Así empezó la pendiente resbaladiza hacia la ruina moral ante el terrorismo

Cuatro mensajes de indignidad lanzados por algunos españoles tras la masacre del 11-M

Tal día como hoy se perpetraba en Madrid la mayor masacre terrorista de la historia de España. Pasados 12 años cabe preguntarse: ¿qué mensaje transmitieron algunos españoles al mundo?

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Hay cuatro mensajes preocupantes que se lanzaron desde nuestra sociedad. No toda, desde luego, pero sí una parte significativa, lo bastante importante como para que uno sienta vergüenza, como español, de que estas cosas hayan pasado en nuestra Nación:

1º. Culpar al gobierno de los atentados llamando 'asesinos' a los del PP

El 13M, manifestantes de izquierdas cercaban las sedes del PP llamando "asesinos" y "terroristas" a sus afiliados. Casualmente, uno de los que llamó "asesinos" a los del PP fue Monedero, años después dirigente de Podemos. Tras la llegada del PSOE al poder, el primer Ministro del Interior de Zapatero, José Antonio Alonso, culpó al PP de "falta de previsión política" en relación a los atentados, como si una masacre terrorista se pudiese evitar tomando decisiones políticas. ¿Cuáles? Se asumía así el mensaje de los terroristas: España tenía la culpa por provocar, a pesar de que las tropas españolas ni siquiera participaban en una misión de combate, sino de estabilización una vez culminada la invasión. Esa estrategia de transferencia de culpa de los terroristas a un gobierno democrático fue utilizada después para justificar la negociación política de Zapatero con ETA: el gobierno socialista afirmó que "el PP no quiere la paz" porque no apoyaba que se cediese ante los etarras. Ese mensaje lo ha ido asumiendo no sólo gran parte de la izquierda, sino también de la derecha, especialmente tras la tregua etarra del 20 de octubre de 2011.

2º. Dejar que un acto terrorista provoque un vuelco electoral

Derivado del anterior punto, y muy relacionado con él, fue la utilización electoral de los atentados por parte de la izquierda. Una utilización descarada y que tuvo su máximo exponente en los acosos a sedes y afiliados del PP ocurridos dos días después de los atentados. El 14 de marzo había convocadas Elecciones Generales, y una semana antes todas las encuestas menos una daban la victoria al PP. El PP ganó con diferencia en el voto emigrante, emitido antes de los atentados. Tristemente, los terroristas consiguieron provocar un vuelco electoral, condicionando el voto de muchos españoles. Y precisamente una de las consecuencias de ese vuelco fue la llegada al poder de un gobierno que cambió la política de firmeza contra el terrorismo por la claudicación ante los etarras, plasmada en los pactos de Zapatero con ETA. Una indignidad dio lugar a otra.

3º. La prisa por resolver los atentados se tornó en desinterés

Relacionado con los puntos anteriores está otro hecho lamentable y vergonzoso que se produjo en las horas siguientes al 11M. En un caso único en la historia de España, una parte de la sociedad y de la clase política reclamó al gobierno que descartase toda posible línea de investigación que no apuntase a un atentado islamista. Hay que recordar que en la noche del 11M, el mismo día de los atentados, Zapatero llamó al director de El Mundo para comunicarle un bulo sobre supuestos terroristas suicidas. A las diez de la noche, la Cadena SER, afín al PSOE, difundía el bulo de este modo: "Tres fuentes distintas de la lucha antiterrorista han confirmado a la cadena SER que en el primer vagón del tren que explotaba antes de llegar a Atocha iba un terrorista suicida. Interior no lo confirma." Interior no lo confirmaba porque era una mentira, mentira que sirvió para empezar una campaña de agitación a fin de sacar provecho político de los atentados. El 13M por la mañana, la SER emitía este mensaje: "Siguen las investigaciones, y sigue sin respuesta la pregunta que ayer se hacían miles de ciudadanos en las calles de toda España: ¿quién ha sido? ¿Quién ha puesto trece bombas en cuatro trenes de cercanías?" El "¿quién ha sido?" se entonó a gritos esa tarde y noche ante las sedes del PP, en boca de manifestantes furiosos e impacientes por saber la autoría de los atentados. Lo que vino después rozó el esperpento: prisas por desguazar los trenes, destrucción masiva de pruebas, pruebas que aparecían por arte de magia, autopsias que no se hicieron... Una vez pasadas las elecciones, preguntar "¿quién ha sido?" te convertía en un conspiranoico. La izquierda había conseguido su objetivo electoral y la autoría de los atentados ya no le importaba tanto. Aún hoy seguimos sin saber quién fue el autor intelectual de la masacre. Y como no se cita a ningún autor intelectual en la sentencia del 11M, el gobierno del PSOE y sus medios afines pasaron de hablar por él a negar la misma existencia de la figura del autor intelectual, con todo descaro.

4º. Transmitir la idea de que compensa asesinar a españoles

Tras los atentados del 11S, los estadounidenses vivieron una explosión de indignación, pero no contra su gobierno, sino contra los terroristas. Una vez identificó al autor intelectual de los atentados -allí no niegan lo obvio-, EEUU, en medio de una masiva expresión de patriotismo, puso en marcha una respuesta bélica para dar con los responsables de aquel crimen masivo. EEUU no paró hasta que dio con Bin Laden. Lo que ocurrió en España fue justo lo contrario. Ya he señalado que el gobierno socialista prefirió negar sin más la existencia de la autoría intelectual al no darse con dicho autor: una tomadura de pelo. Pero lo peor vino antes. Una vez llegó a La Moncloa, la primera decisión que tomó Zapatero fue la de retirar las tropas españolas de Irak. Era un gesto torpe y patético que suponía contentar a los terroristas, según la idea de quienes asociaban el atentado con la participación de nuestro país en aquella misión militar. Para España fue una humillación en toda regla. El día anterior, el gobierno de EEUU había advertido que esa retirada "enviaría un mensaje terrible a los terroristas". El mensaje enviado es el mismo que se le transmitió tácitamente a ETA en la negociación política que inició Zapatero con la banda terrorista: la idea de que compensa asesinar a españoles, porque el gobierno español está dispuesto a pagar un precio político para que los terroristas no maten. Un mensaje parecido es el que se transmitió al pagar secuestros de españoles. Dar a los terroristas lo que piden para que te dejen en paz hace que los asesinatos y los secuestros se conviertan en una actividad política y económicamente muy lucrativa.

Una pendiente resbaladiza hacia la ruina moral

El daño que estos cuatro mensajes ha hecho a la lucha contra el terrorismo en España ha sido enorme. No sólo porque la extensión de esas ideas ha beneficiado a los terroristas, sino también porque ha desarmado ética y moralmente a nuestra sociedad frente a amenazas de ese tipo y, además, ha acabado provocando una cada vez mayor ola de justificaciones y frivolizaciones del terrorismo en nuestra sociedad. Da la sensación de que, para muchos, España es el compendio de todos los malos y si determinados criminales atentan contra nosotros es porque algo habremos hecho. Que en un país en el que los terroristas han matado a tantos cientos de personas haya, a día de hoy, tanta gente que considera legítimo hacer bromas miserables sobre esos crímenes, hacer chistes y mofas sobre sus víctimas o incluso mostrar comprensión por los terroristas e incluso considerarles "hombres de paz", demuestra hasta qué punto una parte de la sociedad española se lanzó por una pendiente resbaladiza hacia la ruina moral con posterioridad al 11M.

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Comentarios:

  1. Russell

    A mí el atentado me pilló en un tren que acababa de pasar por Atocha (una compañera de trabajo que a veces venía conmigo se quedó parada en la estación de Laguna). Recuerdo que me pasé la mañana llamando desde la oficina a mis padres en el pueblo para tranquilizarles, pero no me hice con ellos hasta la tarde. Fui a la primera manifestación que se convocó y no entendí nada. No se gritaba contra los asesinos, se gritaba contra el gobierno.

    Discutí mucho con compañeros de trabajo, conocidos e incluso amigos. Todos querían saber, pero únicamente que los atentados se habían cometido por la guerra de Iraq y que el gobierno en pleno del PP debía ser juzgado como autor. Cuando comenzó a gobernar Zapatero nadie quería saber de dónde había salido la mochila, qué pasó con el Skoda Fabia, por qué no había imágenes de los terroristas, qué pasó en el piso de Leganés, por qué se habían destruído los trenes,… si preguntabas eras un conspiranoico, que defendía ciegamente las tésis del PP.

    Ahora lo planteas y les preguntas ¿por qué los vagones del metro de Valencia que se accidentaron han sido guardados varios años y los trenes de los atentados fueron destruídos? ¿Por qué se condenó a tan poca gente de todos los procesados, solo a un autor material que fue visto en varios sitios a la vez y a ningún autor intelectual? ¿Qué pasó en el piso de Leganés? ¿De dónde salió una mochila con una bomba sin explotar que era distinta de las que explotaron?

    Dudas razonables, pero te dicen. Sí, es raro que se destruyesen los trenes, pero no era necesario porque el resto de pruebas eran muy claras. Sí, es raro que no se condenase a más gente, pero la justicia funciona mal en España. Sí, es raro que se escapase un tío corriendo, que no hubiese imágenes del tiroteo, que los terroristas suicidas se hiciesen explotar antes de que entrasen los GEO y después de evacuar el edificio, pero esa gente está mal de la cabeza. Sí, es raro lo de la mochila, pero ese día estábamos conmocionados… Hay excusas para todo, salvo para dudar de la versión oficial.

    Aun hoy si dudas, eres un conspiranoico.

  2. Lean mi nueva novela ‘The Galician Parallax’ (amazon) que se basa en este atentado y esta dedicado a las fuerzas de seguridad del estado, en especial la Guardia Civil. Es un thriller emocionante.

  3. sanabria

    No hay que darle vueltas :11-M = ETA .Se acabara sabiendo ,siempre hay arrepentidos que lo acabaran confesando.

  4. pacococo

    Fueron unos días de indignidad y de cainismo como difícilmente se volverán a producir. Con un gobierno de inútiles que no fueron capaces de reaccionar o no quisieron y una oposición vil que cuando tomó el poder acabó de envilecer a la población, que ya estaba bastante envilecida pues por mucho que dijeran, los asesinos fueron los de las bombas, no el gobierno. Como digo el gobierno demostró ser incapaz de gobernar y eso será lo que sea pero no es terrorismo asesino.

    En el fondo, aquella indignidad, fue un escalón más en el cúmulo de indignidades que se fueron sucediendo antes y después y seguirán sucediendo mientras este país esté lleno de gentes de incultura enciclopédica.

    Y esta incultura hace a la gente sensible a la manipulación de los medios y cuando haces preguntas te contestan, si es que lo hacen, como dice Russell, llamándote conspiranoico. Porque aquí a lo que vamos a la descalificación personal, especialmente cuando nadie puede o quiere contestar unas elementales preguntas.

    Seguramente nuestros descendientes sabrán la verdad y hasta la estudiarán en la Historia y más de uno quedará como algún político de los siglos XVIII y XIX, pero eso a estos no les importa.

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