Pedimos la independencia porque pasamos hambre (tuiteado desde mi carísimo iPhone)

"Realmente la gente pasa hambre y la única manera es dar la soberanía a la gente". Esto no lo ha dicho un político de Eritrea. Lo ha dicho un separatista de la región española de Cataluña.

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El dirigente en cuestión pertenece a la CUP, una formación ultranacionalista catalana que llama "luchadores por la libertad" a criminales terroristas, pero a pesar de ello puede presentarse a las elecciones como si nada. Según una noticia de hace unas semanas, en Cataluña hay 751 casos de desnutrición infantil. Y eso sobre una población de 7,5 millones de personas. Pero la gente, dicen los muy cretinos, "pasa hambre". Y además, aseguran, eso se solucionará con la independencia (con la que seguramente los días serán más soleados, la comida será más rica, las vacas darán más leche y las gallinas más huevos). Una independencia que gestionarán los mismos, claro, que han convertido a Cataluña en la región más endeudada de España: acumula más de la cuarta parte del total de la deuda autonómica. Con estos gestores, si algún día llega la independencia, no sé si llegarán a pasar hambre, pero una Cataluña independiente tiene todas las papeletas para convertirse en la nueva Grecia de Europa, que es a lo que apunta la más llamativa de las características comunes de ambas: una clase política despilfarradora, demagoga, liberticida e incompetente.

Pero hagamos un ejercicio de imaginación -mucha- y creámonos, en serio, que los ultras de la CUP están pasando hambre. Para cerciorarme de lo hambrientos que estaban estos ultras y enterarme de cómo ayudarles, he repasado varias cuentas de Twitter de la CUP. Uno esperaba ver fotos de rapados de la CUP al borde de la anorexia, destrozados por la inanición e incluso planteándose la opción del canibalismo, pero no. Qué extraño. De hecho, haciendo la búsqueda con Tweetdeck me fijé en un detalle. Veamos aquí tres tuiteos de distintas cuentas de la CUP:

Pues sí, no os engaña la vista: estos tuiteos han sido publicados desde distintos móviles del tipo iPhone. No quiero pensar que los habrán robado, así que supongo que los habrán tenido que pagar como todo quisque. No descubro nada a nadie si señalo que este móvil es caro, muy caro. La versión más barata, el iPhone 5C, cuesta 399 euros. Si hacemos un sencillo cálculo con un precio de 80 céntimos por barra de pan, con lo que cuesta cada iPhone 5C los de la CUP podrían comprarse 498 barras de pan. Pero dicen que pasan hambre y que la independencia, como una varita mágica, resolverá el problema. Definitivamente, esta gente toma a los catalanes y al resto de los españoles por unos imbéciles.