El 12 de julio de 1997 ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco

En este sitio es donde estaba yo con mi familia tal día como hoy hace 15 años

Esta vista aérea la he cogido de Google Maps. El lugar se encuentra junto a la aldea de Prado, en Gondomar, a poca distancia de la cima del Monte Aloya. El sábado 12 de julio de 1997 fui a este sitio con mi familia, como otros fines de semana veraniegos. La casa en construcción que veis a la izquierda -creo que sigue así hoy en día- tiene un muro de piedra en el que estaba con la radio encendida cuando escuché una noticia que no se me olvidará nunca.

Era la noticia que todos nos temíamos, la noticia que no querríamos haber escuchado nunca, pero seguramente la única noticia que cabía esperar de un grupo de alimañas, de una banda de fanáticos que no sienten el menor aprecio por la vida humana: habían encontrado a la persona en la que desde hacía dos días millones de españoles poníamos nuestras oraciones y nuestro pensamiento. ETA había asesinado a Miguel Ángel Blanco.

Esa noche, al llegar a casa, vimos las noticias de la gente cercando las sedes de Herri Batasuna. El asesinato de Miguel Ángel fue el detonante de una ira popular que apenas se había manifestado en las décadas anteriores, ni siquiera en los años más negros del terrorismo etarra. Sin embargo, después de fingir que le había importado lo ocurrido, el verano siguiente el nacionalismo vasco supuestamente moderado se encamó con los proetarras en el Pacto de Estella, demostrando partidos como el PNV y Eusko Alkartasuna (hoy integrada en Amaiur) que entre los demócratas y el nacionalismo pistolero, ellos tienen la elección muy clara.

Hace 15 años yo tenía muy clara mi actitud ante las víctimas del terrorismo y la sigo teniendo ahora. No se pueden olvidar los crímenes cometidos por ETA, no se puede negociar con quienes le destrozaron la vida a miles de personas, no se puede renunciar a hacer justicia, no se puede ceder ante los asesinos y por supuesto, el brazo político de ETA tiene que estar fuera de las instituciones democráticas. Hay que recordar todo esto porque 15 años después hay miserables que llaman "venganza" a esa exigencia de justicia, hay canallas que intentan desprestigiar a las víctimas por no querer caer en las trampas de ETA, e incluso hay malnacidos que acusan a quienes más han sufrido sus crímenes de querer que ETA siga matando. Igual que el 12 de julio de 1997 se señalaba a ETA y a sus cómplices hoy hay que señalar a quienes son capaces de todo tipo de infamias con tal de conseguir que los asesinos y las víctimas queden en el mismo plano en aras de un adulterado y perverso concepto de "paz". Una vez más reitero mi compromiso: no voy a renunciar a reclamar Memoria, Dignidad y Justicia para las víctimas del mismo modo que no he olvidado a Miguel Ángel.

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Comentarios:

  1. framling

    «Hace 15 años yo tenía muy clara mi actitud ante las víctimas del terrorismo y la sigo teniendo ahora.»

    Que pena que los compañeros de partido de Miguel Angel Blanco no lo tengan tan claro.

  2. JavierdeCaceres

    En ese momento yo estaba en el salón de mi casa y sin dejar de llorar escribí lo que sigue:
    “A Miguel Ángel
    Yo no se que dirá la historia, cuando pase el tiempo; pero se lo que vi, se lo que sentí. Se lo que me hizo llorar. Vi la angustia y la esperanza, sentí el miedo y la rabia; y cuando el tiempo se cumplió vi como una flor se tronchó y la vida de un ser humano por la falta de tolerancia. Lentamente, trágicamente se terminó.
    Pero vi también un pueblo que lloraba, de rabia, de asco de impotencia ante tanta crueldad. No puse el volumen a la televisión, nadie me mediatizó, ahí están los hechos, la gente como un único ser se echó a la calle con un único mensaje ¡basta ya!. Este es mi pais, esta es mi patria, toda la España que lloramos a Miguel Angel; y en medio del estupor y del dolor, mano con mano, con ideas e ideales diferentes, pero con una única razón, “la paz en libertad”. “

    Elentir salvo la primera parte que obviamente no puede ser igual porque vivimos en lugares distintos, el resto del contenido lo suscribo.
    Mi total acuerdo no se pueden olvidar los crímenes de ETA, ni negociar con quienes destrozaron la vida a miles de personas, ni renunciar a hacer justicia a esos asesinos; y el brazo político de ETA fuera ya mismo de las instituciones democráticas.

    Hay que recordar todo esto y volver a decirlo alto a toda la sociedad; porque hoy:
    – hay miserables que llaman “venganza” a esa exigencia de justicia,
    – hay alimañas canallas que intentan desprestigiar y menosprecian a las víctimas por no querer caer en las trampas de ETA,
    – hay malnacidos que acusan, a quienes han sufrido sus crímenes, de querer que ETA siga matando.
    Es verdad que el 12 de julio de 1997 se señalaba a ETA y a sus cómplices, pero con lo que estamos viviendo; hoy hay que señalar a quienes son capaces de todo tipo de infamias con tal de conseguir que los asesinos y las víctimas queden en el mismo plano, en aras de un adulterado y perverso concepto de “paz”.

    Tambien yo reitero mi compromiso: nunca voy a renunciar a reclamar Memoria, Dignidad y Justicia para las víctimas del mismo modo que no he olvidado a Miguel Ángel. Nunca hay paz si no se basa en la justicia, y tu sangre y la de otros asesinados vilmente la estan pidiendo (esa justicia) cada día.

  3. Siento exactamente lo mismo.

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