estas lágrimas no son muestra de estupidez, ni siquiera son una muestra de dolor por dos criminales que se han ganado a pulso un sitio en el infierno. Obviamente, el lavado de cerebro permanente al que somete a sus súbditos esa tiranía roja estará detrás de una parte de los lloriqueos que vemos en el vídeo. Pero lo que de verdad demuestran esas lágrimas es que en Corea del Norte no hay libertad ni para llorar. Atrévete estos días en ese país a no mostrar tu pena y verás la que te cae. Por muchos menos -no llevar en la solapa el pin con el retrato de alguno de esos dos tiranos, por ejemplo- han acabado encarcelados cientos de miles de norcoreanos. El comunismo puede presumir de haber partido con sus desvaríos ideológicos la dictadura más brutal, más despótica y también más ridícula del mundo.