Pues claro que el PP tiene principios: aquí podéis ver a Rajoy exponiéndolos en 2007

La red es una hemeroteca la mar de útil. Anoche encontré este vídeo, grabado por la agencia Efe en un mitin del PP en Orense el lunes 14 de mayo de 2007, en el cuarto día de campaña para las elecciones municipales de ese año. Ver hoy este vídeo resulta cómico.

Un año de la victoria de Mariano Rajoy: el prometido cambio resultó ser una prórroga
Argumentos socialistas, recetas socialistas y resultados socialistas
Un año perdido y más de 100.000 vidas humanas tiradas al cubo de la basura

En el vídeo Rajoy habla de los principios de Zapatero con estas palabras:

"Yo al menos tengo principios. Tengo principios, tengo objetivos políticos, programa de Gobierno y medidas que he planteado a los ciudadanos. Los de Zapatero son los de Groucho Marx. Éstos son mis principios y si no le gustan, tengo otros."

Rajoy señaló entonces que "el marxismo, el de Groucho Marx, es el origen de todos los problemas y cosas sorprendentes que han sucedido en España en los últimos tres años, con un Gobierno que un día dice una cosa y al otro la contraria sin que se le mueva un solo músculo". Acusó además al anterior gobierno de ser "capaz de defender una cosa y la contraria como quien no quiera la cosa, un criterio poco claro, preocupado por lo que dicen los medios de comunicación y los estudios sociológicos, sin objetivos ni propuestas claras para España".

Por supuesto, Rajoy se equivocaba: Zapatero tenía un proyecto ideológico muy definido, y se empeñó a fondo en desarrollarlo para desgracia de los españoles, que aún estamos padeciendo las consecuencias. Los que no parecían tener tan claros sus principios son Rajoy y su equipo. Para constatarlo basta con repasar lo que llevan de mandato y las medidas políticas que han tomado hasta ahora: en 14 meses de gobierno, Rajoy y su gabinete no han derogado ni una sola de las leyes instauradas por Zapatero. Pasado ya de sobra un tiempo prudencial para empezar a juzgar la actuación de gobierno del PP, en el terreno de los hechos ya podemos dar fe de que el prometido "cambio" se ha quedado en mero recambio. Incluso en materia económica Rajoy ha seguido aplicando las recetas socialistas, subiendo los impuestos y consiguiendo, así, que haya seguido aumentando el paro hasta llegar a cifras nunca vistas en España.

En el plano de las ideas el continuismo del PP de Rajoy es aún más alarmante. Sin ir más lejos, ayer se conocía una entrevista de la revista Forbes al ministro de Economía. En ella Luis de Guindos se descuelga con lo siguiente:

"Yo soy católico, pero no estoy en contra del matrimonio entre homosexuales, porque creo que en este tipo de cuestiones los derechos individuales son fundamentales. Lógicamente, no estoy a favor del aborto. Si una hija mía se viera en esa situación, siempre le recomendaría que no abortara. Pero tampoco modificaría la legislación actual".

A su vez, el ministro de Justicia salía en defensa del matrimonio del mismo sexo que recurrió su propio partido al Tribunal Constitucional. Gallardón lo defendía con unas palabras que lo mismo podrían aplicarse a una unión incestuosa que a la poligamia o la poliandria: "lo que justifica una relación conyugal es el amor". Haciendo suya la filosofía zapateril sin cambiar ni un solo matiz, afirmaba que eso es "lo que debe llevar a los poderes públicos a crear los instrumentos adecuados para que esa voluntad de encuentro, para que ese amor, tenga sus efectos jurídicos, tenga su desarrollo en una sociedad avanzada como la nuestra", para acabar concluyendo que "allí donde hay amor está plenamente justificada la unión de dos personas". Pero ¿y por qué sólo dos personas y no tres o más? ¿No dice que el amor se basta por sí solo para justificar lo que sea?

En fin, de esa tendencia a asumir los presupuestos ideológicos relativistas de la progresía podemos ir sacando conclusiones relativas a la insistencia de Gallardón en aplazar una y otra vez la reforma de la Ley del Aborto mientras su gobierno se apresura a proteger las vidas de monos e incluso las de los cefalópodos. La dirección del PP está haciendo un número de travestismo ideológico que bien cabe calificar como auténtico fraude a sus votantes. Llegó al poder prometiéndoles un cambio y lo que les ofrece es más de lo mismo, y en vez de disculparse, en vez de poner siquiera la economía como excusa para aplazar otras reformas, el gobierno del PP ya hace suyos, sin pestañear, los principios relativistas que movieron a Zapatero a desarrollar un proyecto ideológico que Rajoy está respetando en su totalidad.