Un pañuelo para la hija de una condenada a muerte por ser cristiana: #WeAreN2015

Esta niña se llama Eisham Ashiq y tiene 15 años. De las cientos de fotos que hice estos últimos días en Madrid, ésta fue la más difícil de todas: al verla así casi se me saltan las lágrimas.

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Eisham habla en pastún, un idioma con una sonoridad curiosa y que para un ignorante como yo hasta resultaría bello de escuchar, si no fuese porque Eisham estaba contando cosas realmente terribles. No me hacía falta la traducción: ya sabía lo que estaba diciendo, pues he seguido su historia (y os la he ido contando aquí) desde hace cinco años. Se hace muy cuesta arriba fotografiar el sufrimiento ajeno. Uno piensa en tender un pañuelo a quien llora y ofrecerle consuelo, y no en hacer fotos. Pero si no hubiese hecho esa foto, no estaría ahora en tu ordenador. Tal vez algunos no le habrían prestado atención a este texto si no fuese por esta foto tan triste. Sabía que sin esta imagen, muchos no se animarían a conocer la terrible experiencia de Eisham, y no dar ese paso puede costarle la vida a su madre, porque sin nuestra atención, sin nuestro apoyo, la madre de Eisham podría morir en cualquier momento. ¿Te preguntas cómo puede ser tal cosa?

Lo que estaba contando Eisham antes de romper a llorar

Como pudimos ver el viernes durante el estreno en España de la película dedicada a su madre, la de Eisham es una familia muy modesta de una zona de Pakistán que sólo cabe calificar como tercermundista, a la vista de sus caminos de tierra, sus casas destartaladas y la pobreza en la que viven sus gentes. Eisham es una niña a la que nunca veríamos en España si no fuese porque su madre, Asia Bibi, ha sido condenada a muerte por beber agua. No, no es una broma, aunque parece una broma macabra. Eisham y su padre, Ashiq Masih, dieron una conferencia el sábado en Madrid en el marco del Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa #WeAreN2015. Allí Eisham contó lo ocurrido: "Mi mamá trabajaba en el campo. Salió a beber agua y la tomó de donde bebían los musulmanes; los musulmanes lo vieron 'impuro' y discutieron cinco días sobre ese tema. Al quinto día, la sacaron de casa, rodeada por todo el pueblo. Nosotros éramos la única familia cristiana de la aldea, junto a la de mi tío". Eisham sólo tenía entonces nueve años (ya casi diez) y presenció la detención, la paliza y la humillación que le hicieron a su madre. "Mientras la golpeaban pidió agua, pero nadie le ofreció un vaso de agua, no le daban tregua. Yo misma necesitaba agua porque me encontraba allí y me arrollaban de mala manera. Alguien me cogió y me empujó contra un muro. Estaban abusando de mi madre, le arrancaron la ropa..." En ese momento Eisham rompió a llorar. Es el momento que dejé reflejado en esa foto.

Condenada a muerte por no renegar de Cristo

A Asia Bibi la acusaron de blasfemar contra el profeta Mahoma dos mujeres musulmanas que han aportado testimonios contradictorios, y el testigo clave, un clérigo musulmán, reconoció que no estaba ahí en el momento en que Asia Bibi pronunció, según sus acusadoras, esa blasfemia. Según la ley antiblasfemia de Pakistán, el castigo para cualquier expresión o incluso pensamiento contra el profeta Mahoma (¿cómo identifican un pensamiento?) es la pena capital. Lo que en ningún país civilizado habría sido admitido como prueba de cargo, en Pakistán ha servido para condenar a muerte a una cristiana, porque sus leyes lo permiten y así lo han dispuesto jueces presionados por fundamentalistas islámicos. A Asia Bibi le ofrecieron el perdón si abrazaba el Islam, pero se negó. Así pues, la verdadera razón de su condena a muerte es no renegar de Cristo.

20 asesinados en dos iglesias de Pakistán: ni una portada en España

Al sufrimiento de Eisham por el calvario que está sufriendo su madre hay que añadir el peligro real para los pakistaníes que, como ella, son cristianos. "Hace poco unos suicidas con explosivos nos atacaron en dos iglesias de Youhanabad. El noventa por ciento de la gente ha abandonado sus casas porque los musulmanes amenazan con quemar nuestra colonia", explica Eisham en una entrevista publicada hace unos días por HazteOir.org. Eisham se refiere a los atentados islamistas del 15 de marzo, con dos decenas de cristianos asesinados. Un hecho que no mereció ninguna portada de prensa en España, y tampoco pronunciamiento alguno del gobierno ni de la oposición parlamentaria, un silencio que denunciaba Monseñor Martínez Camino, Obispo auxiliar de Madrid, el pasado viernes desde el congreso #WeAreN2015:

El secretario general de la CEE se interesa por la familia de Asia Bibi

Igual que agradecí la presencia el viernes de Monseñor Martínez Camino en el congreso, tengo que hacer lo mismo con otro alto cargo eclesiástico español. José María Gil Tamayo, secretario general de la Conferencia Episcopal Española, pasó el sábado por el congreso y estuvo con la familia de Asia Bibi:

El escandaloso silencio de las buenas personas (y las zancadillas de las malas)

El gesto de Gil Tamayo se agradece no sólo ante esos silencios de los que he hablado, sino también ante lo que -parafraseando a Martin Luther King- podríamos llamar el escandaloso silencio de las buenas personas. Me gustaría que la foto de esta niña llorando y la terrible historia que ha contado animasen a muchas de esas buenas personas a romper ese silencio. Y me refiero a las buenas, porque de las malas -incluidos algunos que se dicen cristianos- ya no espero nada, ni siquiera que dejen de poner zancadillas a quienes intentamos dar voz a los perseguidos y salvarle la vida a una madre cristiana condenada a muerte por su fe. Sobre esas malas personas me limitaré a señalar una cuestión: si en vez de ayudar a sus hermanos perseguidos, se dedican a atacar a quienes les ayudamos, ¿quién se beneficia de ello?

Tú también puedes ofrecerle un pañuelo a Eisham

Puedes hacerlo, sí. No basta con indignarse ante su sufrimiento. Enfadarse y no hacer nada, eso no sirve de ayuda. Si quieres hacerle llegar tu pañuelo a Eisham, reza por ella y por su familia, da a conocer su historia, firma pidiendo la libertad para Asia Bibi y, en la medida de tus posibilidades, apoya económicamente a quienes están comprometiendo sus recursos en conseguir su puesta en libertad. Si no hacemos nada, pronto veremos más fotos de otras hijas desconsoladas de condenados a muerte, porque sus hermanos de Occidente preferimos mirar hacia otro lado. A ver cómo lo explicamos el día que nos toque rendir cuentas ante Dios.

Salvar la vida de Asia Bibi incluso a riesgo de que desaparezca HazteOir.org

Eisham significa "Esperanza", según dijo allí Josep Nadeem, presidente de la Renaissance Education Foundation, organización que proporciona apoyo a la familia de Asia Bibi, con la ayuda de la plataforma española MasLibres.org, promovida por HazteOir.org. Y de esperanza hablaba anteayer el padre de Eisham, hablando sobre el día en que Asia Bibi fuese liberada: "Somos paquistaníes y no queremos dejar nuestro país, tenemos la esperanza de que todo cambiará algún día. Teniendo que abandonar Pakistán, preferiríamos estar entre los españoles si liberan a Asia, porque la gente española nos ha mostrado su amor. Nunca olvidaremos ese amor", comenta Ashiq Masih. En la clausura del congreso, Miguel Vidal, portavoz de MasLibres.org, anunció que llegado ese momento no se podrá sacar a Asia Bibi del país con un vuelo en una aerolínea comercial, pues los fundamentalistas islámicos han prometido asesinarla si sale en libertad. Miguel ha adelantado que quizás ese día tenga que desaparecer HazteOir.org, porque la asociación pondrá todos sus recursos para traer sana y salva a Asia Bibi a lugar seguro, disponiendo que un helicóptero la recoja en la cárcel y la saque de Pakistán con las medidas de seguridad necesarias. Este fin de semana HO ya hizo entrega de 200.000 euros para los cristianos perseguidos. Soy socio de HO desde hace 12 años y ante iniciativas como éstas me siento muy orgulloso de serlo. No me gustaría que llegase un día en que esta plataforma que tanto bien hace tuviese que desaparecer para salvar una vida. Por mi parte, he escrito a Ignacio Arsuaga para pedirle que tripliquen mi cuota de socio. El sacrificio que me supone eso es insignificante al lado del calvario que afrontan Asia Bibi y los suyos.