75º aniversario del fusilamiento del marino vigués Javier Quiroga

Anoche le dediqué una entrada en el Fotoblog a esta imagen. Esperaba que algún medio de Vigo se acordase del retratado. Ninguno lo ha hecho.

La persona cuya efigie veis es el Teniente de Navío Javier Quiroga Posada, Conde de Villar de Fuentes. Fue fusilado el 11 de enero de 1937 -hace hoy 75 años- en Bilbao junto al jefe de máquinas Cándido Pérez Expósito, a manos de un pelotón de las llamadas Fuerzas Navales del Cantábrico (FNC), denominación que recibía la flota norteña de la Marina del bando republicano. Tanto Javier como Cándido eran de Vigo y formaban parte de la dotación del patrullero “Virgen del Carmen”, una gabarra dedicada a la pesca que fue artillada -como tantos otros barcos civiles- al comienzo de la Guerra Civil Española.

Quiroga se había negado a que falangistas formasen parte de la dotación del patrullero, una práctica habitual que se hacía en otros barcos de la Marina nacional para garantizar el control de la tripulación. El Teniente de Navío tenía plena confianza en sus hombres, pero éstos le traicionaron, amotinándose contra él en una salida y llevando el barco hasta Bilbao. Solo Cándido permaneció fiel a su comandante. Ambos fueron sometidos a una farsa judicial y condenados a muerte. Momentos antes de morir, Quiroga dijo: “Nuestra vida no importa. Lo que importa es la vida de España”, palabras hoy grabadas en el monumento.

El busto fue erigido por el Centro de Iniciativas y Turismo de Vigo en los Jardines de Eijo Garay (hoy Jardines de Eugenio González de Haz), ante la Comandancia de Marina de la ciudad, y se inauguró el 29 de noviembre de 1959. Tras la remodelación de estos jardines, y a diferencia del resto de las estatuas próximas -como la del galleguista Curros Enríquez, que está muy iluminada-, el monumento al Teniente de Navío Quiroga quedó en la penumbra (hacer esta foto me costó un poco, de hecho, pues enfocar en la oscuridad no es fácil). Ningún medio vigués se ha acordado del aniversario de este marino natural de Vigo. Debe ser que que resulta incómodo hablar de un valiente marino y ferviente católico que murió asesinado -su ejecución no se merece otro calificativo- en una clara violación de todas las leyes de guerra. Sirvan estas líneas como modesto homenaje a este valiente marino vigués en el 75º aniversario de su fusilamiento, y vaya desde aquí un cordial saludo para sus descendientes -algunos de los cuales leen este blog- de un vigués con memoria.