El engaño permanente de la EpC

La asignatura de adoctrinamiento ideológico bautizada eufemísticamente como "Educación para la Ciudadanía" es uno de los mayores engaños urdidos por el Gobierno de Zapatero. Empezaron presentándola como una materia para impartir la Constitución. Más tarde, a exigencias de Amnistía Internacional, añadieron cierta referencia a los derechos humanos. Ahora que la Justicia deja en evidencia el carácter ideológico de la asignatura, el Gobierno se saca de la manga que la EpC sirve para enseñar las leyes españolas.

Es obvio que la EpC toma de la Constitución sólo lo que a los progres les parece bien. Ni referencias a la Unidad de España, ni a la libertad lingüística, ni al papel de las Fuerzas Armadas, ni a la libertad religiosa... Ni uno solo de esos aspectos "incómodos" para la izquierda figura en el temario de esa asignatura.

Sí que hay referencias a cosas que no aparecen en la Carta Magna por más que se rebusque: el matrimonio entre homosexuales; las críticas al capitalismo y a la democracia y los elogios a las dictaduras comunistas; la estigmatización de los hombres frente a las mujeres (con viñetas en los libros de texto iguales o parecidas a la que encabeza estas líneas); la ideología de género, incluyendo la concepción del sexo como una mera construcción social; e incluso el fomento de la promiscuidad sexual entre los menores de edad, entre otras cosas.

Ante esto, un alto cargo del Ministerio de Educación ha tenido la ocurrencia de alegar que "se debe enseñar la legislación vigente de este país, en la que se incluye la del matrimonio homosexual". Pero a ver, ¿en qué quedamos? ¿Esta materia es una clase de ciudadanía o una asignatura de Derecho propia de una carrera universitaria? Por otra parte, ¿en qué ley figura que el capitalismo es malo o que los jóvenes deben ser promiscuos?

Cada vez que un dirigente socialista abre la boca para hablar de esta materia, su naturaleza adoctrinadora queda todavía más en evidencia. Ya le ocurrió a uno de los impulsores de la EpC, el diputado socialista Victorino Mayoral, cuando el pasado mes de septiembre declaró que uno de los deberes de esa asignatura es "contrarrestar los valores del neoliberalismo conservador". No es de extrañar que los jueces empiecen a dictar sentencias en contra de una materia como ésta, que supone todo un abuso de poder y un grave atentado contra los derechos de los ciudadanos. Lo extraño es que no se hayan dictado más sentencias en su contra a estas alturas.