Una reveladora foto tomada al que ahora es el nuevo Papa Francisco

La foto, hecha en 2008 por Dyntony Gómez, fue publicada entonces por el diario argentino La Gaceta. La noticia decía: "Por la tarde, monseñor Bergoglio lavó los pies a 12 jóvenes que se recuperan de la adicción a las drogas, durante una misa en la parroquia Virgen de Luján, en Parque Patricios. (...) Antes de la comunión, Bergoglio se arrodilló delante de cada uno de los jóvenes provenientes de la Villa 21-24 y del Barrio Zabaleta para lavarles los pies y besárselos."

Si alguien quiere comprender bien el profundo significado de este gesto de humildad, cito lo siguiente del capítulo 13 del Evangelio de San Juan, que explica este gesto:

"Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.
(...)
Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿comprendéis lo que acabo de hacer con vosotros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado el ejemplo, para que hagáis lo mismo que yo hice con vosotros."

Por supuesto, el ahora Papa Francisco no es el primer pontífice que hace el lavatorio de pies, ya sea antes o después de su elección. Sin ir más lejos, ya hemos visto esta escena con Benedicto XVI y Juan Pablo II. Es un gesto de humildad, por cierto, que nunca se lo he visto hacer a quienes desde numerosos medios de comunicación, y casi siempre echando mano del argumento más como pretexto para la crítica que por sincera convicción, exigen una Iglesia más humilde y cercana a Cristo. Tomad ejemplo.

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Comentarios:

  1. Nunca había visto una foto del lavatorio con este detalle. Me refiero al tatuaje en la pierna del fiel a quien se está besando el pie. Lo encuentro simbólico, porque tenemos al Representante del Jesucristo que dijo: «Si un hijo le pide un huevo a su padre, no le dará éste un escorpión». Vemos aquí al «Alter christus» que cree en esto y al hombre, que es capaz de hacerlo.

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