Desarmada por el laicismo frente a las imposiciones culturales islámicas

Francia y el 'burkini': los frutos podridos de pensar que todas las religiones son iguales

El Consejo de Estado de Francia ha suspendido la prohibición del "burkini" en Villeneuve-Loubet, una localidad de la costa mediterránea, y lo hizo con argumentos muy coherentes.

Llega el 'burkini'
Burka: del fracaso a la prohibición

El 'burkini', nacido en una de las cunas del multiculturalismo

En enero de 2007 ya os hablé aquí del "burkini", un invento recién aparecido entonces y creado por una diseñadora de Australia, país donde se estrenó esa prenda de baño. Su diseño buscaba permitir que mujeres musulmanas pudiesen formar parte de la Surf Life Saving Australia, una asociación de voluntarios socoristas, llevando una prenda acorde con sus creencias religiosas. No es casualidad que esta prenda, por cierto, apareciese en ese país, pues Australia es una de las cunas del llamado multiculturalismo, una corriente ideológica surgida hace unas décadas y que hace tabla rasa con todas las culturas y religiones, como si todas fuesen iguales.

Los frutos de las contradicciones de la República Francesa

Ese multiculturalismo, por supuesto, no nació de la nada. Es uno de los subproductos surgidos en la estela del laicismo creado por la Revolución Francesa de 1789. Ha heredado las contradicciones de ésta, aumentándolas y sentando las bases para que en nombre de la tolerancia se instalen en Occidente costumbres que atacan la dignidad de la mujer, sin que los países occidentales sepan qué hacer para contrarrestarlas sin traicionar los solemnes principios que han proclamado durante décadas. Hace cinco años ya abordé aquí la incompatibilidad con la Constitución francesa de la prohibición del burka y el nicab, y mantengo todo lo dicho. La Constitución francesa de 1958 señala en su preámbulo: "El pueblo francés proclama solemnemente su adhesión a los derechos humanos y a los principios de la soberanía nacional tal y como fueron definidos por la Declaración de 1789". En su Artículo 4º esa Declaración se establecía la siguiente definición de libertad:

"La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro: por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos. Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley."

El Artículo 5º añadía lo siguiente:

"La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la sociedad. Nada que no esté prohibido por la ley puede ser impedido, y nadie puede ser constreñido a hacer algo que ésta no ordene."

Sin embargo, la puesta en práctica de estos solemnes principios fue muy desafortunada desde el primer momento. Tras afirmar esos ideales de libertad, la Revolución Francesa degeneró en un experimento totalitario visceralmente anticatólico, desencadenando de hecho el primer gran genocidio de la Edad Contemporánea: la matanza de cristianos en la Vendée. La hostilidad de la República Francesa hacia el hecho religioso no ha desaparecido desde entonces.

Lesionando la libertad de todos para combatir el velo islámico

En 2004 los conflictos surgidos por el uso del velo islámico en Francia dieron lugar a lo que se conoció como "Ley Antiburka" o "Ley del Velo", pues su supuesto objetivo era prohibir el uso del velo islámico en las escuelas. Pero la Francia laicista surgida de la Revolución de 1789 no podía asumir la prohibición de un símbolo islámico que denigra a la mujer sin hacer tabla rasa con el resto de religiones. El título real de la ley se refería a la "aplicación del principio de laicidad" en "el uso de símbolos o ropa que denotan afiliación religiosa en las escuelas, colegios y escuelas secundarias pública". Al final, lo que iba a servir para prohibir velos acabó prohibiendo también los crucifijos cristianos y los kipás judíos, aunque éstos no fuesen objeto de ninguna polémica. Para el Estado laico hacer una ley específica sobre los velos islámicos era impensable. Al hacer tabla rasa de todas las religiones, asume la idea de que todas son igual de respetables o igual de odiosas. El Estado laico se sitúa ante el hecho religioso desde una actitud de renuncia a las propias raíces históricas de Francia, un país cuya trayectoria ha estado estrechamente ligada al Cristianismo.

Un vacío cultural en el que no se puede integrar a nadie

Cuando se plantea la necesaria integración de los inmigrantes musulmanes en el país, Francia se encuentra con que carece de una identidad cultural en la que integrar a los extranjeros, porque ha renegado de ella. No tiene nada más allá de vacías apelaciones a la libertad, la igualdad y la fraternidad, tras las que se esconde un relativismo que ha desarmado moralmente a Francia frente al fundamentalismo islámico. Para combatir con eficacia el burkini -lo cual no implica, desde luego, el absurdo de tener a policías vigilando la indumentaria de las mujeres en las playas-, Francia tendría que asumir la idea de que no todas las religiones son iguales, y de que el Islam no es una religión más, pero eso no ocurrirá a menos que ese Estado revise seriamente su discurso laicista y relativista, y deje de lesionar la libertad religiosa de quienes sí están integrados -cristianos y judíos- para impedir que la inmigración musulmana nos imponga sus costumbres.

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(Foto: AFP)

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Comentarios:

  1. Lorenzo

    Creo que con este asunto del burkini, Francia y Europa no hacen más que marear la perdiz para no enfrentarse a la triste realidad: que el Islam es incompatible con el Cristianismo (siglos de lucha lo demuestran) y con el sistema de convivencia de las democracias liberales (no creo que haga falta poner ejemplos).

    En cambio, aquí seguimos, dándole vueltas a aspectos formales, como la vestimenta, para no llegar al fondo de la cuestión. Si se considera que la vestimenta es expresión de una ideología que no respeta a la mujer, lo correcto sería prohibir la puesta en práctica de esa ideología en todas sus manifestaciones, tanto de forma como de fondo.

    Si hay una ideología que pretende exterminar a los judíos o a los negros, lo correcto es prohibirla en todas su manifestaciones y no centrarse sólo en que si hay gente que lleva esvásticas o capuchas.

    En fin, yo lo veo así. Creo que no hay otra solución. Otra cosa es que haya valor y voluntad de ponerla en práctica.

  2. Tampoco hay que ser tan extremista e inflexible. Una cosa es el burka, sayal que cubre todo el cuerpo incluyendo el rostro e imposibilitala identificación de que quien se oculta bajo el mismo, y otra el traje de baño, similar al de neopreno de los buceadores, que deja al descubierto la cara, y que yo encuentro impecable. Lo que pasa es que a los amantes del despelote y la corrupción no resisten la presencia de mujeres que se nieguen exhibirse deshonestamente como la gran mayoría de este mundo occidental y decadente. Quien no siente respeto por sí mismo es imposible que respete a los demás.

  3. Más de lo mismo; seguimos sin tener un criterio claro y por ello abocados a la derrota. ¡ El despelote en todas sus manifestaciones es incompatible con el cristianismo ! ¿ Cómo se nos ocurre invocarlo conscientes de que formamos un atajo de ateos «acollonats» ?

  4. ¿Te parece «impecable» que una mujer tenga que ir vestida de pies a cabeza, dejando sólo a la vista su cara -ni siquiera el pelo-, porque así se lo dicta una religión que considera a la mujer subordinada al hombre en todos los aspectos, incluso animando a sus maridos a pegarles si piensan que ellas se pueden rebelar? Lo dice la sura 4:34 del Corán

    «Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquellas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles!«

    ¿Entre el «despelote» y el burkini no conoces ningún término medio?

  5. Elentir. Francamente no se cual es la solución. El Islam como bien dices no es compatible con la democracia por la simple razón que la Ley Sharia no reconoce a las leyes occidentales laicas. Y las leyes laicas están subyugadas a los derechos humanos de libertad. Unas enormes contradicciones.

  6. Se lo dicta una religión que ella profesa y en la que vive feliz. No tengo constancia de que se hallan registrado deserciones para el mundo de los payos en el que conviven durante siglos soportando sus salvajes costumbres del aborto y la eutanasia, ellas que respetan la vida intrauterina y veneran la ancianidad. Lamento tener que expresarme así.
    El 16 de julio de 1212 ha tenido lugar aquella decisiva y gloriosa batalla de las Navas de Tolosa en la que los cristianos, en la proporción de uno contra diez, les dieron para el pelo a las tropas yihadistas. Hoy en día, quinientos años después y en inversa desproporción, mucho dudo que el resultado fuese el mismo. ¿La causa ? El desfondamiento moral y ausencia total de principios religiosos. El enemigo interior ha trabajado con eficacia. Pero muchos de nosotros, sin duda la mayoría, y con más moral que el Alcoyano, arre que arre : más píldoras para las jóvenes -antes de y después de-, aborto libre y gratuito, y Jornada Mundial del Botellón. En resumen, el pan y circo moderno, todo con F : fiestas, fútbol y folleteo en contraposición a lo que debiera ser : fe, formación y familia. Pero claro, los que eligen esto último ya están apostados en los riscos de Covadonga porque, al final, será un puñado estas mujeres, y no otras, las que salven la civilización.

  7. ¿Piensas que serán las mujeres con burkini las que salven la civilización? ¿Te refieres a la civilización cristiana, a la que el Islam desprecia? ¿Aún no has tenido noticia, acaso, de las penalidades que están pasando los cristianos en países musulmanes? Pregunta a la familia de Asia Bibi, por ejemplo.

    Por cierto, dices que no tienes constancia de deserciones en el mundo islámico, pero las hay a montones. Cada día más y más abrazan el Cristianismo:
    http://gaceta.es/noticias/vez-musulmanes-convierten-cristianismo-24052016-2029

    Y eso a pesar de que la ley islámica, como ya sabrás, castiga la apostasía con la muerte. Me pregunto qué clase de felicidad ves tú en vivir una religión que amenaza con matar a la persona que la abandona. Y aún dices que quienes practican una religión como ésa son los que van a salvar la civilización… Manda carallo.

  8. Veo que el apasionamiento le impide hasta una lectura desapasionada. Y así se expresa como consecuencia de la precipitación. No digo, y así consta en el escrito, que las mujeres musulmanas salvarán la civilización cristiana.
    Pero no se preocupe, el planificador ya cuenta con ello : los otrora cristianos ahora son pocos y mal avenidos.

  9. Mara Nogueira

    El tema del burkini es controvertido. Como mujer no entiendo una religión que te dice que eres inferior. Tampoco que nadie te diga cómo debes ir vestida, siendo esta vestimenta correcta. En Europa en aras de la libertad que todos usamos no debemos permitir estas prohibiciones pero, pero, también les estamos dejando terreno a una religión que poco a poco quiere imponer sus reglas y corremos el riesgo de que intenten que TODAS VISTAMOS BURKINI.

  10. José Miguel, me temo que el que se precipita eres tú, tanto que no te acuerdas de lo que has escrito en tu anterior comentario. Te refrescaré la memoria:

    José Miguel: «será un puñado estas mujeres, y no otras, las que salven la civilización.»

    De todo lo demás que he señalado, por otra parte, ya veo que no tienes nada que decir. Será por eso que sustituyes los argumentos por la alusión personal, acusándome de «apasionamiento». Desde luego, si lo «desapasionado» es aplaudir el burkini como respuesta a la decadencia de Occidente, no cuentes con mi apoyo.

  11. pacococo

    Como de costumbre se está montando una tempestad en un vaso de agua.

    No hace tanto eincluso ahora en algunas playas, se pueden ver mujeres de pueblo mayores vestidas porque para un par de veces que van a la playa no se van equipar y nunca ha pasado nada.

    Incluso en alguna ocasión, hace años, no suelo frecuentar las playas por falta de tiempo, he visto alguna musulmana vestida y nadie dijo nada.

    De lo que se trata es inventar un problema donde no debería haberlo, porque en relidad con la ley en la mano, no se puede hacer nada porque no hay niguna ley que prohiba estar vestidos en las playas, que en el fondo es de lo que se trata.

    En tanto no se asuma la problemática del Islam y la problemática del laicismo, estamos vendidos y sin solución. De todas formas, es lo que interesa a los que mandan.

  12. Constanza Gonzalez

    Como siempre nos vamos por las ramas. En todos los paises pasa lo mismo. Tratamos de ocultar el sol con la manos. El respeto por supuesto debe ser para todas las creencias: islamicas, cristianas, o judias. La forma de vestirse o desvestirse, esta ultima muy usual en nuestra sociedad, es lo que la cultura islamica censura. Lo mas importante repito es el respeto. Yo no puedo hablar de una cultura que desconozco grandemente como es la cultura islamica. Admiro las bellas muestras que el arte arabe dejo a su paso por La Alhambra en Granada( Espana) y censuro los ataques del radical estado islamico por supuesto. Pero no puedo negar que nuestra cultura occidental ha cometido el terrible error de alejarse cada dia mas de la existencia de un ser superior, Dios, que innegablemente es quien nos ha permitidoo llegar hasta donde estamos: en los umbrales de una civilizacion altamente tecnologica,civilizada y mecanizada que con su extrema permisividad ha olvidado casi por completo, la mas simple norma de un comportamiento humano sensato: los 10 mandamientos. Si por un momento volvieramos nuestras acciones hacia estos simples preceptos, que lejos estariamos de enredarnos en discusiones sin final sobre si podemos usar o no un vestido de simple vestido de bano en una playa, por lo superficiales que nos hemos vuelto.

  13. Lorenzo

    Pues no, Constanza, el respeto no debe ser para todas las creencias. Yo no puedo respetar una creencia que busca acabar con mi creencia y con todas las demás. Con una creencia que, desde el siglo VII, ha sido y sigue siendo una pesadilla para todas las demás.

    Otra cosa es la degeneración de costumbres y la decadencia de nuestra civilización, pero lo que está claro es que el Islam no nos va a curar.

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