En los oscuros túneles bajo la montaña: un paseo por las ruinas subterráneas de Silleiro

El 9 de marzo os hablé aquí de la vieja y abandonada batería J-4 de Cabo Silleiro, un fortín de artillería de costa que cubría el extremo sur de la Ría de Vigo. El pasado sábado mi hermano pequeño y yo bajamos por los túneles de esta batería que todavía atraviesan la montaña, en lo más parecido que tenemos en Galicia a las ruinas del viejo reino de Moria del que hablaba Tolkien en el primer volumen de "El Señor de los Anillos". Aquí, por supuesto, no tenemos ningún balrog (o si lo hay, no se ha despertado todavía), pero en los túneles de la batería aún hay cuatro viejos mastodontes que en tiempos rugían con más fuerza y mayor capacidad destructiva que el siniestro demonio de Morgoth que habitaba el reino subterráneo de los enanos.


Una de las galerías de acceso a la batería y la entrada a los túneles

Antes de referirme a esos mastodontes, he de contaros el motivo que nos llevó a bajar a los túneles, sin haberlo previsto. Habíamos llegado a los edificios de la vieja batería -hoy arruinados-, cuando nos encontramos con un señor de unos 50 años, bien vestido, que nos preguntó si se podía bajar a los túneles. Yo ya había bajado en tres o cuatro ocasiones, la primera hace 13 años (si la memoria no me falla), y le mostré el boquete de entrada a los túneles que hay en una de las galerías. Entre mi hermano y yo ayudamos a entrar al señor, que pretendía bajar sólo equipado con una pequeña linterna de llavero. Como no es nada recomendable que nadie baje solo por esos túneles (algunos tramos son muy peligrosos), como yo ya conocía el sitio y siempre llevo una linterna en la mochila de mi cámara, nos decidimos a acompañarle y hacerle de guías.


Uno de los cuatro cañones Vickers 152,4/50 Modelo 1923, hoy destrozado

Lo primero que nos encontramos es que las escalinatas que van de la primera sala al primero de los túneles están ya medio destrozadas, mucho peor que cuando entré allí hace 13 años. Los escombros se han multiplicado desde la primera vez que entré y ha desaparecido la escalera metálica que subía al más alto de los cañones, con lo cual éste ya resulta inaccesible. Dentro de los túneles siempre hace frío, da igual la temperatura que haga fuera (el sábado a esa hora de la tarde hacía calor en el exterior). No hay luz alguna -salvo ciertos respiraderos en algunas salas-, así que cualquier linterna, por pequeña que sea, ayuda bastante.

Las paredes y los cañones están cubiertos de pintadas de todo tipo: románticas, políticas e incluso alguna indicando amablemente la salida entre el laberinto de oscuros túneles de la batería. Los cañónes están muy deteriorados y les faltan un montón de piezas. Por el centro de los túneles discurre un canal cuya tapa está destrozada en algunos tramos, por lo que conviene fijarse bien donde se pisa. Además, la entrada a uno de los cañones Vickers está abierta a un hueco con una caída de tres metros. En la sala del segundo de los cañones, por cierto, nos encontramos con un grupo de adolescentes de estética gótica que estaban charlando y pasando el rato a oscuras. Desde luego, en determinadas fechas ya resulta raro bajar a los túneles y no encontrarse con gente.


Escalera de acceso al búnker de telemetría, situado en lo alto de la batería

De vuelta a la entrada, nuestro acompañante nos contó que él había nacido allí cerca, y que era el hijo de uno de los tenientes que estuvieron allí y de la hija del farero de Cabo Silleiro (el faro está situado en la subida al fortín). Nos contó que de pequeño vivió unos años en la casa que está situada a la entrada del recinto, hoy destrozada e invadida por la maleza, y que lo más que llegó a ver de los túneles entonces era cuando se colaba por una de las grandes galerías de entrada a jugar. Al salir nos señaló en qué sitio dormían los soldados, dónde estaba el cuerpo de guardia... Todo aquello ahora es un testigo mudo y destrozado del pasado. Al hombre se le notaba la nostalgia al ver aquello.

Podéis ver aquí más fotos que hice allí el sábado y aquí un completo álbum con éstas y otras fotos que he tomado en las distintas instalaciones de la Batería J-4 de Silleiro.

La foto que encabeza esta entrada muestra las escalinatas y la rampa de amunicionamiento que bajan hacia los dos cañones inferiores de la batería. Entre el tercer y cuarto cañón hay un pasillo que tuerce hacia la derecha y da a unas nuevas escalinatas iguales que éstas.

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- El viejo faro de Silleiro
- El viejo faro de Silleiro (y 2)

Artículos relacionados en otras webs y blogs:

- Cabo Silleiro, en Military Ruins (en español e inglés)
- Cabo Silleiro Underground Tour, en Military Ruins (en español e inglés)
- Bateria Militar de Silleiro (Bunkers), en Turismo Enxebre
- Ruinas en Cabo Silleiro, en Sendereando
- Cabo Silleiro (II) y Cabo Silleiro (III), en Galiciaenfotos.com
- La antigua artillería de costa: Historia y patrimonio cultural español, en Revista Armas
- Cabo Silleiro en Baiona-Galicia, en Valmiñor.tv

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Comentarios:

  1. Juana de Arco

    Un reportaje fantástico y precioso.
    Mil gracias por traernos estas cosas para quienes no conocemos tanto como tenemos en España, tanta historia y arte arquitectónico hecho en la naturaleza.

    Me encantan esas fotos y la verdad es que producen añoranza y pena, añoranza por los años de infancia vividos en un ambiente diferente, más natural, sencillo y sano. No sé si me entenderás, pero son sentimientos que muchas veces no se pueden expresar.

    Me dan pena estas vistas y otras que he observado en otros lugares porque podrian haberse conservado en lugar de dejar que lleguasen a ser ruinas. De todas formas mientras se mantengan estas ruinas podemos pensar en la bundancia de hoy dia, y las «carencias» de antaño.

    Ufff. Lo siento, pero estas fotos me traen unas vivencias estupendas que nunca se volverán a recuperar. Y por supuesto NO me refiero a este lugar en concreto sino a lo que representa, pues quien ha vivido con poco y feliz, se siente hoy que aparentemente se tiene de todo cuando en realidad se carece de ello.

    Perdón por enrollarme pero son pensamientos que han provocado estas fotos. Admiro tus gustos, tu facilidad para poder moverte, y tu profesionalidad fotográfica acompañada de explicaciones estupendas que nos muestran trocitos de nuestra historia.

  2. Pensamientos parecidos me han asaltado a mí desde que volví a Silleiro el sábado, Juana. La comarca en la que vivo está repleta de edificios abandonados y en ruinas. En todos ellos ha vivido y trabajado gente durante años, y ahora es como si el tiempo se hubiese parado en esos lugares. Tal vez sea eso lo que me llama la atención de sitios como éstos.

  3. Melanguí

    Lo repito, cuidado con derrumbes y suscribo lo que escribe Juana de Arco.

    Lástima que aunque solo fuera el Ejercito y a ser posible las Unidades particulares de ZP, las ocuparan porque estarian más cuidadas.

  4. Es difícil que se derrumbe algún túnel, en todo caso puede haber cierto riesgo de que caigan escombros o algo así, pero las paredes y los techos de los túneles están todavía en buen estado (aunque llenos de pintadas).

    Lo que no entiendo es a qué están esperando las administraciones públicas para rehabilitar este sitio. ¿Quizás esperan a que sea irrecuperable?

  5. Tal vez se trate de eso, elentir. Cuanto más estropeado esté, mayor será el importe de la obra a adjudicar, y más problemas saldrán durante los trabajos, por lo que empezará la cadena de modificados y complementarios, en sus versiones de obras de urgencia, de consolidación, de rehabilitación y de acondicionamiento, equipamientos posteriores, currículum del proyecto pedagógico-científico-lúdico-folklórico-musical-y de los grandes expresos europeos.
    En fin,…

  6. En todo caso, enhorabuena por el reportaje, en esta versión de Navarone, pero al revés.

  7. Melanguí

    Quizás Elentir, les recuerda quienes ordenaron construirlo y no quieren que perdure, se derrumbe y se olvide.
    Por mi zona, nidos de ametralladoras, más pequeños, ruinas de túneles y chimeneas de fundiciones altisimas de Minas Almagreras y mucho más grave, escavaciones arqueológicas fenicias, romanas, etc., que inspeccionadas a medias, después de expropiar los terrenos, cubas de cemento en restos de calles, viviendas, explotaciones de trabajo, fábricas de cerámica, etc., supongo que esperando nuevas aportaciones monetarias.

  8. Me encantaría visitarlo. ¿es fácil encontrar la entrada y moverse por dentro sin ir con alguien que lo conozca?

    Un saludo

  9. eos

    Bonitas fotos. Es una lástima como han dejado que se deteriore el bunker y demás…
    Podian haberlo cuidado y realizado un museo o algo asi…

  10. Posodo, el problema surgió ya cuando Defensa levantó la zona de seguridad de la batería, es decir, cuando la abandonó. El ayuntamiento de Bayona y Defensa no llegaron a un acuerdo, y desde entonces han pasado tres lustros, si la memoria no me falla. Hubo un proyecto para crear un parque lúdico, pero ahí se quedó.

    Fernando, para encontrar el boquete de entrada -cuesta un poco meterse- hay que ir a los cuatro arcos principales de la batería, que están junto a los edificios destrozados del viejo cuartel. En el primero de esos arcos, empezando por la izquierda, está el boquete.

    Insisto en dos cosas: impresincidible ir con linterna -hay muchos huecos y caídas y hay una oscuridad total dentro-, y nunca meterse solo en los túneles. Si alguien se mete solo y sufre un accidente, nadie se enterará a menos que tenga la suerte de que ese día vaya alguien a los túneles (están bastante concurridos, dentro de lo que cabe, pero es mejor no fiarse de esto).

  11. Álvaro

    Qué maravilla.

  12. Marcial

    Hola Elentir. Tiempo sin venir por aquí.
    Es chulísimo lo que pones, pero, ojo, cuidado, que en Cádiz (ciudad) hace años el Ejército cedió las baterías costeras y acabaron en el mismo estado; unos chavales se metieron y se derrumbó todo sobre ellos.

  13. Las de Silleiro no están en tal mal estado, pero es muy oportuno y acertado tu aviso, Marcial, no conviene confiarse en un sitio como ése.

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