Galicia, otra vez en la diana de ETA

Una asociación de Guardias Civiles ha dado hoy la voz de alarma ante el peligro de que ETA vuelva a poner a Galicia en su punto de mira. El objetivo sería, una vez más, todo el ámbito turístico de la comunidad. Hay que recordar que hace tres años ETA sembró el terror en Galicia con cuatro bombas en zonas turísticas: dos en sendos jardines de Santiago y La Coruña y otras dos en las villas turísticas por excelencia de las Rías Baixas: Sanxenxo y Baiona. ETA viene demostrando su odio por los gallegos con campañas de terror muy anteriores a ese mes de agosto de 2004.

Los ataques de ETA contra Galicia empezaron el 9 de agosto de 1987, cuando un comando terrorista llegado desde Navarra hizo estallar una bomba en un centro comercial de La Coruña. Gracias a Dios, no murió nadie y los daños materiales fueron escasos.

La banda asesina puso en marcha su peor "campaña de verano" en Galicia en 1996, colocando dos bombas en Santiago y otra más en Baiona el 21 de agosto. Lo peor es que una de las bombas no fue encontrada hasta el 13 de noviembre de ese mismo año: estaba colocada junto a la Iglesia de Santa Susana, en Santiago, en unos jardines muy concurridos por niños, jóvenes y familias enteras. El día 23, ETA volvió a poner a Baiona en su objetivo, colocando una bomba en el Parador de Turismo, una enorme y majestuosa fortaleza de tiempos de Felipe II. Paradójicamente, Baiona es un lugar al que acuden muchos turistas del País Vasco. Dos días después se hallaban otras dos bombas más en Sanxenxo.

A pesar de esto, Galicia es una de las comunidades donde menos actividad ha tenido esta banda criminal y en la que, en proporción, más reveses se ha encontrado. Aquí fueron desarticulados en 1996 y en 2000 dos comandos terroristas que se habían instalado en tierras gallegas, antes siquiera de que pudieran iniciar su actividad criminal. Las fuerzas de seguridad siempre han destacado que en Galicia hay una buena colaboración ciudadana con la Policía y ahí puede estar una de las explicaciones de los fracasos de ETA en Galicia y de sus repetidos intentos por volver a atacarnos.

La asociación de Guardias Civiles de Galicia ha advertido, por otra parte, que es "muy posible que miembros del Resistencia Galega, y grupos independentistas radicales se hallen manteniendo contactos con ETA, e incluso que los grupos gallegos reciban formación y apoyo logístico de la propia ETA, o de su entorno", y alertan, además, de que "son muchos los objetivos de vigilancia" que tiene la plantilla gallega de los servicios anti-terroristas, puesto que, además de a ETA, tienen que vigilar los restos que quedan de los Grapo, el nuevo brote terrorista de "Resistencia Galega" y la actuación de grupos anarquistas e islamistas radicales. Desde luego, o el Gobierno empieza a tomarse en serio lo que está ocurriendo en Galicia, o aquí vamos a acabar muy mal.

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Comentarios:

  1. Vaya, te has adelantado, justo te visitaba para comentarte esta noticia que estaba leyendo en La Nación

    http://www.lanacion.es/content/view/2594/41/

  2. Gracias por el enlace, Cerrajero. No sé hasta qué punto llegará la colaboración de ETA con ese grupúsculo terrorista gallego, pero desde luego me preocupa mucho que la Guardia Civil lleve ya tiempo dando la alarma sobre esto que ocurre en Galicia, y no se le haya ni puñetero caso desde instancias oficiales.

  3. Galicia cuenta con una ventaja, que es la que origina esa colaboración ciudadana de la que hablas. Y es que los gallegos somos muy desconfiados además de curiosos. Por eso, cualquier movimiento que se salga de la normalidad, o cualquier persona que no sea gallega, llama la atención y es objeto de las miradas y la vigilancia de todo su entorno. En general, para alguien que no sea gallego y que no esté acostumbrado a moverse en medio de esta desconfianza que nos gastamos por aquí, lo tiene bastante complicado para moverse con discreción y no llamar la atención.

    Si, en el fondo, esto de ser desconfiados tiene sus ventajas 😉

  4. Pos sí, Interruptor. 😀 Lo extraño es que los gallegos tengamos fama de desconfiados y de hospitalaros a la vez. Somos más raros que un perro verde. :mrgreen:

  5. Javier

    Las grandes ciudades gallegas, no sé pero, desde luego el rural lo tiene claro. A mí, en una ocasión, se me ocurrió aparecer «na casa dos meus abós» con unos amigos para pasar unos días de descanso y despues de darme un abrazo mi abuelome dijo : «vides no momento oportuno para axudar a sulfatar as viñas» a lo que yo contesté: no abueliño, venimos de vacaciones. Mi abuelo respondió: «vides de vacacións, ¡carallo!, quen as pillara». Y con lo mismo, levantando la mano, añadió «pois ahí tedes a casa de turismo rural, nesta non alimentamos lacazáns». Difícil lo tienen los elementos que vienen a desestabilizarnos.

    Un abrazo.

  6. Jejeje… muy buena la anécdota, Javier. 😉 Desde luego, en el rural no saben lo que es el ocio, porque la vida del campo exige una dedicación constante. Y por supuesto, todo el mundo se conoce. También pasa en las ciudades.

    Tendrías que ver la pinta de uno de los etarras que detuvieron en Galicia. Se parecía a Míster T, pero en blanco. Con ese aspecto, ¿cómo pretendía pasar desapercibido en Galicia? 😆

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