Podemos y sus medios afines cargan ahora contra los 'escrachistas' de Madrid

A la ultraizquierda ya no le gustan los 'escraches': ha empezado a padecerlos

Ayer, en Madrid, cientos de policías municipales hicieron un "escrache" al Concejal de Seguridad de Carmena, Javier Barbero, un señor que participó en escraches antes de ser concejal.

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La formación de Carmena habla ahora de 'delitos de odio'

En una nueva aplicación del que parece ser la norma favorita de Podemos y sus marcas blancas, la Ley del Embudo, el citado concejal, muy indignado, anunció ayer que investigará si hubo "delitos de odio" por los insultos que recibió:

En otra declaración, y echando mano de una jeta espectacular, ha dicho que lo de ayer contra él "no ha sido un escrache":

Los 'escraches', una forma de violencia con fines políticos

Una cosa es "escrache" -es decir, violencia "buena"- sólo si la bendice la ultraizquierda, por lo que parece. Y uso la palabra "violencia" porque los escraches son violencia, y no es que lo diga yo. El 25 de marzo de 2013, en un artículo publicado en Eldiario.es -uno de los digitales de referencia de la ultraizquierda española-, Isaac Rosa afirmaba sin tapujos: "El escrache es ilegal, violento y yo no querría sufrirlo, vale, ¿y qué?" Ese mismo mes, y sin que nadie desde la extrema izquierda calificase la cosa como un "delito de odio" por insultar a un ministro, en un "escrache" se llamó a gritos "asesino" a Gallardón en plena calle. Tampoco hubo quejas por parte de la ultraizquierda cuando ese mismo mes en otro "escrache" aporreaban durante 45 minutos la puerta de un diputado del PP, estando sus hijos en casa, un acto de acoso y de coacción que recibió una lluvia de críticas en la red, pero no desde la ultraizquierda. Uno de los incidentes más graves se produjo en mayo de 2014, cuando durante otro "escrache" se lanzaron piedras y botellas contra el coche del Ministro de Hacienda. La ultraizquierda, una vez más, no lo condenó.

Ahora llaman 'matones violentos' a los escrachistas

Los medios de apoyaron esos "escraches" cuando los hacía la ultraizquierda, hoy lanzan un discurso muy distinto para calificar la protesta violenta -porque lo fue- sufrida ayer por el concejal madrileño. Desde Público, David Bollero llama "auténticos descerebrados" y "matones violentos" a los autores del "escrache" de ayer. El mismo autor, en abril de 2013, profetizaba: "Los escraches no sólo no se reducirán sino que se extenderán a reivindicaciones más allá de las hipotecas". Lo que no debió imaginar es que su extensión acabaría por salpicar a sus afines, que debe ser lo que no le gusta. También desde el citado diario ultraizquierdista el diputado de Podemos Pablo Padilla niega que lo de ayer fuese un escrache: "Todas, repito, todas las acciones de la PAH han sido y son pacíficas", asegura. ¿Aporrear durante 45 minutos la puerta del domicilio de alguien es un acto pacífico, acaso? El mismo padilla, en 2014, se burló de González Pons por aquel escrache violento en su domicilio: "El escrache es Democracia, no es terrorismo. Deberías decírselo a tus hijos @gonzalezpons".

Carmena dijo en 2013 que los escraches eran legítimos y necesarios

La propia Manuela Carmena dijo en mayo de 2013 que "los escraches son una protesta no sólo legítima sino necesaria". Como vemos, ahora que lo sufre uno de sus concejales son "delitos de odio". De hecho, en un giro muy paradójico de los acontecimientos, el concejal se ha quejado de que no interviniese la Policía Nacional. Hay que recordar que Barbero es miembro de Podemos, cuyo líder se mostraba emocionado viendo cómo pateaban a un Policía:

Ahora la ultraizquierda está probando su propio jarabe

A diferencia de la ultraizquierda, yo considero criticables los "escraches" los haga quien los haga. La violencia con fines políticos o sindicales me parece aborrecible. Eso sí, no puedo olvidar la cantidad de veces que la extrema izquierda se ha dedicado a jugar con fuego, justificando la violencia política de la forma más cínica e irresponsable, en la esperanza de sacar réditos de ella, y empujando a nuestra sociedad a un clima de tensión en el que estaba cantado que esas incitaciones a la violencia acabarían volviéndose contra ellos. Si no ha ocurrido antes y a mayor escala es porque el resto del escenario político español, a excepción de la ultraderecha violenta -con un carácter puramente marginal-, tiene una forma mucho más cívica y democrática de afrontar la acción política que la que se gastan los grupos de extrema izquierda. Dicho sea de otra forma: ahora están probando su propio jarabe. Que les haya sabido tan rematadamente mal es algo que debería hacerles reconsiderar lo que han venido haciendo hasta ahora, pero sinceramente, no soy tan optimista a la hora de valorar la falta de empatía y de autocrítica de los totalitarios.

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Comentarios:

  1. Luis Miguel López

    «Esto no ha sido un escrache» Ya, ya.
    Estos,al igual que reparten carnés de demócratas para los que son de su cuerda, también definen que es un escrache dependiendo de sus ideas políticas.
    Todo un ejercicio de coherencia…totalitaria.
    Saludos

  2. pacococo

    Bueno, a cada cerdo le llega su San Martín, en este caso un S. Martín laico, por supuesto.

    Ahora bien, como estos usan el pensamiento alicia, pues no son escraches porque es escrache lo que yo digo que es escrache y como digo que esto no lo es, pues no lo es.

    Pero se los están tragando, los llamen como los llamen.

  3. sanabria

    Donde las dan las toman y callar es bueno

  4. Russell

    La de hoy también ha sido de nota.

    Pasaban por allí y me apunté (sin saber a qué y menos mal que no era una recluta de terroristas suicidas del Estado Islámico…).

    Fue respetuosa (para demostrarlo tendría que haberlo hecho delante del juez y este decretar que era algo normal).

    Era una protesta legítima (eso lo dice ella, aunque lo cierto es que no era legal y eso la ha traido ante un juez).

    Ya le pidió perdón al arzobispo de Madrid (¡muy bien! ¿Y al capellán? ¿Y a los asistentes? ¿Y al resto de católicos? Tiene el perdón de una persona, ¿y eso le exime de responder ante la ley?).

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