Bronca por una simple postal navideña enviada por el presidente del Congreso

Medios y partidos laicistas se portan como unos amargados ante las fiestas navideñas

Hay gente que debe pensar que en la Navidad se celebra el cumpleaños de Papá Noel o del Olentzero, o que esa palabra (procedente de nativitas, nacimiento en latín) es una mera evolución de una posible nievedad relacionada con el frío de estas fechas. Así se explicaría la última pataleta de los laicistas: dirigentes del PSOE, Izquierda Unida e ICV han criticado que el presidente del Congreso haya felicitado la Navidad con una postal navideña.

La SER ve efectos incendiarios en una simple postal navideña

En el frente mediático del laicismo, El País ha tachado la felicitación de "absolutamente religiosa y confesional", como si fuese noticia enviar en Navidad una postal que se refiera al nacimiento de Jesucristo, que es el gran acontecimiento que celebramos en estas fiestas. El País no tiene reparos en resumir las opiniones a favor y en contra en Twitter con estas palabras: "la gravedad de la crisis económica influyó en los mensajes de quienes no ven motivos para que el Congreso felicite la Navidad". A su vez, la Cadena SER ha atribuido efectos incendiarios a una simple postal navideña. ¿En esa emisora se habrán creído que era una "postal-boma"?

Algo insoportable para los apologistas del aborto, la cristianofobia y el odio de clase

No es ninguna novedad que ciertas personas viven las fechas navideñas con especial desagrado. Ver a los demás felices y en familia, a pesar de todas las dificultades, es algo que corroe a los que se regodean en la autocompasión o en la melancolía, y también a quienes sufren una depresión. Lo que no se le puede pedir a nadie es que deje de desear felicidad a la gente por el mero hecho de que algunos sean infelices. En todo caso, a estos últimos habrá que desearles felicidad con mayor motivo. Caso aparte es el de quienes rechazan estas fiestas a por motivos ideológicos. Para los apologistas del aborto, de la cristianofobia y del odio del clase debe ser insoportable la fiesta cristiana más popular del mundo, una fiesta de la vida, la paz, el amor y la felicidad para todos sin excepciones, consiguiendo precisamente que en estas fechas aumente la atención y la solidaridad de la gente hacia los más desfavorecidos, esa caridad que la izquierda tanto denosta.

Odian el Cristianismo y pretenden extirparlo como si fuese una enfermedad

No es la primera vez que la izquierda muestra su rechazo hacia las tradiciones y sentimientos religiosos más arraigados en nuestro pueblo. Desde los mismos partidos y medios que ahora montan en cólera por una simple postal navideña hemos visto, con demasiada frecuencia, gestos de amparo hacia quienes hacen de la ofensa gratuita a los cristianos su modo de vida. En este sentido, ya no sorprende que quienes muestran tanta comprensión y amparo hacia las ofensas contra los cristianos sean los mismos que se sulfuran por una simple postal navideña. Suelen decir que el laicismo que defienden no es más que un mero deseo de separar la esfera política de la religiosa, pero no es así. Lo que buscan esos laicistas es extirpar el Cristianismo de nuestra sociedad como si fuese una enfermedad, sin importarles que ese sentimiento religioso sea de notorio arraigo en nuestro pueblo, que presida muchas de sus manifestaciones sociales con total naturalidad y que aporte un profundo significado a la vida de la amplia mayoría de los españoles. Esa actitud contracultural, prejuiciosa y cargada de odio hacia la religión y quienes la profesan es la que lleva a los partidos y medios laicistas a actuar como unos amargados ante la llegada de la Navidad. En fin, lo siento por ellos, pero no sé a cuento de qué España tiene que renunciar a sus más arraigadas tradiciones para dar satisfacción a unos intolerantes.

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Comentarios:

  1. Sospechoso

    Que es sería cómico de no ser porque están enfermos, están obsesionados con erradicar a todo lo que huela a cruz.

    Esto es tan absurdo como si dijeran que en el día del padre no se felicitara al padre porque discrimina a la madre o viceversa. Absurdo.

    ¿Qué será lo próximo? ¿eliminar nuestro calendario con la excusa de que vivimos en un país aconfesional porque está medido a partir del nacimiento de Cristo?

  2. Luis Carlos

    ¿Os acordáis de cuando intentaron felicitar las «fiestas invernales»?

    España es un estado aconfesional, en la que no hay religión oficial. Otra cosa muy distinta es el laicismo, que quieren convertir el ateismo en la «religión oficial» del Estado, cuando la gran inmensa mayoría de los españoles cree en Dios, sea cristiano o no, practicante o no, y los ateos y agnósticos son una minoría.

    Son unos sectarios que no se avergüenzan de acusar de imponer una ideología que no es la suya cuando ellos gobiernan no se cortan.

    Los del PP se merecen ser criticados por muchas cosas, pero por esta vez parece que han hecho algo bien.

    ¿No os hace gracia que los mismos que muestran tanta hostilidad al cristianismo se esfuerzan en que el Islam no tenga una imagen tan negativa?

  3. Julio

    ¿Recordáis cuando Teresa Fernández de la Vega felicitó la navidad con la foto de un Belén que le habían regalado? Creo que fue algo así. Pues algunos no estaban tan desculturizados todavía.

  4. Luna

    Y si les llegan felicitaciones de la Casa Real,¿Se quejan de que sean monárquicas?

  5. José Jacinto Verde Colinas

    Cometen un error los que se escandalizan de que se envíen postales o felicitaciones navideñas en las que aparezcan fotos o motivos «tradicionales».

    En Navidad se celebra uno de los acontecimientos fundamentales para un cristiano: el la Encarnación de N. S. Jesucristo, con todo lo que ello lleva consigo: el hecho de que todo un Dios omnipotente se haya hecho carne y haya adoptado una naturaleza humana, con sus limitaciones. Además, también se celebran otros misterios relacionados con la misma.

    Pretender hacer de la Navidad una fiesta «pagana» es, simple y llanamente, desnaturalizarla y quitarle su esencia. Los que pretendan hacer tal cosa podrían perfectamente celebrar la Navidad en cualquier otra época del año, que para el caso sería lo mismo. Pero para los cristianos (y sobre todo para los católicos), la Navidad debe ser un motivo de alegría, gozo, buenos deseos, etc., pero teniendo muy claro que esos sentimientos y deseos están motivados por la alegría que nos produce el hecho de que el Dios Uno y Trino, en su Segunda Persona, se haya abajado hasta hacerse hombre, pasando por uno más entre los muchos hombres que habitan el mundo. Y si, además, tenemos en cuenta que lo ha hecho viniendo al mundo en un humilde portal, en el seno de una familia humilde, despojado de riquezas, etc., el misterio es mayor todavía, y nuestro asombro y alegría ante el mismo debería ser todavía mayor.

    Lo que ocurre es que algunos olvidan todos estos hechos, o quieren que tratemos de olvidarlos, seguramente porque viven empecatados en este mundo, absorbidos en sus problemas mundanos, y pretenden, por ello, que los demás vivamos como ellos. Aunque pretendan disfrazarlo de «libertad o tolerancia religiosa».

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