Leyes progresistas minan a la familia, principal dique contra el alcoholismo

El alcoholismo infantil y la destrucción de la familia: cuando las leyes hacen botellón

Esta semana una niña de 12 años murió por un coma etílico en San Martín de la Vega (Madrid), durante un "botellón" para celebrar la noche de Halloween. La noticia ha generado mucha polémica.

Niños de 12 años patean a una niña de 8 y no se toman medidas: ¿qué será lo próximo?
"Una niñez sin deberes": Podemos pretende convertir a tus hijos en unos irresponsables

Se da la circunstancia de que la niña ya había sido llevada dos veces por la Policía a su casa en estadio ebrio. A pesar de ello, sus padres le permitieron seguir saliendo a horas en las que los niños no deberían estar en las calles divirtiéndose solos (me da igual que esto suene "carca": las cosas como son). Se da la circunstancia, además, de que los amigos de la fallecida, todos menores, conseguían las bebidas alcohólicas con la mediación de un adulto. Me pregunto qué sentirá ese adulto. ¿Se da cuenta de que con su irresponsabilidad ha precipitado a la muerte a una niña?

Las dramáticas cifras del alcoholismo infantil en España

Desgraciadamente no estamos ante un hecho aislado. Os ofrezco a continuación algunas cifras que nos deberían hacer reflexionar:

Las causas familiares del problema

La tolerancia social hacia el exceso en el consumo de alcohol es una de las causas de este terrible panorama. Los niños hacen lo que ven y si los hijos ven a sus padres abusar del alcohol, muy posiblemente acabarán imitándoles. A esto hay que añadir lo que apuntaba antes: no es admisible que menores de edad estén en las calles sin la compañía de sus padres, a las horas intempestivas a las que precisamente se forman los botellones. La costumbre cada vez más extendida de tratar a los hijos como amigos, y no como hijos, está minando la autoridad paterna y lleva a que los niños se crean con derecho a desobedecer a sus padres siempre que les dé la gana.

La destrucción legal de la autoridad de los padres

Pero entre los factores que influyen en este problema no sólo está la actitud de las familias, sino también elementos externos: se han desarrollado diversas leyes que minan la autoridad paterna, incluso negándoles a los padres su derecho a decidir el tipo de educación que desean para sus hijos. Cada vez son más frecuentes las denuncias contra padres por disciplinar a sus hijos, denuncias que se dan entre adolescentes de 13 y 17 años por cuestiones como dar una bofetada a un hijo que se ha ha portado mal o ha desobedecido a sus padres. En 2007 el gobierno socialista de Zapatero suprimió del Código Civil la potestad de los padres de "corregir moderada y razonablemente" a sus hijos, alegando que eso amparaba el maltrato. "Frente a la corrección debe imponerse el respeto", dijo entonces un diputado del PSOE. Pero al negar a los padres la autoridad para corregir a sus hijos, muchos de éstos han acabado perdiendo el respeto hacia sus progenitores.

Ruptura familiar y alcoholismo infantil: un círculo vicioso

A la destrucción de la autoridad paterna se le añade otro problema más: la ruptura familiar. En España decenas de miles de niños se han visto inmersos en los procesos de divorcio de sus padres, lo que en muchos casos se traduce en situaciones traumáticas para los hijos y, a menudo, también en malos tratos tanto físicos como psicológicos. Una familia sólida y unida es un buen dique contra el alcoholismo, pero si ciertos políticos se afanan por facilitar la desintegración de la familia, ese dique se rompe. En España se aprobó el llamado "divorcio exprés" en 2005, un cambio legal que convirtió el vínculo matrimonial en uno de los contratos más fáciles de quebrantar. En los ocho años siguientes las rupturas familiares se dispararon un 45%. El aumento de la inestabilidad familiar y del abuso de alcohol entre menores es, además, un círculo vicioso: el alcoholismo en adolescentes está detrás de muchas rupturas familiares.

Tratando como adultos a quienes no lo son

Otro factor que influye en este problema es la tendencia de la sociedad a liquidar la infancia: se trata a los niños como adultos a pesar de su inmadurez. Desde las administraciones públicas se desarrollan programas que lejos de desincentivar el inicio de los menores en prácticas sexuales, bordean la corrupción de menores y les animan a que lo hagan, incluso a niños de muy cortas edades. Lo último es animar a los niños a que cuestionen su sexo biológico y elijan lo que quieren ser incluso contra la opinión de los padres (nuevo empujoncito a la rebeldía contra la autoridad paterna). ¿Cómo convencer a un menor de que puede elegir su sexo, tener relaciones sexuales e incluso abortar, y sin embargo no puede beber alcohol? Con su destrucción de la infancia y de la familia, la sociedad actual está lanzando a los niños a una pendiente resbaladiza.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Elentir. No se exactamente cuando comenzó el fenómeno del botellón pero lo que esta claro es que ningún responsable politico, tanto estatal como local hizo nada para frenarlo. Aquí en España hay un mito y es que ‘todo vale’ en nombre de la Libertad. La ciudadanía, especialmente las nuevas generaciones están acostumbrados, y que me perdonen los chavales, a hacer lo que les da la gana porque saben que ninguna autoridad los va a sancionar. El ejemplo lo tenemos en tantos hábitos desde conducir sin carnet hasta lo del botellón. Y la tragedia es que las leyes existen y además son estrictas. ¡Pero no se cumple ni se imponen! La gente mayor lo vemos todos los días. Volviendo al botellón, el otro lado de la moneda es lo barato que es comprar alcohol. Por menos de 10 Euros hay de todo. Hace 40 años, solo el precio del aguardiente y el coñac barato estaba al alcance de los chavales.

  2. Es más, James, algunos políticos se negaron a actuar contra los botellones porque eso les hacía impopulares entre los jóvenes. Hasta que la cosa se salió por completo de quicio, claro.

  3. pacococo

    Es otro eslabón más de la ingeniería social. La permisividad.

    Curiosamente los padres se han criado con unas normas más estrictas y sin embargo los hijos hacen lo que quieren. A menos que las normas en que se criaron los padres fueran fachada y aceptaban las normas por miedo a la represión social. Quitada esta represión social, se da permiso tácito a los hijos a que hagan lo que les de la gana. Y como la tendencia de los humanos, especialmente los jóvenes, es llegar hasta donde nos dejan, pues se llega al infinito y más allá.

    Tal vez, habría que hablar con datos en la mano, el problema afecte a una parte de los jóvenes, hijos de padres que estuvieron reprimidos y en definitiva sea un problema de menos de la mitad de la población. Pero yo no dispongo de datos para saber a cuantos afecta.

  4. Lorenzo

    Estas son las consecuencias de la nefasta «movida». La de «a colocarse y al loro» de aquel estafador y demagogo alcalde Tierno Galván. A partir de ahí, nació el «derecho» de los jóvenes a divertirse pasando por encima de toda norma de convivencia. Las quejas de los vecinos por el ruido nocturno y la suciedad eran despachadas por los politicastros aludiendo al «derecho a la diversión» de la juventud.

    No sólo se negaron a actuar contra los botellones, sino que los promovían.

    Es lo de siempre: se ponen tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias.

  5. Yo he visto a la policía haciendo la vista gorda ante los botellones, siguiendo órdenes de las autoridades.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.