Y al final llegó de verdad el lobo

De pequeño me gustaban mucho los cuentos infantiles (un buen medio para transmitir enseñanzas a los niños). Algunos se me han quedado muy grabados, pues los he visto recreados una y otra vez en el mundo real. Uno de los que mejor recuerdo tenía como protagonista a un niño muy travieso y a uno de los animales que más me fascinan: el lobo.

La versión de esta historia que me contaron a mí no es la que musicó magistralmente Sergei Prokofiev, sino una más sencilla, seguramente la misma que han escuchado de sus padres y profesores muchos niños españoles. Del cuento no recuerdo con precisión los detalles, pero sí lo más básico del argumento. Un niño llamado Pedro decide tomarle el pelo a los vecinos de su pueblo alertando de la llegada de un lobo. La broma le sale bien varias veces, hasta que los vecinos se dan cuenta de que se trata de un engaño. Un buen día Pedro se topa con un lobo de verdad, y corre despavorido a avisar a sus vecinos. Nadie le cree. La moraleja de la historia es que si mientes repetidamente a los demás, cuando por fin digas la verdad nadie te creerá.

Me he acordado de ese cuento ante lo ocurrido este fin de semana en España en relación con el caso Bárcenas. El sábado Mariano Rajoy declaró que las acusaciones que se lanzan contra él y contra su partido son falsas. Contra su palabra se levanta la del extesorero del PP, Luis Bárcenas, y una serie de anotaciones manuscritas de supuestos pagos que han publicado varios medios, anotaciones que explicarían el destino de cantidades millonarias dirigidas, supuestamente, a la financiación irregular de dicho partido. El caso está bajo investigación judicial, y será la justicia la que nos explique qué hay de cierto en lo señalado. Por mi parte diré que me llamó la atención la campaña lanzada en Twitter desde las filas populares nada más terminar la comparecencia del presidente del gobierno, usando el hashtag #YoCreoEnRajoy.

Como defensa ante quien acusa sobre la base de la palabra de una persona -en este caso la de Bárcenas-, negar la acusación y apoyar la versión del acusado es algo del todo legítimo. El problema, en este caso, es que si la credibilidad de Bárcenas no está precisamente por las nubes, la de Rajoy tampoco. Con tanta claridad como los vecinos de Pedro le oyeron gritando "qué viene el lobo", los españoles hemos leído y oído a Rajoy prometiendo que bajaría los impuestos, que reformaría la ley del aborto, que derogaría la EpC, que actuaría contra Bildu, que eliminaría el canon digital, etc. Sin embargo, ha subido los impuestos, en 13 meses de mandato no ha tocado ni una coma de la ley del aborto, no ha movido ni un dedo para desalojar a los testaferros de ETA de las instituciones ni para ilegalizar sus marcas electorales, bajo su responsabilidad los niños siguen siendo adoctrinados con la EpC de Zapatero, e incluso ha garantizado la continuidad del canon digital obligándonos a todos a pagarlo vía IRPF.

Ciertamente, un mentiroso patológico como Rubalcaba -que preside un partido salpicado por escándalos de corrupción tan graves como el de los EREs falsos en Andalucía- no tiene ni la más mínima autoridad moral para criticar a sus rivales. Pero que Rubalcaba sea un político ávido de poder y falto de escrúpulos es algo que no justifica que se repute a Rajoy una credibilidad que ha perdido, con creces, en el escaso tiempo que lleva da mandato. La palabra de Rajoy no sólo se ha devaluado a marchas forzadas entre sus adversarios, sino que además ha quedado notablemente mermada entre los votantes tradicionales del PP. Cuesta encontrar ocasiones de defraudar y desplantar a sus votantes tradicionales que la dirección del PP no haya desperdiciado desde que en abril de 2008 les mostró la puerta de salida a liberales y conservadores. Es difícil encontrar en la historia democrática de Europa a un partido que se haya esforzado tanto por contentar a los votantes de sus rivales y disgustar a los propios, faltando por sistema a las promesas pronunciadas antes de la llamada a las urnas. Pero al final llegó de verdad el lobo, y tras haberla traicionado tantas veces, nuestro particular Pedro se aferra a su palabra.

Desde luego, la situación en la que se ve Rajoy no me da pena: se la ha buscado él solito. Sí que me dan pena los que de buena fe y con toda su ilusión depositaron en Rajoy sus esperanzas de cambio después de siete años de nefasto mandato del PSOE. Me dan pena los que tienen que estar sufriendo las consecuencias de los incumplimientos de Rajoy: parados, niños no nacidos, familias, autónomos, contribuyentes, consumidores, pequeñas empresas... Me da pena un país que ha visto malograrse así una buena oportunidad de arreglar y regenerar todo lo que había arruinado Zapatero, oportunidad que seguramente no volveremos a tener en muchos años. Es grave verse salpicado por la corrupción política, sí, y creo que es tanto o más grave llegar al poder cargado de promesas e ilusiones y traicionarlas como lo ha hecho mi paisano, provocando que muchos españoles ya seamos incapaces de ver cuándo tendrá una salida la grave crisis social, económica, política e institucional que vive nuestra Patria.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. ioannes

    Bien. Entonces ¿qué hacer? Ideas y hechos, por favor. Los «logócratas» -sofistas- ya está claro que no nos sirven más para sembrarnos confusión. En no pocas cuestiones decisivas no saben en qué «creen» o no se atreven a «creer» en nada preciso, claramente identificable…

  2. Muy acertado, Elentir, y remarco lo que dices al final. Porque me da igual que contra el PP estén lloviendo palos; se los merece por idiota, por seguir con inútiles y aduladores al frente del Partido, se los merece por no querer disponer de un plan de comunicación, se los merece por acomplejado, por «pop», por «light». El problema es que sus idioteces no las pagará, de verdad, Rajoy ni el marido de Celia Villalobos, ni toda esa banda de impresentables. Ellos tienen las espaldas (y sobre todo, los bolsillos) bien cubiertas. El problema es que todo el hundimiento y degeneración lo pagamos nosotros. Lo sufre España.

  3. aln

    ¿Alguien se apuesta una cena a que Gallardón sale triunfador de todo esto? En la política las cosas nunca ocurren por casualidad.

  4. Marcial

    Pues sí, aln, huele a gallardoniano… apoyado por El Pís

  5. Bernardo

    A mi lo que realmente me ha helado la sangre es que entre los famosos papeles figure Mayor Oreja como percetor de sobres. Y parecía tan íntegro y honrado. Que desilusión.

  6. JFM

    Y yo diria que la posible corrupcion de Rajoy no es lo mas grave. Lo mas grave es cuando después de que Mas lanzara su desafio independentista lo recibe y a la salida declara «Hemos hablado de lo importante que es la economia».

    Que es lo que nos revela sobre el personaje? Lo primero un profundo desprecio hacia el pueblo del que piensa que en tanto tenga el estomago lleno acceptara cualquier cosa, una de ellas que Mas y sus secuaces le escupan en la cara. La otra, de que con tal de poder aliarse con CIU en las futuras elecciones (1), es capaz de vender a su madre. Y esa misma logica explica todos sus demas actos: porque en el tema del aborto, de Cataluña, de Bildu, del canon, de la EPC y los que no has mencionado el BNG, el codigo penal (acordaos de Sandrad Palo) piensa por el lado derecho tiene un electorado atado y bien atado mientras que por el lado izquierdo puede perder votos y, mas importante, aliados. En francés hay una expresion «cochon de votant» o sea votante cochino.

    Ciertos politicos pueden aprovechar su cargo para enriquecerse pero no acceptarian traicionar a la nacion. Y hay otros politicos dispuestos a cualquier traicion, no solo a sus amigos y su electorado sino tambien a la nacion con tal de llegar o aferrarse al poder. Y por muy honestos que sean en el plano financiero son mucho mas dañinos y peligrosos que los primeros. No sé si Rajoy es honesto en lo financiero pero si sé que es madera de Conde Julian.

  7. Muy bueno elentir. Me vais a obligar a dar cera a Gallardón. ¿Cuantas veces han intentado «colocar» a ARG? Tres o cuatro, al menos
    La esperanza nunca se pierde.

  8. Luis Carlos

    Estoy de acuerdo en que Rajoy se merece unos cuantos palos (metaforicamente hablando), y si todo esto sirve de catarsis para el PP que así sea, pero no podemos bajar la guardia.

    El PP debe rendir cuentas por sus acciones, por sus aciertos y sus errores, pero aunque Rajoy se merece ser criticado por muchas cosas no podemos olvidar que…

    …a pesar de todo no nos conviene que Rubalcaba y compañía vuelvan al poder para que sigan cometiendo sus fechorías con total impunidad. Para mí es más fácil presionar al gobierno del PP mediante el movimiento de la rebelión cívica que tener otra vez al PSOE durante otra era glacial mediática.

    Hay que sancionar al perro inútil que no ha hecho bien su trabajo, pero no podemos permitir que sea el zorro el encargado de vigilar el gallinero.

  9. No servirá para hacer ni catársis, ni autocrítica.

    Como mucho, como bien ha apuntando aln, anunciarán que el problema es que el partido se ha alejado del centro reformismo, que debe tratar de recuperar votos del centro-izquierda y que el hombre adecuado es Ruiz Gallardón.

    Lasciate Ogni Speranza. (Últimamente estoy un poco negativo)

  10. Pues ya somos dos, Anticlimacus.

  11. ¿Habéis leido el artículo de Centeno en el Confidencial?

  12. Anticlimacus, gracias por la referencia. Lo peor de Rajoy es que, igual que casi todos los dirigentes del PP, NO QUIERE hacer lo que sus votantes tradicionales le piden. NO QUIERE gobernar a favor de las clases medias y en contra de los privilegiados. Parece que Rajoy está intensamente dedicido a hacer todo lo posible para provocar que la izquierda monte la parda, igual que ya lo hicieron con el Prestige, la guerra de Iraq y el 13M-2004. Y que se ha propuesto con todas sus fuerzas que los votantes tradicionales del PP no vuelvan a votarlo. Sólo le falta decir: «votantes conservadores y liberales, no me votéis nunca».

  13. Estoy de acuerdo con Luis Carlos. Rajoy no será el mejor pero es lo mejor que tenemos ahora y si no le apoyamos acabaremos en brazos de Rubalcaba otra vez. Yo le doy un voto de confianza.

  14. pacococo

    Pena, lo que se dice pena, nos damos todos, que sin votar o votando nos tenemos que tragar el marrón. Pero los militantes del pp no me dan ninguna pena, porque están jugando a los difuntos. O sea callados como muerots.

    No tengo noticias que ningún militante o cargo o carguillo haya dicho que de ser cierta toda esta basura, se va del partido. Todos a callar y como consecuencia a otorgar.

    Y ya si ponen a D. Alberto pues entonces diremos como como Anticlimacus: Lasciate Ogni Speranza.

    En fin, que el régimen está muerto y apesta. Pero estos van a aguantar en la poltrona hasta que el cadaver insepulto se descompoga.

  15. Ioannes nos pide ideas y fechos, que non palabras. La mía es muy sencilla: Que no exista una impunidad tan enorme para los políticos, que el que la haga, la pague igual que la pagaríamos los paisanos de a tres al cuarto. Así de sencillo.

    No obstante, sea probado y mostrado el delito, no basta con que sea inventopublicado por la prensa roja y aprovechado para las pertinentes añagazas propagandísticas por el orquestador nacional de movidas del mismo color.

  16. Maria M,

    Si llega Rubalcaba hará como Zapatero y nos llenará la boca de sapos e intentará que nos los traguemos. Los votantes del PP no lo harán… hasta que a Rubalcaba le sustituya Gallardón, Feijoo o Cospedal en que tragarán todos esos sapos con un traguito de conlosotroseríapeor.

  17. Poseidon

    OFF TOPIC: Elentir, hombre, no desacredites al pobre Pedro. «Pedro y el Lobo» de Prokofiev habla de un niño llamado Pedro que vive en un bosque con su abuelo y que con ingenio y con la ayuda de un pato y un pájaro consigue capturar a un lobo feroz que quería merendárselos a todos. No tiene nada que ver con el cuento del pastor mentiroso al que aludes.

  18. Ya digo que hace muchos, muchos años que me contaron el cuento… De todas formas, creo que el nombre del pastor es lo de menos, lo importante es la moraleja.

  19. Por aquí le llamamos el cuento de Roberto y las cabras. Creo que es la versión más conocida.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.