Feminismo: una Secretaria de Estado del PSOE equipara ser mujer con tener una discapacidad

Las pioneras del feminismo defendían la igualdad de oportunidades para la mujer, porque sabían que es capaz de conseguir muchas cosas por sus propios méritos. Los ejemplos abundan.

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¿Que un hombre te diga que estás guapa es "un déficit democrático terrible"?

Sin embargo, parece que el feminismo de género promovido por la izquierda prefiere que las cuotas sexuales sustituyan a los méritos. Un ejemplo de ello lo pudimos ver en una entrevista de Yo Dona a Yolanda Valdeolivas, que es Secretaria de Estado de Empleo del Gobierno de Pedro Sánchez. En la entrevista, esta señora define el feminismo como "la igualdad entre hombre y mujer", y ella misma se carga esa definición, por ejemplo, cuando se queja de los "micromachismos, muchas veces disfrazados de amabilidad", poniendo como ejemplo que le digan que está guapa, algo que considera "un déficit democrático terrible". Yo no conozco a ningún hombre que se enfade porque le digan que está guapo (que hay mujeres que también lo dicen), tal vez porque no vamos haciendo política con simples gestos de cortesía. Por el contrario, el feminismo izquierdista intenta fomentar un victimismo absurdo, a fin de crear la idea de que la mujer está oprimida por el hombre. Y uno de esos signos de opresión sería decirle a una mujer que está guapa: tan ridículo como suena.

Se queja de que en un debate social haya más de una opinión

Valdeolivas también señala a Vox y su posición crítica ante ese concepto engañoso de la "violencia de género", según el cual si un hombre pega a una mujer es porque odia a todas las mujeres. La Secretaria de Estado afirma: "Se está cuestionando un debate social en el que todos los partidos hemos estado de acuerdo". Sinceramente, este tipo de declaraciones me parecen propias de un ministro de la URSS, y no de alguien que forma parte de un gobierno que se dice democrático. ¿Qué clase de "debate social" es uno en el que todos piensan lo mismo? ¿En qué ha quedado el derecho a discrepar? Y que conste que no hablamos de que a Vox le parezca bien la violencia contra las mujeres, como afirman algunos mintiendo con descaro. De lo que trata esto es de una interpretación ideológica de la violencia, una interpretación del todo discutible y que se ha usado para crear en España un Derecho penal de autor, que es aquel en el que la condición del delincuente -su raza o su sexo, por ejemplo- se convierte en un agravante. Ese Derecho penal es propio de regímenes totalitarios, y el mero hecho de que se haya inspirado en la ideología de género nos debería bastar para recelar de esa ideología y someterla a cuestionamiento.

¿Lo feminista es reconocer a una mujer por su sexo y no por sus méritos?

Finalmente, en la entrevista le preguntan a la Secretaria de Estado si está a favor de las cuotas sexuales, es decir, del hecho de que a una mujer la contraten o la nombren para un determinado cargo no por sus méritos, sino por su sexo. Una pregunta así es la prueba del algodón para saber si estamos ante una persona partidaria del feminismo de equidad, es decir, el originario, el que buscaba la igualdad de oportunidades y la igualdad ante la ley, o si estamos ante alguien que defienden el pseudofeminismo de izquierdas, el que quiere que las mujeres se sientan víctimas y se vean oprimidas por los hombres (incluso por el hecho de recibir un piropo) y necesitadas del paternalismo progre, es decir, dependientes de políticos como Valdeolivas. Ésta es la respuesta de la Secretaria de Estado: "Nadie discute las cuotas para discapacitados, todo el mundo lo tiene claro: se favorece al débil. En el caso de las cuotas femeninas es lo mismo y, sin embargo, muchos alzan la voz".

Quieren que las mujeres se sientan discapacitadas por ser mujeres

Esta declaración es para echarse las manos a la cabeza. Con ella, Valdeolivas equipara a las mujeres con los discapacitados por el mero hecho de ser mujeres. Incluso se refiere a ellas con el adjetivo "débil". Y es que para los socialistas, las mujeres se tienen que sentir débiles para que el Estado -es decir, los socialistas- puedan salvarlas de los malvados opresores masculinos. Esa acción salvadora no es gratis, claro: se traduce en más impuestos, más subvenciones para amiguetes y más recortes de derechos, por ejemplo, para que nadie se atreva a cuestionar ese fabuloso tinglado político e ideológico con el que algunos se llenan los bolsillos a base de hacer creer a las mujeres de son incapaces. Lo más indignante es que esta forma tan asquerosa de promover el victimismo entre las mujeres ni siquiera se acepta hoy entre los discapacitados. Quienes tenemos a algún discapacitado entre nuestros seres queridos sabemos que si algo necesitan en la vida es valerse por sus propios medios siempre que sea posible, demostrar que son capaces de muchas cosas sin tener que depender para todo de otras personas. Es increíble que esa filosofía de vida que se da hoy entre los propios discapacitados sea rechazada por las feministas para mujeres que no sufren ninguna discapacidad. Porque no: ser mujer no es ninguna discapacidad. Y alguien que piensa que lo es no debería estar al frente de la Secretaría de Estado de Empleo.

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(Foto: Efe)