Falaz debate sobre el aborto entre Ruiz Gallardón (PP) y Lertxundi (PSOE)

Tener derecho a matar a un hijo no hace más auténtica a ninguna mujer

Ayer se produjo en el Senado un debate que demuestra el grado de indigencia moral al que han llegado ciertos políticos. Por un lado Alberto Ruiz Gallardón se enredó en torno al concepto de "la libertad de maternidad" en un debate con el senador socialista Roberto Lertxundi, a la sazón fundador y presidente del abortorio Euskalduna (el mayor de los que existen en el País Vasco). El Ministro de Justicia explicó así ese concepto:

"Yo hablo de una libertad para la mujer que no se vea condicionada ni por expectativas ni por prejuicios, una libertad que signifique que no tenga que decidir en función de intereses económicos, sino en función de su propia libertad de elección."

Pero ¿de qué "elección" habla? Pues de elegir si se mata a un hijo nonato o no. Grotesca capacidad de elección la que pone el señor Ministro en manos de las mujeres.

Volvemos a los tiempos en que ciertos humanos eran propiedad de otros

Ya de por sí, la definición que hizo Gallardón de esa "libertad de maternidad" es alarmante (¿coincidirá con esa forma de pensar la reforma de la Ley del Aborto que ha anunciado), lo que más perplejo me ha dejado es que Gallardón ha dicho que "la libertad de maternidad hace a las mujeres auténticamente mujeres". Ante esa declaración del Ministro de Justicia se deduce que opina que la auténtica feminidad radica en tener la posibilidad de matar a un hijo antes de que nazca. Si ésa es la idea que Gallardón tiene de la verdadera feminidad, personalmente ya no sé si trataba de hacer un guiño a las feministas o si lo que pretendía era hacer una manifestación pública de mal disimulada misoginia. Me atrevo a afirmar que esto es lo que pensaría la persona que escribió estas palabras:

"Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante para las mujeres que tratemos los hijos como una propiedad que se puede desechar como queramos."

Lo escribió Elizabeth Cady Stanton (1815-1902), una de las pioneras del movimiento por los derechos de la mujer en Estados Unidos. A propósito del tratamiento de las mujeres como una propiedad de los hombres -una agresión a la dignidad de la persona que ahora los abortistas pretenden trasladar a la relación entre la madre y su hijo nonato-, la escritora feminista estadounidense Daphne de Jong hizo la siguiente reflexión:

"Las primeras batallas feministas fueron luchar contra el estado legal de bienes muebles de las mujeres. Muchas feministas estaban entre los que volcaron la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU de 1857, de que un esclavo negro era “propiedad” y no titular de la protección de la Constitución. El feminismo rechazó totalmente el concepto de propiedad respecto de los seres humanos. Pero cuando el Tribunal dictó en 1973 que el feto era propiedad de su madre, y no titular de la protección de la Constitución, mujeres liberadas bailaron en las calles."

Ningún ser humano es propiedad de otro: ni aborto, ni esclavitud

Disfrazar el aborto con la palabra "libertad" e incluso presentar su disponibilidad legal como algo que hace genuinamente femeninas a las mujeres no es la primera perversidad de este tipo que se comete en la historia. Hace un siglo y medio otros presentaron la esclavitud como un derecho. Igual que en el caso que nos ocupa, cierta parte de la sociedad aceptaba como algo normal que algunos seres humanos dispusiesen de la vida y la libertad de otros. Entonces el comercio de esclavos era tan influyente como hoy lo es el lobby de los abortorios. En los países donde estaba socialmente aceptado el "derecho" a la posesión de esclavos, cuestionar éste se consideraba cosa de extremistas. Los abolicionistas incluso eran censurados en nombre de ese falso "derecho". En 1857 el Tribunal Supremo de un país democrático llegó a afirmar: "La Constitución de los Estados Unidos reconoce como propiedad a los esclavos, y obliga al Gobierno Federal a protegerla. Y el Congreso no puede ejercer más autoridad sobre propiedad de esa clase que la que pueda ejercer constitucionalmente sobre propiedad de cualquier otra clase." En 1861 la Constitución de un país teóricamente democrático llegó a mencionar en su Sección 9ª a la esclavitud como "derecho de propiedad sobre los esclavos negros", prohibiendo cualquier ley que limitase ese "derecho".

Aquella legislación era un atentado contra la dignidad humana igual que lo son las actuales leyes abortistas. E igual que nadie tiene derecho a poseer a otro ser humano como esclavo, no es ni será nunca un derecho arrebatarle la vida a un ser humano que no puede defenderse y que no ha tenido siquiera la ocasión de hacer mal a nadie. No me importa desafiar una mentira socialmente aceptada y que me señalen por ello. A los abolicionistas -a pesar del rechazo que eso despertaba- tampoco les importó desafiar la mentira del "derecho" a poseer esclavos. El aborto es un acto de violencia que destruye el pilar sobre el que se asientan todos los demás derechos del individuo: el derecho a la vida. Disfrazar con la palabra "libertad" una agresión contra el derecho a la vida es un acto tan cínico y perverso como lo fue llamar "derecho" a la posesión de esclavos, y da lo mismo que la mentira la diga un Tribunal Supremo, una Constitución o un Ministro de Justicia.

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Comentarios:

  1. Juana de Arco

    Gallardón practica el «arriolismo»: contentar a todos. Y encima quieren que le felicitemos.
    ¿Es posible que a estas alturas no se vea la jugada de este minitro progre, el que subvencionaba caravanas carnavalescas de gays ofendiendo a la Iglesia y a los católicos?.

  2. luisa carrasco

    Salvo en casos de esterilidad (excepción que confirma la regla), lo que hace auténtica a una mujer, es decir, lo que la distingue propiamente del hombre, es su CAPACIDAD DE GESTAR («llevar y sustentar la madre el fruto vivo de la concepción hasta el momento del parto») A OTRO SER HUMANO y punto. Luego podremos hablar de distintos matices en cuanto a sensibilidad, modos de actuar, de enfrentarse a los problemas… Por ello, no es de extrañar que muchas mujeres se sientan frustradas por el hecho de NO HABER PODIDO ser madres (distinto es no haber querido serlo).

    Hablar de LIBERTAD DE MATERNIDAD antes de concebir a un hijo (embrión, feto o bebé: siempre será un HIJO) tiene sentido, en cuanto es un delito forzar a una mujer para que sea madre (independientemente de que también debe serlo eliminar al fruto de la violación), pero, UNA VEZ CONCEBIDO EL HIJO, esa LIBERTAD DE MATERNIDAD (se ponga quien quiera, como se ponga) es UNA AUTÉNTICA ABERRACIÓN.

    Espero que es Sr. Gallardón se haya liado (con tanta presión a la que se está viendo sometido) y no se haya sabido expresar bien a la hora de exponer sus argumentos, porque si no, mucho me temo que nos queda a los PRO-VIDA una ardua tarea por delante para que la sociedad recupere (si es que alguna vez lo ha tenido) el verdadero sentido del más fundamental de todos los derechos humanos: el DERECHO A LA VIDA DESDE LA CONCEPCIÓN HASTA LA MUERTE NATURAL.

  3. Luisa: Casi pero que muy bien, pero un poquito de nada no. Lo que viene a ser:

    Cuando quedas embarazada, no pierdes ningún tipo de libertad, por lo que la libertad de maternidad no consiste en abortar si lo deseas. Mi madre perdió uno sólo de sus once embarazos, por causa natural. En todos ellos fue completamente libre, como demuestra su sujección a la obligación de respetarnos en todo momento.
    Si Gallardón quería decir esto, le brindo mi primer aplauso desde que existe, si no o hacía, otra vez será, si algún día la hay.

  4. pacococo

    Progres de izquierdas, progres de derechas. Todos son progres y lo más sagrado para un progre es el derecho al aborto. ¿Los motivos? Ni ellos mismos los saben, ni les importan. Es una creencia y las creencias no se razonan, sobre todo sin son creencias progres.

    Todo lo demás es gana de elaborar razonamientos que no les dicen nada, porque se trata del principal dogma progre y por tanto cualquier cosa que lo ponga en duda será rechazada.

  5. No es un derecho; es un retorcido, y lo he dicho todo.
    Dos veces torcido., vosotr@s, abortist@s, sois l@s fascist@s.
    ¿Cuantos millones de euros nos viene costando, sólamente en gastos de psicólogos y psiquiatría, el periodo de vigencia de esta y la anterior ley del aborto? ¿más de 4.000?
    ¿Algún día habrá una ley de Memoria Histórica sobre este tema y rebuscaremos en perdidas fosas ocultas en cualquier camino o bosquecillo, cuerpos que apenas habrán dejado huella, dado que no están consolidados sus huesos de feto de 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y hasta 9 meses de getación?

  6. Coty Freire

    Gallardón se lía porque intenta colarnos como provida sus absurdas ideas abortistas; le parece que utilizando un lenguaje rimbombante y enrevesado no vamos a enterarnos de lo que realmente defiende: el aborto como asesinato «libremente elegido» (no por la víctima, obviamente).

  7. Jandro

    Gallardón se mete en un jardín en el que -he de decirlo- hasta muchos provida se meten a veces, confundiendo cosas que no tienen nada que ver.

    Es un jardín en el que se han metido muchas veces hasta buenos defensores de la vida, el del «derecho a la maternidad». Me explico: a veces, los mensajes provida tratan de jugar la carta de que la mujer es más «libre» porque TAMBIÉN puede elegir sacar a su hijo adelante. Craso error. El problema es el derecho a la vida y ese derecho es el que, en cualquier escenario, hay que preservar. Así de simple. Eso es lo importante y lo demás son enredos que pueden obrar en nuestra propia contra. Creo que a Gallardón le ha pasado esto, aunque de él no se pueda decir que nunca haya sido un defensor del derecho a la vida hasta hace unas semanas.

  8. Jandro: El hecho de que no deba interpretarse en manera aberrática no implica la nulidad del derecho a la maternidad. Naturalmente que ha de ser reconocido y contemplado. Lo contrario nos llevaría a un bolchevismo para decidir cuántos hijos se nos permite tener según valoraciones demográficas que hagan economistas.

    El derecho a la maternidad (y a la paternidad también, por supuesto) se encuentra en la Ley Natural y no sólo es inalienable, sino que es requisito para la garantía del uso del bien común. No tiene adverso y ahí es donde no es válida la «opción» del aborto, pero esto no implica que su contemplación deba ser aplicada en un único sentido.

    Ten en cuenta que este derecho atañe no sólo a la gestación, sino a la decisión de ser madre. Claro, esto no es un enredo en nuestra contra, sino una de las muchas piedras sobre las que se cimenta el hogar.

    En nuestra libertad encontraremos siempre la posibilidad de obrar mal, pero no nos la niega en absoluto, sino que nos exige cautela y uso de la conciencia para actuar como es debido.

  9. Chácaras

    Mucho se ha escrito sobre el derecho de la mujer, estoy de acuerdo que la mujer tiene todos los derechos que pudiera tener un hombre en la sociedad democrática pero ¿donde terminan los derechos de la mujer y empiezan los derechos del no nacido?. La mujer tiene la maravillosa facultad natural de traer vida, esta vida hay que protegerla contra los prejuicios sociales o intereses personales de los que piensan estar por encima de los demás en especial del indefenso no nacido, que ya en el vientre de su madre es poseedor de vida y no tiene la culpa de que su «madre» lo haya engendrado irresponsablemente o la hayan forzado a ello, por tanto el estado, y la sociedad en su conjunto deben y tienen la obligación de proteger al no nacido a tener el derecho a nacer, tanto moral como legalmente y no debe ser la madre la que decida el derecho a nacer o no,combirtiendose en si misma en Dios, por tanto la ley debe proteger el derecho a nacer. Otra cosa sería las condiciones legales respecto a la protección de los derechos de esta criatura al nacer, que tiene entre otros el derecho a la protección del estado referente a su desarrollo como persona intelectual, social y legal, que se debería legislar mas detalladamente, exijiendo responsabilidades legales e institucionales a ambos padres naturales de esta criatura. Opino

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