Pedro Sánchez pretendía hacerse con el poder cediendo ante el separatismo

Es preferible un PSOE roto a una España rota por culpa de un PSOE sin escrúpulos

La dimisión de Pedro Sánchez ayer, tras un bochornoso espectáculo de bronca callejera en Ferraz, ha sido inmediatamente respondida desde Podemos con cínicas apelaciones a "la gente".

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¿Los 30 millones de votantes que no optamos por Podemos no somos 'gente'?

Nada más conocerse la dimisión del ya exsecretario general del PSOE, Pablo Iglesias comentaba así lo ocurrido:

Cualquiera diría que en España sólo son "la gente" los 5 millones de votantes de Unidos Podemos. Los 30 millones de votantes españoles que no optamos por votarles debemos ser "casta", o quizá alinígenas, y por eso Pablo Iglesias nos desprecia por no haber elegido su papeleta. El problema es que hay hechos muy recientes que demuestran que a la hora de la verdad, Pablo Iglesias ha pensado muy poquito en "la gente" y mucho en su propio interés personal.

Podemos antepuso su sed de poder a cualquier otra consideración

Tras las Elecciones Generales de diciembre de 2015, Iglesias exigió a Sánchez la vicepresidencia y los ministerios de Economía, Defensa, Educación, Justicia e Interior y el control de RTVE como precio para apoyarle. No reclamó ni un solo ministerio que tuviese como finalidad ocuparse de eso que se conoce comúnmente como "cuestiones sociales". Pablo Iglesias quería ostentar todo el poder posible en áreas relacionadas con el cobro de impuestos, la persecución de delitos y la información. Pedro Sánchez y el PSOE le dijeron que no, pues la propuesta de Pablo Iglesias estaba pensada para provocar una negativa por parte de los socialistas. En Podemos pensaban más en unas nuevas elecciones que les diesen aún más ventaja sobre el PSOE. Las nuevas elecciones llegaron y Podemos, que acudió en coalición con IU, se llevó un jarro de agua fría de los que hacen historia: se dejaron un millón de votos por el camino (si partimos de que la suma de los votos de ambos partidos en diciembre de 2015 fue de más de 6 millones). El PSOE salió reforzado, pero las cifras seguían sin cuadrar. El PP seguía siendo el partido más votado, y para poder gobernar el PSOE necesitaría sumar una enorme sopa de letras que incluía a los separatistas.

Sánchez negociaba en secreto con quienes quieren la ruptura de España

Ahí está la clave de la crisis del PSOE. En abril los críticos del PSOE ya habían mostrado su temor a que a Sánchez pactase con los separatistas: "el peligro es que Sánchez puede intentar hacer lo que sea para ser presidente, porque está en juego su supervivencia política", declaraba un dirigente del PSOE andaluz a El Mundo. En enero Sánchez ya había hecho gestos en esa dirección, cediendo senadores a DL y a ERC para que formasen grupo propio a pesar de que ambas formaciones separatistas no reunían los requisitos marcados por el reglamento del Congreso a tal fin. Pues bien: la semana pasada se supo que Sánchez estaba negociando en secreto desde agosto un gobierno con la ultraizquierda y los separatistas. El 27 de septiembre fuentes de Ferraz apuntaban que sólo faltaba el apoyo de ERC. Por supuesto, los partidos separatistas no ofrecen su apoyo a cambio de nada. ¿Qué les había prometido Pedro Sánchez si le apoyaban en la investidura?

La falta de escrúpulos de Sánchez ha sido el motivo de su caída

El precio fijado por los separatistas catalanes ya se conocía desde hace meses. En febrero DL y ERC pusieron al PSOE un referéndum de independencia como condición para abstenerse en su investidura. El 20 de septiembre, con unas cifras ya muy distintas, la antigua Convergència aparcó esa condición pero ERC no. Al temor de los críticos del PSOE a que Sánchez aceptase ese pacto con los separatistas -que sería muy impopular entre los votantes del PSOE en Andalucía y otras comunidades-, se unió el batacazo del PSOE en las Elecciones autonómicas de Galicia (donde quedó como tercera fuerza) y el País Vasco (cuarta fuerza). En las dos comunidades el PSOE ha salido perjudicado por sus intenciones de facilitar gobiernos separatistas (de En Marea y el BNG en el caso de Galicia y del PNV en el País Vasco) a cambio de su apoyo para gobernar en toda España. El "no al PP" como único reclamo electoral no cuela cuando planteas aceptar la ruptura de España como precio a pagar para desalojar al PP del poder. Yo vengo criticando por diversos motivos al PP desde hace años, pero me parece una absoluta irresponsabilidad el afán de Sánchez de aliarse con cualquiera, incluso a costa de romper España, para hacerse con el poder, poniendo su interés personal y partidista por delante del bien común y de la unidad de la Nación. En este sentido, es cierto que el espectáculo de ayer y la dimisión de Sánchez dejan al PSOE al borde de la ruptura, pero tengo muy claro que es preferible un PSOE roto a una España rota por culpa del PSOE, un PSOE cuyo líder no ha tenido escrúpulos a la hora de plantearse con quién pretendía gobernar.

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(Foto: Flickr PSOE)

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Comentarios:

  1. Elentir. Buen análisis como siempre. Se escribirán ríos de tinta sobre este descalabró socialista. Personalmente me da pena pero si uno entra en la historia del socialismo europeo se ve como giran alrededor de lo Social/Demócrata pero cruzando de vez en cuando la línea roja hacia el radicalismo. Pedro Sanchez, desde un momento mostró una falta enorme de experiencia, no necesariamente de política pero de gestión. Su ‘No es No’ fue su peor mensaje a la ciudadanía debido a su odio personal hacia Rajoy. Esto lo cegaba, demostrando tantas veces que la frase no llegó a calar lo suficiente para conseguir más votos, por lo menos en mi opinión. Lo dejo ahi porque estoy seguro que recibirás muchos comentarios de todo tipo. Un saludo.

  2. Sharovarov

    Pues a mí me hubiera gustado ver un espectáculo bochornoso parecido junto a la sede del PP cuando por ejemplo el gobierno de Zapatejoy renunció definitivamente a derogar la ley del aborto, y con carteles de la gente que hubieran dicho: «Yo voté PP, no ZP» y «¡Fuera traidores del PP!». O ahora por la ley totalitaria de la bruja Cifu.
    Al fin y al cabo, ni los «pedristas» ni los «fascistas del PSOE» van a defender ninguna idea que no se ajuste claramente a la ideología liberticida y perversa del PSOE.

  3. Luna

    Señores socialistas: Ustedes tienen problemas. Me importa muy poco, si no pueden estarse por el gobierno de España o cumplir con las funciones políticas que tienen encomendadas nos lo dicen y les ponemos de patitas en la calle. Al fin y al cabo, lo mismo está pasando con el PP, Rajoy y su investidura con la tela de Penélope.
    Es lo que hay.

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