Esto sí que es una marcha por la dignidad

A pesar de la lluvia y el frío, ayer cientos de vigueses asistimos a la manifestación que podéis ver sobre estas líneas. A algunos les parecerá incomprensible porque no reclamamos que se nos sostenga con el dinero del prójimo, ni que el Estado contrate servicios o pida dinero prestado y luego no pague sus deudas. Es más: allí no hubo barricadas, no rompimos papeleras, no volcamos contenedores, ni dañamos de ningún modo propiedades públicas o privadas.

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Además, y aunque esto les pueda resultar incomprensible a quienes confunden el derecho de manifestación con una patente de corso para hacer daño a los demás, he de decir que en la manifestación de ayer en Vigo no se insultó ni se agredió a nadie, tampoco a la Policía. Antes bien, los agentes de la UIP que estaban en la calle del Príncipe se encontraron con una marcha pacífica y civilizada, en la que recibieron -dicho sea de paso- muestras de ánimo y apoyo tras los ataques recibidos por sus compañeros en Madrid el pasado sábado.

Para más inri, ayer no marchamos para reclamar ningún derecho inventado, sino para reivindicar el amparo al más básico de los derechos humanos: la vida, un amparo que se les niega por ley a los más inocentes e indefensos, que son los niños y niñas por nacer. Otros se manifiestan para reclamar un "derecho" a matar a los más débiles, y de un tiempo a esta parte lo están haciendo, además, entre consignas llamando a quemar a los que no pensamos como ellos. Ayer en Vigo no se pidió quemar a nadie. Tampoco nos manifestamos junto a grupos violentos, como sí hacen los grupos abortistas en Galicia. Ayer pedimos de forma pacífica, civilizada y democrática que se defienda el derecho más elemental de los que se derivan de la dignidad humana: el derecho a vivir, un derecho cuyo desamparo acaba erosionando a la sociedad y a la democracia, al dañarlas en sus raíces más profundas.

Lo más digno es defender la vida, y no negársela a otros aprovechándose de que aún no tienen voz. Lo digno es proporcionar ayuda, apoyo y compañía a las madres sin recursos -que es lo que hacen muchas asociaciones provida-, y no apelar cínicamente a la pobreza para forzar a esas madres a deshacerse de sus hijos, como si acabar con la pobreza exigiese acabar con los pobres. Lo digno es defender la maternidad, y no insultar a las mujeres presentando como la panacea de la feminidad el aborrecible acto de quitarle la vida a un hijo. No hay ninguna dignidad en reclamar el poder de matar a los hijos, una forma de violencia que acaba por envenenar a toda la sociedad. Y es que si para algunos matar a los más débiles es un "derecho", no es de extrañar que confundan el derecho de manifestación con la posibilidad de romper mobiliario urbano o agredir a un policía, o incluso que se crean que la libertad de expresión les da derecho a incitar a quemar a los demás. Cuando se destruye el derecho humano sobre el que se asientan los otros derechos, la sociedad y la democracia se van al garete.

P.D.: mi agradecimiento a la Asociación Familiar Viguesa (AFAVI) por la organización de la manifestación de ayer, con discursos claros y valientes. Así da gusto. Podéis ver aquí las fotos que hice de la manifestación: