El País quiere cerrar el debate del aborto

Uno de los diarios más rabiosamente abortistas de Europa afirma hoy que la discusión sobre el aborto "en España y fuera de ella, lleva muchos años cerrada". El País suele confundir sus deseos con la realidad, pero en este caso tal empeño ya resulta ridículo, sobre todo a la vista de las masivas movilizaciones en defensa del derecho a vivir que ha vivido España en los dos últimos años, un rechazo social que incluso se ha plasmado en las encuestas. Aquí los únicos que tienen prisa por cerrar el debate del aborto son aquellos que carecen de argumentos científicos y racionales para sostener una ley que autoriza a matar a seres humanos inocentes, obligando a autoridades civiles, a personal sanitario y a profesores de colegios y universidades a convertirse en cómplices forzados de ese crimen.

La imposición del aborto en hospitales, colegios y facultades

Y con este apunte procede referirse a una mentira brutal que contiene el editorial de hoy de El País: que el aborto es una decisión íntima que no obliga a nadie. Para empezar, matar a un hijo nunca es una decisión íntima. A lo mejor para el citado periódico abortista acabar con la vida de un ser humano en edad prenatal -ser humano al que el editorial de El País ni siquiera menciona, "abortando" incluso cualquier mención a la víctima- equivale en términos jurídicos a quitarse una espinilla o depilarse las piernas. Lo que ha de explicar El País es por qué, entonces, existen leyes para regular el aborto, e incluso este gobierno establece un plazo -más teórico que efectivo- a la práctica de esa monstruosidad. ¿No dice El País que es un acto íntimo?

Es más: ya que según El País esta ley del aborto no conlleva ninguna obligación para nadie, ¿significa eso que si te abortan no te tienes que morir? ¿Significa que las autoridades no están obligadas a poner el dinero de todos los ciudadanos al servicio de esa monstruosa industria que se lucra matando a seres humanos inocentes? ¿Significa también que el personal sanitario -cuyo derecho a la objeción de conciencia ha sido eliminado por la nueva ley- podrá negarse a colaborar en esa monstruosidad sin sufrir represalias? ¿Significa eso que las Facultades de Medicina a las que el gobierno quiere obligar a enseñar a perpetrar abortos podrán negarse a ello? ¿Significa también que los colegios a los que el gobierno quiere obligar a impartir el aborto, colándolo como un concepto de "salud sexual y reproductiva", podrán rechazar tal imposición totalitaria contra la libertad de educación y de conciencia? Dicho sea de paso, ¿se cree El País que por tapar esas imposiciones en su editorial van a permanecer ocultas a la población, que las tendrá que sufrir directamente?

El País usa los argumentos de los antiguos esclavistas

Por otra parte, El País arremete contra Monseñor Francisco Gil Hellín -Arzobispo de Burgos y autor de la magnífica carta pastoral a la que me referí aquí el viernes- acusándole de querer imponer el catolicismo por llamar a la insumisión frente a la nueva ley abortista. No es la primera vez que ese periódico abortista confunde la defensa del derecho a vivir con la religión católica. Desde luego, a mí como católico esa confusión me honra. Lo que me parece detestable es la finalidad que El País da a esa manipulación: busca presentar la defensa de un derecho humano elemental como cosa de fanáticos religiosos.

Hay que decir que el diario de PRISA no es nada original en esto de presentar como radicales integristas a los defensores de los derechos humanos: ya lo hicieron los fans del Partido Demócrata con los abolicionistas en los estados esclavistas antes de la Guerra de Secesión. Como expliqué aquí en septiembre de 2009, entonces también disfrazaron la esclavitud como un "derecho", y quisieron dar por cerrado cualquier debate en torno al tema, hasta el extremo de censurar la difusión de ideas abolicionistas en los estados sureños.

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Comentarios:

  1. José Benito

    Está bien que «El País» cierre el debate sobre el aborto, porque así se quedará al margen del mismo y deja de decir sobre el tema las memeces que dice.

  2. Las memeces que dice El País no se entienden sin conocer sus tendencias filomasónicas (eso, si es que no está dirigido por masones).

  3. Jandro

    Buenísima entrada, sobre todo cuando tumbas de múltiples formas el argumento de que esta ley «no obliga».

  4. eos

    Es increible, ese periodico se inventa su propia realidad y se la cree

  5. José Jacinto Verde Colinas

    Creo que a algunos les interesa cerrar los debates que no coinciden con su forma de pensar, sobre todo cuando en el debate aparecen argumentos que demuestran claramente cuando un ser humano lo es como tal, o cuando se mencionan otros argumentos como la Ley Natural, La Ley de Dios, el sentido común, el bien común, etc.

    ¡Ah! Y, por supuesto, hay que oponerse a lo que dice la Iglesia católica, por supuesto. Ya se sabe que para algunos nunca tiene razón.

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