¿Nos quejamos de la corrupción pero luego elegimos hacer lo que está mal?

Un buen vídeo sobre la dura elección que todos hemos de tomar ante la corrupción

Navegando por la red me he encontrado con un buen vídeo que podéis ver en esta entrada. No sé quién es el autor, pero me ha parecido una buena reflexión sobre la integridad.

¿El honor es cosa de carcas conservadores?
¿Ser demócrata implica creer que aquello que vota la mayoría es siempre lo correcto?

A un trabajador le ofrecen un ascenso, con la condición de que acepte falsificar un inventario. No te pierdas lo que contesta el trabajador y la consecuencia de su elección:

Muchos pensarán que como aquí suelo hablar de política, ésta es una entrada referida a la corrupción política. Pues no. Hace ya tiempo que creo que la corrupción política es la proyección en la clase gobernante de una corrupción que ya existe a nivel social. Estoy convencido de que muchos ciudadanos que se consideran sumamente críticos con los políticos corruptos no tendrían reparos, si tuviesen la oportunidad, en lucrarse de forma ilegítima. Por desgracia, hay sondeos de opinión que me reafirman en esta idea. En la web de Sigma Dos hay una encuesta en la que se plantearon diversas cuestiones de índole ética. Una de las preguntas planteaba lo siguiente:

"Saca 100 euros y el cajero, por error, le da 1.000. Si tiene la seguridad de que el banco no le puede reclamar, ¿devolvería usted el dinero?"

Un 68,9% contestó que sí lo devolvería. Un 31,2% contestó que no. Significativamente, entre los mayores de 65 años había una abrumadora mayoría (83,4%) de personas que devolvería el dinero. Sin embargo, el porcentaje de personas que devolverían el dinero se reduce hasta el 54,4% entre los jóvenes de 18 a 29 años de edad. ¿La experiencia de la vida nos anima a ponernos más en la piel de los demás, o quizá los más jóvenes están siendo educados en un vacío de valores que les anima a apropiarse de lo que no es suyo? No tengo una respuesta clara para esta pregunta, y no quiero generalizar, pues malas y buenas personas las hay de cualquier edad y condición social. El caso es: ¿qué harías tú? ¿Aceptarías correr el riesgo de hacer lo correcto, incluso sabiendo que es muy probable que eso te perjudique materialmente? No quiero imaginar qué respuestas recibiría esta pregunta si hiciésemos una encuesta con ella. Lo que tengo muy claro es que hay cuestiones aún más importantes que el dinero en las que muchos de mis compatriotas eligen su comodidad y su beneficio en lugar del respeto por los más débiles. Y luego se quejan de la corrupción política.

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Comentarios:

  1. jose luis

    Excelente vídeo Elentir !!!. Me recuerda a Lucas 16-10: «El que es fiel en lo poco también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto». Y así nos va en este país. Tenemos lo que nos merecemos, las élites son reflejo de la sociedad entera, son parte de los nuestros.

  2. vanlop

    Hace 40 años ese porcentaje era mayor, la gente era bastante honrada, no digo que no hubiera chorizos, pero estaban más localizados. Pero se han ido muriendo aquella gente y la que la sustituyó fue corrompida por la casta.

    El cambio social que vino de arriba trajo consigo que la gente matizara su concepto de honradez. La casta necesitaba una población de dudosa honradez, que la gente no tuviera clara la línea, de esta forma los negocios se harían con mayor facilidad. Y al ser humano no hace falta estimularlo mucho para dejar de ser honrado. Ya se sabe que el camino recto es muy duro.

    Y como las cosas sigan así, con ese lavado de cerebro a que nos someten, especialmente a los jóvenes, dentro de otros cuarenta años el porcentaje será ridículo.

  3. Pelayo

    Pues sí, casi siempre los políticos son fiel reflejo de la sociedad a la que pertenecen. Aunque posiblemente la muestra sea representativa más bien de la peor parte de la sociedad. Sin embargo, lo cierto es que la corrupción está generalizada en la sociedad española, como sabe cualquiera que trabaje en diferentes ámbitos, especialmente los relacionados con las administraciones públicas. Sin ella el PSOE no seguiría gobernando en Andalucía, ni el Partido Popular en Orense.

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