The Economist enfada a los CACiques

Otra vez el Gobierno catalán adopta su gesto favorito: el de damisela ofendida. Esta vez, dicen, les ha insultado una revista británica, The Economist, que se atreve a contar las consecuencias del interminable proceso de descentralización en el que está inmersa España desde hace 30 años. En concreto, el fascionalismo está colérico porque el semanario londinense denuncia lo obvio: "el idioma se ha convertido en una obsesión para los nacionalistas."

Pero además, al Gobierno catalán le ha sentado como una patada en la espinilla la siguiente valoración de The Economist sobre los efectos de esa interminable descentralización:

"Todo esto ha tenido un precio político. En primer lugar, ha dado lugar a un renacimiento de un viejo fenómeno político español, el cacique o jefe político provincial, como señala el gran novelista Antonio Muñoz Molina. El Sr. Pujol gobernó Cataluña durante 23 años, Manuel Fraga, ex ministro de Franco que fundó y fue el precursor del PP, gobernó Galicia durante 15 años, y Manuel Chávez, un socialista que ha dirigido el gobierno regional de Andalucía desde 1990, en donde se dice que reina en lugar de gobernar."

Y es que las verdades como puños escuecen, y al fascionalismo aún más, acostumbrado como está a amordazar a los medios críticos. Es innegable que la permanencia de una persona en el poder durante tantos años siempre tiene consecuencias nefastas.

En Cataluña, los casi cinco lustros de "pujolismo" han dejado un rastro de intervencionismo atroz, de progresiva radicalización de la vida pública, de una política brutal de imposición del catalán e incluso algún que otro caso de corrupción oportunamente tapado por los medios regionales, sometidos a la bota de la Generalitat a base de subvenciones públicas (como ocurría en Galicia con Fraga y sigue ocurriendo ahora con Touriño). Según un reciente estudio de Ernst & Young, Cataluña ya lidera el ranking de corrupción política en España. ¿Qué mayor signo de caciquismo que ése?

Es comprensible que al Gobierno catalán le fastidie que en Europa se sepa lo que ocurre allí. Pero la cara dura de los caciques no tiene límites. Ayer por la tarde, y con esa mezcla de chulería, prepotencia y mal fingido victimismo que es habitual, el Gobierno catalán exigía unas disculpas a The Economist y le acusaba de difamar a Cataluña. ¿Pedir disculpas por contar la verdad? En fin, menos mal que no hay un CAC en Londres...

Para más información:

- How much is enough?, en The Economist

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Comentarios:

  1. José Sáez

    Está claro que a los políticos sólo les hace pupa lo que digan los medios de comunicación. Por eso quieren controlarlos, manipularlos y, si no se callan, amordazarlos y eliminarlos. Y por eso, debemos seguir defendiendo la libertad de dichos medios. Son la esperanza de la democracia.

  2. Jandro

    Pues ya verás cuando a Zapatero le ceda el trono D. Juan Carlos y le dejen ser rey general de las taifas de Expaña, poniendo un cacique a dedo en cada una. Hasta ¡Madrid! sería gobernada por el PSOE.
    Por cierto, gran blog de verdad, que no lo he dicho todavía. Tiene un diseño impresionante

  3. The Economist debería saber que hay verdades que es mejor no decir… como hace aquí la prensa española (o al menos la mayoría de los medios).

    Digo lo mismo que tú sobre el CAC en Londres: ¡¡gracias que no lo hay!! Pero lo de pedir perdón ante el atropello de que los llamen caciques locales… :mrgreen:

    De verdad, qué país.

    A ver si me da tiempo y escribo algo sobre esto el fin de semana… 😛

  4. No hay problema. El CACA se encargará de prohibir la difusión y venta de The Economist en toda Cataluña. ¿O ya hemos olvidado que en Alemania estuvo terminantemente prohibido escuchar la BBC entre 1933 y 1945?. Hacerlo implicaba visitar las instalaciones de Dachau y pasar una agradable temporada disfrutando de las mismas con todos los gastos pagados.

  5. «Fascionalistas sobreactuando como damiselas ofendidas».

    Creo que es imposible definirlo mejor. ¿Secuestrará el CAC la edición crítica de The Economist?

  6. Estoy muy preocupado por algunos de mis amigos catalanes. Son muy buena gente, pero en ciertos temas no les funciona la cabeza normalmente, están obsesionados, son fanáticos, no se puede hablar con ellos sin discutir airadamente, no se avienen a razones… Es una pena muy grande lo que les han hecho.

  7. Se piensan que el mundo es Cataluña ¿No será que están averiados neuronalmente hablando?.

  8. Si la verdad les ofende, está claro que han perdido el norte. Un saludo.

  9. Ioannes, lo que cuentas de tus amigos catalanes ya lo he visto yo en alguna buenas personas que conozco en Galicia. Tendrías que oír las tremendas salvajadas que les lleva a decir la ideología… 🙄

  10. Las pataletas de la Generalitat contra The Economist fueron de lo mas cutre y penoso que se vio en el último tiempo. Es claro que cuando se pierde el control comienza la desesperación: la CAC no llega a todos lados y el Tripartito comienza a perder los papeles.

    Lo que dice The Economist no es mas que la pura verdad: las obsesiones lingüísticas hacen de Catalunya un fenómeno provinciano dentro de un mundo global y eso no hay quien pueda poner en duda. El problema es que tu, yo y cuatro más leemos medios internacionales; «a casa nostra», como se dice en catalán, manda TV3 y fuera El Pais, la Sexta, Cuatro y compañía cuidan las espaldas.

    Es un buen principio, pero falta mucho para que el pancatalanismo reinante comience a reconocer sus miserias.

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