La cadena de televisión pública nos cuesta 1.200 millones de euros al año

Propongo un referéndum para decidir si queremos pagar TVE aunque no la veamos

Esta semana los empleados de los informativos de TVE fueron convocados a un referéndum para decidir si les gustaba o no su nuevo jefe. No, no es una broma, aunque así debió tomárselo la mayoría de los convocados, pues el 70% de la plantilla no fue a votar. Que los trabajadores de una empresa pública organicen un soviet para opinar sobre su jefe es la enésima tomadura de pelo de una televisión pública que nos cuesta 1.200 millones de euros anuales (199.663 millones de pesetas). Demasiado dinero en plena ola de recortes.

En España tenemos una enorme oferta de canales de TV privados. Los hay para todos los gustos, de todos los tipos y de todos los colores. En un mercado tan saturado no hay ninguna necesidad de televisiones públicas, del mismo modo que nadie echa en falta periódicos o revistas de propiedad pública. Es más: la existencia de esos medios constituye un clarísimo ejemplo de competencia desleal: a diferencia de las TV privadas, las pérdidas de TVE corren a cuenta de todos los contribuyentes. Lo mismo ocurre con Radio Nacional de España y con el resto de emisoras públicas de radio y televisión. En enero ya publiqué aquí el desglose en cifras de lo que nos cuestan TVE y las televisiones públicas autonómicas: suponen un gasto de 2.630,4 millones de euros al año (437.661 millones de pesetas), y acumulan una deuda de 1.682,89 millones de euros (unos 280.000 millones de pesetas).

La existencia de todo ese conglomerado de medios públicos sólo se justifica por su papel de órganos de propaganda al servicio del gobierno de turno. Por eso se mantienen incluso en unos tiempos en los que familias, pensionistas, enfermos, parados, discapacitados y otros colectivos sociales ven mermadas las prestaciones que les proporciona el Estado para distintas situaciones de necesidad. En estas circunstancias, es especialmente inmoral que se siga esquilmando el bolsillo del contribuyente para sostener órganos de propaganda mientras se retira la financiación pública a medicamentos o se bajan las pensiones. Por ello propongo la idea que señalo en el título de esta entrada: que se convoque un referéndum para que los españoles decidamos si queremos seguir sosteniendo TVE y las demás televisiones públicas con nuestro dinero, aunque no las veamos. Somos nosotros, los que pagamos esos despilfarros en órganos de propaganda, quienes más derecho tenemos a decidir sobre ellos, incluso a decidir si preferimos verlos cerrados o privatizados antes que ver como se nos reducen unas pensiones que estamos pagando durante toda nuestra vida laboral. Si tan demócratas son los que defiende el referéndum del soviet de TVE, que propongan ese referéndum para todos los españoles y que pongan sobre la mesa lo que nos cuestan a todos TVE y las demás cadenas públicas. ¿O es que le tienen miedo al posible resultado?

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Comentarios:

  1. Me uno con entusiasmo a la propuesta.

  2. El Tíol Bastón

    Aunque estoy esencialmente de acuerdo con lo que dices, me entran muchas dudas al pedir la desaparición automática y ya de la radio y televisión públicas.

    Yo este tema lo veo similar al de la educación privada y el de la pública. Si ya tenemos tanta educación privada, y además tan variada como para escoger ¿para qué queremos la pública? Bastaría con implantar radicalmente el cheque escolar, y ya tendríamos educación para todos dejando inútil la pública. Y que conste que el futuro lo veo así.

    Sin embargo, antes de hacer desaparecer la televisión y la radio públicas (futuro que también veo así) desearía que se me garantizaran unas cuantas cosas. Si alguien no me las garantiza, entonces que proponga soluciones antes de atacar la existencia de la radiotelevisión pública.

    Aquí citaré sólo una que me parece tan grave como para mantenerla de momento, la oferta. Hay una serie de ofertas audiovisuales en las cuales las televisiones privadas no entran para nada porque no son rentables a nivel económico, pero que creo totalmente que deberían continuar emitiéndose a destajo, al menos para dar a la gente la oportunidad de aprender más cosas que el adocenamiento al que nos someten las televisiones y radios privadas. Como ejemplo diré que ahora mismo vivo en Estados Unidos, y al menos en esta zona, a pesar de la inmensa cantidad de emisoras que hay, aquí no tengo ni una que emita una sola hora de música clásica al día. Ponga donde ponga, sólo oigo «chun-chun, chun-chun». Ya estoy aburrido. ¡Cómo echo de menos Radio 2, la emisora cultural de RNE! En España la tenía puesta todo el día.

    Lo malo de que todos sean canales privados, es que todos compiten por el mismo espectro de oyentes, que son la masa, la mayoría de la gente. Todos ofrecen lo mismo a la vez, y al final no acaba habiendo variedad. Lo único que cambia es los puntos de vista en que tratan los temas, pero éstos son siempre los mismos. Política, deportes, música pop, cotilleo de «famosos» (para los que están interesados en el rollo que estos «famosos» se traen), gentecilla intrascendente y algo de cine, pero cuando se trata de éste siempre son películas de los últimos diez años exceptuando del anterior para acá, y cuando salen nuevos al cine «remakes» o continuaciones, te colocan la antigua o la inicial de la serie. El que no escucha o ve estas cosas acaba convirtiéndose en un «friki» raro. Hasta los toros se están convirtiendo en políticamente incorrectos y están empezando a escasear también. Si de casualidad ponen algo que no sea una de esas cosas que he puesto, será a horas en que no se pueda ver la tele u oír la radio.

    En este tipo de competencia por ganarse a la masa es en la que no debería caer la RTV pública. Pero por lo demás, a mí no me parece mal que paguemos entre todos la oportunidad de conocer cosas que todos deberíamos saber, aunque luego incluso nosotros mismos desechemos esta oportunidad.

  3. Juan

    En España puede haber, entre autonómicas y nacionales, unos 50, 60, 70 canales, no sé. Vale, hay algunos programas especialmente interesantes como servicio publico, que aportan algo diferente que no se ve en las emisoras nacionales, de acuerdo. Pues coloquemos esos 20 o 25 programas en una sola cadena pública y cerremos las otras 60. ¿Queremos otra para deportes minoritarios que no televisaría nadie? De acuerdo. ¿Otra para eventos culturales? Vale. Pero quedarán 3 canales y nos libramos de 57. Todo lo que sea más que esto es atracar a los españoles para, de paso, aleccionarnos.

  4. Tíol Bastón, creo que la emisión de música clásica no es algo que justifique la existencia de una emisora pública de radio. Yo tampoco encuentro programas sobre diseño gráfico en ningún canal y no por ello reclamo que haya una tele pública que nos hable de ello. Si quiero saber sobre el tema, busco en la red o me compro un libro. Es mucho más barato para todos los contribuyentes.

  5. El Tíol Bastón

    Elentir: ¿estás poniendo al mismo nivel el saber quién era y haber oído a Beethoven (saber quién era Glaser y reconocer sus diseños) con saber componer música (saber diseñar esos diseños gráficos, valga la redundancia)?

    Lo primero es cuestión de divulgación, y el interés del que hablas ya se dirige a lo segundo. Si uno no tiene facilidad para acceder por primera vez a Beethoven y oír su música, nunca tendrá interés por buscar en ningún sitio sobre el tema. Lo mismo ocurre con la obra de los grandes escritores, pintores, arquitectos, escultores y todo lo que forma parte de la base de nuestra base cultural de occidente, al menos, incluido el folklore.

    El caso es que me has puesto un ejemplo de algo como el diseño gráfico, que, como es moda corriente, lo vemos por todas partes y prácticamente no necesita ser divulgado porque ya su naturaleza es la divulgación por sí misma. Los logotipos no necesitan de nadie que pierda dinero por divulgarlos porque son propaganda, están hechos para hacer ganar dinero al que los usa. Son objetos de consumo. Estás mezclando la cultura con objetos de consumo, y éste es precisamente el problema de esta sociedad. Como el objeto no sea de consumo, ya no vale la pena divulgarlo.

    Y así nos luce el pelo.

  6. Hablé del diseño gráfico, es decir, de las técnicas necesarias para elaborar diseños de impresión, no de los diseños ni de los productos que ayuda a difundir esa profesión. Equiparar lo uno y lo otro es como equiparar el solfeo y una canción de trompeta.

    Obvia decir a estas alturas que a mí también me encanta la música clásica, pero nunca he buscado una emisora de radio donde saciar esa afición. Para eso he comprado discos, he buscado piezas musicales en la red y he leído libros para conocer a los compositores. Insisto en que eso no justifica la existencia de una radio pública dedicada a eso, de la misma forma que no estaría justificada la existencia de una radio pública para cada una de las muy variadas y valiosísimas aficiones que tienen los españoles.

  7. El Tíol Bastón

    Elentir: es obvio que cité la música clásica porque es una afición, igual que el fútbol. Y es que ya se sabe, cuando vemos una película y oímos la banda sonora de John Williams, el legado armónico de Maradona se nota horrores en la base de los acordes, y la de Kubala en la composición de imagen de la fotografía de Gilbert Taylor. La música de Bach, Vivaldi, Beethoven, Mozart o Brahms tiene la misma trascendencia que una jugada de Puskas. Y acabamos por no tener ni idea de a qué se debe lo que vemos y oímos, y después vamos por ahí diciendo que Williams y Taylor son unos «genios» y que menuda inventiva tuvo George Lucas «inventando» una pareja de robots como R2D2 y C3PO, porque será obvio que serán totalmente idea suya que se habrá sacado de la chistera.

    El hecho de que hubiera citado precisamente la música clásica fue que la radio es un medio idóneo para oír música, pero esto no quiere decir que no haya que divulgar también la obra y persona de todos aquéllos que ya no viven para promocionarse, fueran pintores, escultores, arquitectos, ingenieros y científicos, cineastas, fotógrafos, diseñadores gráficos y todo lo que quieras, que están en la base de todo lo que se hace en nuestra cultura en el momento presente y seguirá, puesto que la cultura es toda una edificación que se va apoyando siempre en lo que hubo antes. Y esta labor de divulgación no soy tan ingenuo que espere que la vayan a hacer los medios de comunicación privados. Tal y como está montado esto de momento, si ahora mismo quitamos la radiotelevisión pública, me temo que dentro de cincuenta años nadie que no sea un especialista buscará en Internet Gaudí, Cervantes, Tchaikovsky o Velázquez, simplemente porque el resto de la gente no sabrán ni que existieron. Así de claro lo veo yo.

    Es evidente que no te gusta la música clásica, equiparar la partitura de una sinfonía de Beethoven al desarrollo del diseño de un logotipo es aberrante… y ello sin decir que no me guste el diseño gráfico, ya que una persona muy cercana personalmente a mí se dedica a este trabajo. Pero a otros no les gusta la Literatura, y eso no es excusa para no saber quién era Goethe, y por lo menos citar el nombre de alguna obra que haya escrito, porque eso es cultura general. No saber quién era Beethoven y no haber oído nunca una sinfonía suya no es cuestión de simple afición, es una carencia cultural exactamente igual que la de quien no sabe quién era Cervantes y no haber oído nunca hablar de don Quijote, o Shakesperare y no saber qué es Romeo y Julieta. Y esto es cuestión de todos el mantener que la gente siga enterándose de que existe, porque está en la base de lo que se hace en nuestra cultura y sin embargo estamos tratando de personajes que ya no están por ahí para promocionarse.

    Volviendo a USA, aquí preguntas a alumnos de High School quién era Beethoven y, si es que conocen ese nombre, en general todos te dirán que era un actor o un político, y eso cuando te dicen «era» y no «es». Pues a este extremo han llegado. Un verdadero horror. En España no vamos muy a la zaga, muchos todavía se creen que el fragmento «Oda a la Alegría» es una gran obra de Waldo de los Ríos.

    Por último, te diré que a mí pueden no gustarme las catedrales, y desear hacer un referendum para que las mantengan sólo los que les gustan. ¿Por qué van a mantener las catedrales los miles de españoles que hay que se dicen ateos? Puedo aducir que las catedrales son una simple afición, que están muy bien para el que les guste. Seguro que hay una gran parte de España pensando que ésos son malditos edificios de la Iglesia que hay que derribar, que les encantaría que se pudrieran y se vinieran abajo. Se pondrían muy contentos con ese referendum. Del Valle de los Caídos, como tienen excusa, ya se atreven a decirlo en alto. Por cierto, ya que lo citaste, resulta que una partitura de una sinfonía de Beethoven tiene tanto trabajo, dedicación y técnica, o más, que el diseño de una catedral. Pero para darse cuenta de esto hay que verla y oírla sonar.

  8. meandmycircunstanes

    Pues si existiendo la publica,la gente sigue viviendo en la ignorancia,razon de mas para que en estos tiempos de crisis,acabemos con ese mamotreto estalinista.Stefan Zweig no tenia television,ni escuchaba radio clasica y eso no le impidio tener una cultura enciclopedica.
    Es una cuestion de interes por la cultura,no la existencia de esa infamia,la que garantiza cierto conocimiento,es mi interes por la musica del barroco la razon por la que conozco a Monteverdi y otros y no la existencia de la television publica en sus diferentes modalidades sectarias.

  9. pacococo

    Creo que el Estado debe garantizar unos servicios mínimos, en este caso de tipo informativo y cultural y eso con dos o tres canales de televisión y otors dos o tres de radio quedan perfectamente cubiertos. Sería el modelo USA. Los ciudadanos no tenemos por qué pagar series a millón por capítulo, por mucha audiencia que tengan, pues no hay publicidad.

    Las televisiones autonómicas deben desaparecer, pues sólo sirven para loor de los gobernantes de turno.

    Pero esto de la televisiones tiene truco. Toda la producción se ha externalizado (creo que se dice así), de tal forma que hay miles de empleados de TVE, especialmente, que tienen un caracter de casi funcionarios, muy buenos profesionales por cierto y que no hacen nada, porque todo lo hacen empresas privadas que por una cantidad entregan el programa listo para la emisión.

    Con lo cual estamos pagando unos empleados que no hacen nada y luego se paga por lo sprogramas. Además, tradicionalmente, las televisiones públicas han sido un buen panteón de hombre ilustres. Cuando hay quitar de la escena a un político o a un amiguete, se le da un cargo en la TV, todos los mese cobra su sueldo y ni aparece. Y de esos hay muchos que no se pueden quitar por que saben. Y todos sabemos que el saber en una fuente de ingresos.

    ¿Y por qué se ha externalizado la producción? La explicación es muy simple, basta mirar los nombres de los directivos o dueños de las productoras. La mayoría son conyuges de políticos de primera fila, especialmente en las autosuyas, amigos, parientes, estómagos agradecidos… En fin, en esas productoras, como en todas las empresas públicas, el cancer que nos devora, lo que tenemos son gente de la casta que se llena los bolsillos a costa nuestra.

    La desvergüenza en algunas de estas empresas públicas llega a que todos los trabajadores pertenecen al partido. Pero a la hora de pagar, pagamos todos.

    En realidad no se trata de referendum, se trata más bien de echar a los políticos, a todos, no a sus casa, al banquillo, que es lo que se han ganado todos estos años.

  10. Tíol Baston: «Es evidente que no te gusta la música clásica»

    Si te leyesen esto mis padres, mis hermanos o mis amigos se partirían de la risa…

    Sinceramente, creo que has hecho muy mal al optar por el argumento ad hominem. Primero, porque el hecho de que leas mi blog no significa que me conozcas lo suficiente como para extraer conclusiones sobre mí como ésa que acabas de hacer. Y segundo, porque si no necesitar una emisora de radio pública para escuchar música clásica es no gustarte la música clásica, entonces estoy en la misma situación que muchísimos aficionados a la música clásica, que no dependen para escucharla de lo que les ponga una emisora. En fin, es como si me dijeses que soy un antipatriota por no querer una televisión pública con el pretexto de que puedan emitirse marchas militares.

    Por cierto, las Catedrales reciben ayudas públicas porque esas ayudas existen para conservar todo tipo de riqueza arquitectónica, sea o no de la Iglesia. Comparar esa riqueza arquitectónica con una televisión pública ya me da dolor de barriga debido a las carcajadas que me provoca la idea.

  11. El Tíol Bastón

    Elentir: siento que te haya molestado la hipérbole, no me di cuenta de que era demasiado metiche hasta que la vi escrita, ya colgada. Afirmar que, aunque digas e incluso te creas lo contrario, no te gusta la música clasica porque la comparaste con el diseño gráfico es una exageración mordaz (sobre todo cuando se usa contra un diseñador gráfico), lo reconozco. Evidentemente, el diseño gráfico también puede ser arte. Así que repito, lo siento.

    Ahí tenemos el logotipo de la Coca-Cola, incólume a lo largo de más de un siglo a pesar de los cambios de ideas y técnicas para desarrollar los logos. Aunque desapareciera la bebida, su logo y su botella característica permanecerían. O el toro de Soberano, que por sí mismo ya se ha convertido en un símbolo que va mucho más allá del producto al que empezó representando. Cuando un logotipo ya significa mucho más que la marca a la que representa, y vive por sí solo incluso aunque ésta desapareciera, es porque ha pasado a tener lecturas tan infinitas como observadores: tiene vida propia, por tanto ha pasado a ser arte.

    En cambio, siento discrepar en otras cosas. He leído suficientes entradas de tu blog como para saber si la música clásica te gusta o no. «He de confesar que es la primera vez que he tenido la oportunidad de asistir a un concierto de música clásica, y eso que es un tipo de música que me encanta.» Tú mismo lo escribiste hace bien poco. Además también te gusta la música folklórica, al menos de tintes célticos, porque tocas el tin whistle.

    Estoy completamente de acuerdo en que no se puede comparar una catedral con la TV o la radio pública. Faltaría más. Pero es que esto es comparar un fin con un medio. He hablado de la TV o la radio pública como medios para mantener cosas que es de interés cultural mantenerlas, pero que como no dan beneficios económicos las empresas privadas, hoy por hoy (repito: hoy por hoy) no las mantendrían. Claro que no es comparable el dinero con las catedrales, pero el primero es sólo un medio para que las segundas se conserven.

    También estoy de acuerdo en que el mal uso que han hecho los gobiernos de la radio y televisión públicas (especialmente ése que nos ha «gobernado» durante veintiuno de los treinta y seis años de democracia que hemos tenido) predispone a los españoles a recibir bien la idea de que esos servicios sean suprimidos.

    Pero ésta tiene que ser la verdadera excusa, no que «los documentales de la 2 no los ve nadie y, por tanto, no dan beneficio económico a la cadena». No, porque el día que la 2 no exista habrá una libertad que habremos perdido, y es pasar del Gran Hermano en un canal, el fútbol en otro, la tertulia política torticera en otro, la «Isla de los Famosos» en otro, el manga violento en otro, la película pornográfica del de más allá y el «Que te den tomate» en el de más acá, a ponernos el documental de la 2.Y si bien verdad que es una libertad que pagamos entre todos, es que la libertad se paga. Precisamente es lo único que deberíamos pagar en democracia, y recibir a cambio.

    Estoy totalmente de acuerdo en que, el día que la televisión y la radio públicas no sean necesarias, éstas deberían desaparecer. Pero el hecho de que los gobiernos hagan mal uso de ellas no quiere decir que ahora mismo yo las vea innecesarias. Pero ojo, creo exactamente lo mismo de otras cosas, como la educación pública. Existen otras soluciones para que todos tengan educación sin ser que el Estado tenga que mantener los colegios y el aparato de funcionarios que suponen. Y al final es un cuento eso de que es la educación más independiente de todas, en la mente todos tenemos las manipulaciones y agitaciones que los típicos politiquillos de instituto (profesores y alumnos) hacen entre los adolescentes. Sin embargo, ahora mismo no voy por ahí clamando contra la educación pública.

  12. Tiol Bastón: «En cambio, siento discrepar en otras cosas. He leído suficientes entradas de tu blog como para saber si la música clásica te gusta o no. “He de confesar que es la primera vez que he tenido la oportunidad de asistir a un concierto de música clásica, y eso que es un tipo de música que me encanta.” Tú mismo lo escribiste hace bien poco. «

    Pues vaya un dato para negar que a uno le guste determinada cosa. Tampoco he ido nunca a un concierto de música metal, de lo cual posiblemente deducirás que oigo con frecuencia AC/DC, Nightwish, Scorpions o Warcry porque no me gustan, claro.

    Y de la misma forma, si pudiendo pagarme un viaje a Granada para escuchar un concierto de Loreena McKennit no lo hice y me quedé en Vigo será, seguramente, porque la música de la canadiense no me gusta, y sólo la oigo por algún fenómeno de masoquismo musical.

    Y el hecho de que no quiera una televisión pública para que emita música clásica, música metal o Loreena McKennitt es, indudablemente, la demostración más palmaria de que los citados me disgustan, y no de que lo que me disgusta es tener que pagar un carísimo órgano de propaganda al servicio del gobierno de turno.

    En fin…

  13. El Tíol Bastón

    «meandmycircunstanes»: Stefan Zweig vivió en una época en la que la base de la información de la gente no era mirar para la caja tonta y oír la radio, sino la lectura. No podemos hacer comparaciones.

  14. El Tíol Bastón

    Elentir: Y vuelta con lo mismo. Que no he negado nada. Si tú has dicho en una entrada que te gusta la música clásica, será que te gusta. Y además lo has vuelto a decir. No tengo razones para negar en serio que te guste la música clásica.

    Precisamente lo negué porque tú has dicho que te gusta, para que entiendas que consideraba una aberración compararla con el diseño gráfico, pero no porque pensara que te disgustaba.

    Te expondré el razonamiento de otro modo: «dirás que te gusta la música clásica, pero en realidad no te gusta porque la has comparado con el diseño gráfico».

    Precisamente te he pedido disculpas por ésto. Entiendo que es una afirmación mordaz. Te he puesto incluso ejemplos de logotipos que sin duda alguna pueden ser considerados obras artísticas, para que veas que realmente no pienso así. No sé de dónde sacas que yo he dicho en serio que no te guste la música clásica.

    Has leído demasiado rápido y no te has fijado muy bien en lo que yo he escrito, me parece a mí.

  15. UN POQUITODESENSATEZ

    Analizemos un poquito todo esto porque creo que aqui sobran muchos listillos y abogados de pleitos pobres. ¿Porque tanto interes por parte de algunos en hacer desaparecer las radios y televisiones publicas en beneficio de las privadas? Siempre se argumenta lo que cuestan las radios y teles publicas y nunca se menciona lo que NOS CUESTAN LAS PRIVADAS.
    Si señores NOS CUESTAN LAS PRIVADAS,porque los ingresos por publicidad que antes generaba por ejemplo TVE desaparecieron en beneficio de las cadenas privadas, a partir de ese momento claro el presupuesto de TVE sale del bolsillo de los españoles, asi todos esos interesados en contar mentiras una detras de otra, justifican y se les llena la boca de decir lo de las deudas de TVE, pero no dicen que todos esos ingresos publicitarios van a parar a las cajas de las televisiones privadas A COSTA DE TODOS LOS ESPAÑOLES.
    Señores listillos ¿Porque nunca nadie dice que lo que en su dia fue Retevision hoy llamada Abertis, empresa encargada del transporte y distribucion de la señal. Originalmente era un departamento de TVE llamado la red, dicha red fue montada y mantenida por personal de TVE con dinero publico, hasta que el gobierno del señor Felipe Gonzalez Marquez decidio desvincularlo de TVE por el simbolico precio de 1 PESETA, obligando a todas las televisiones incluida TVE a pagar un canon por utilizar su propia red, parece mentira que todos estos sabios que andan por estos mundos opinando de todas esas cosas no mencionen este pequeño detalle que llevo a TVE a una deuda bastante considerable, puede que no lo sepan o seguramente como seran parte interesada prefieren callar. Estos mismos sabios tan intelectuales y tan poseidos dela razón, me dan que pensar cuando de un plumazo se cargan cualquier tele o radio publica sin ni tan siquiera despeinarse, parece increible que una gente tan ilustrada sea capaz de darse por satisfecho y llamar televisiones a una recua de canales de brujos, adivinos de lo que ven, vendedores de todo y de nada, cotillos de la vida de cualquiera, y un sin fin de canales LORO, si de esos que repiten series y emisiones de todo tantas veces como sea necesario con tal de emitir mas publicidad para ganar mas y mas sin respeto alguno al espectador tratandoles como autenticos subnormales delante de la tele, dispuestos a tragarse lo que les pongan. Hace años en este pais hubo quien decia: Vosotros al futbol y a los toros que para pensar ya estoy yo. Ahora es lo mismo, vosotros a pagar que para engañaros llevarme el dinero y embruteceros ya estamos las «televisiones» privadas.

    PD. Es muy poco recomendable ver la 2 es una cadena solo para hacer el chiste facil, se corre alto riesgo de ver algun reportaje que ayude a aprender algo y eso no conviene, se debe seguir siendo un CAFRE para lo cual nada mejor que ver solo las cadenas privadas aunque lo que te pongan sea la decima vez que lo ves.

  16. Yo sólo pago por ver los canales privados lo que me cuesta Imagenio. Y hay que decir que Imagenio también incluye canales públicos. Imagenio lo pagamos en mi casa porque hemos decidido libremente pagarlo. Podríamos prescindir de él y ver la televisión por TDT. No nos costaría nada.

    Las televisiones públicas las tenemos que pagar vía impuestos las veamos o no, nos gusten o no. ¿Te parece argumento suficiente, o necesitas más?

    En fin, defender hoy la existencia de televisiones públicas habiendo oferta de sobra de privadas es tan absurdo como defender que el Estado edite un periódico. Lo único que hacéis quienes lo defendéis es sostener con vuestros ridículos argumentos los chiringuitos propagandísticos de los que se sirven los políticos. Por eso en España no se cierran televisiones públicas.

    Para terminar, hace ya tiempo que no veo La2. Tengo Discovery Channel, National Geographic, canal Historia, Odisea y otros canales privados donde emiten documentales mucho más interesantes que los de la cadena pública. Así que prueba con otro argumento, que ése tampoco cuela.

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