La tramposa comodidad del antisistema

Una de las costumbres más curiosas de una parte de la sociedad española es que se empeña en cuestionar la democracia y el capitalismo, sin proponer nada concreto como alternativa.

Hay, por doquier, voces que intentan convencernos de que el capitalismo ha generado una sociedad donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, y ese latiguillo se repite una y otra vez a pesar de que la pobreza en el mundo se ha reducido en un 80% desde 1970, un proceso que ha ido a la par del aumento de la libertad económica y de la globalización. Pero incluso obviando ese hecho, hay que preguntarse qué proponen a cambio los antisistemas. Llevo años debatiendo con anticapitalistas de todo tipo, que consideran que el libre mercado es el peor de los males, pero muchos no quieren concretar cuál es la alternativa que proponen: ¿tan mala es que ni siquiera se atreven a sugerirla? En el caso de la izquierda las alternativas son bien conocidas: desde el marxismo-leninismo que consiguió hundir las sociedades sometidas a dictaduras comunistas, hasta el llamado "socialismo del siglo XXI" que está arruinando a Argentina y Venezuela. Desde cierta derecha se critica al capitalismo, con frecuencia, desde la nostalgia de las viejas sociedades agrarias, la añoranza del gremialismo medieval o la apelación al comunitarismo o al cooperativismo, como si fuesen la garantía de un mundo feliz en su dimensión económica. ¿Cómo aplicar tales modelos a un mundo globalizado en pleno siglo XXI sin hacernos retroceder muchos años en avances tecnológicos? La nostalgia de pasados idealizados rara vez acierta a concretarlos.

En el terreno político, nunca el mundo ha disfrutado de tantos espacios de democracia, con todos sus defectos, por supuesto. ¿Qué proponen nuestros antisistemas como alternativa frente a lo que unos llaman democracia burguesa, y otros etiquetan como un liberalismo al que atribuyen connotaciones pecaminosas? Pues si en el caso económico rara vez se atreven a decir qué es lo que se proponen, en el ámbito político aún son más recatados. Ciertamente, que un pueblo no siempre rebosante de cultura elija en las urnas a sus gobernantes no es un modelo perfecto. Estoy dispuesto incluso a aceptar que es la peor idea que se nos puede haber ocurrido, siempre que añadamos el matiz que señaló Winston Churchill en 1947:

"Muchas formas de gobierno han sido juzgadas y serán juzgadas en este mundo de pecado e infortunio. Nadie pretende que la democracia sea perfecta u omnisciente. De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, si exceptuamos todas las demás formas que han sido probadas de vez en cuando."

Hay otros modelos, claro: dictaduras comunistas, dictaduras fascistas, monarquías tradicionales, monarquías absolutas, repúblicas aristocráticas, dictaduras teocráticas... Sigo esperando impaciente a que los críticos de la democracia concreten qué es lo que proponen a cambio. ¿Tan malo es que no se atreven a decirlo? Ya sé que es más cómodo moverse en el terreno de la crítica que en la concreción de alternativas, pero cuando se hace eso por costumbre, ocultando una y otra vez qué es lo que se propone a cambio, entonces ya estamos ante algo peor que la comodidad: estamos ante una trampa que implica ocultar lo que se quiere porque es peor que aquello que se critica.

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Comentarios:

  1. Emismo

    Anarquía de propiedad privada.

  2. ignacio

    Hombre a mi se me ocurre que una meritocracia sería mucho mejor que tener a una caterva de gente que apenas han acabado la eso.
    La democracia a mi modo de ver sólo sería válida si se votara para elegir entre gente claramente preparada

  3. FRANCISCO IBAÑEZ

    Las prácticas de democracia asamblearia que tan aireadas han sido solo han servido para difuminar las opiniones, de modo que, finalmente, se hace lo que decide en cada momento la cúpula.
    Por tanto, tendrán que explicar dónde quedó la democracia real reclamada.

  4. Hay está la demagogia; en no ofrecer alternativas.

  5. Carlos

    Y qué podrían ofrecer…?
    Su realidad virtual…?
    Los mundos de yupi en que viven, la mayoría de ellos sin dar palo al agua…?

  6. En realidad, el problema no debía ser democracia sí -democracia no, sino cuál es el límite del poder.
    A mi me da igual que el gobernante sea elegido democráticamente, sea hereditario, o elegido por sorteo, mientras no pueda meterse en mi vida.
    Sin límites al poder, hasta la democracia más pura degenera en demagogia y tiranía de los grupos organizados sobre los desorganizados (ni siquiera de mayorías sobre minorías).

  7. ¿En qué consiste la «anarquía de propiedad privada», Emismo? ¿Y la meritocracia, Ignacio? ¿Cómo se designaría al gobierno?

    Zuppi: «En realidad, el problema no debía ser democracia sí -democracia no, sino cuál es el límite del poder.»

    Cierto. En esto suscribo lo que decía el protagonista de la película «El patriota»: qué más da tener a un tirano a 5.000 millas de casa que tener a 5.000 tiranos a una milla…

  8. Elentir. Es el tema de siempre. El hombre (que me perdonen las féminas) es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. El sistema democrático siempre baila entre la derecha e izquierda, generalmente moderada como en USA. Es como un péndulo. Lo que ocurre es que siempre surge un mal, como fue lo de Hitler, Stalin o ahora el califa de ISIS y volvemos a las armas. Lo de rico/pobre me lleva sin cuidado porque depende de que parte del mundo estamos hablando. Europa es rica, TODA mientras que la mayoría de Africa es pobre. ¿Pero que significa? Muchos africanos tienen bebida y comida pero sin tablets ni droga y viven felices mientras que en Europa hay infelices por todos lados pero tienen salud y educación gratis. ¿Me explico?

  9. José Ignacio Lesaca Eseverri

    Elentir: acerca del capitalismo, te cito unos pasajes de la encíclica CENTESIMUS ANNUS (1 de mayo de 1991), de San Juan Pablo II, que recomiendo leer entera, e incluso releer. Lo recomiendo con entusiasmo. Ese texto se publicó para, entre otras cosas, conmemorar el centenario de la clásica RERUM NOVARUM (1891), del Papa León XIII, primera de las grandes encíclicas de doctrina social de la Iglesia. Los pasajes que voy a citar son del «Capítulo IV-La propiedad privada y el destino universal de los bienes», punto número 42. Dicen así: «¿Se puede decir quizá que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad? ¿Es quizá este el modelo que es necesario proponer a los países del Tercer Mundo, que buscan la vía del verdadero progreso económico y civil?»
    «La respuesta obviamente es compleja. Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva: aunque quizá sería más apropiado hablar de «economía de mercado» o, simplemente, de «economía libre». Pero si por «capitalismo» se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, ENTONCES LA RESPUESTA ES ABSOLUTAMENTE NEGATIVA». Fin de cita (el subrayado del final es mío). Y, en el mismo punto 42, un poco más abajo, el Papa dice, acerca de los fenómenos de marginación, explotación y alienación que permanecen en el mundo, lo siguiente: «Ingentes muchedumbres viven aún en condiciones de gran miseria material y moral. El fracaso del sistema comunista en tantos países elimina ciertamente un obstáculo a la hora de afrontar de manera adecuada y realista estos problemas. Pero eso no basta para resolverlos. Es más, existe el riesgo de que se difunda una ideología radical de tipo capitalista, que rechaza incluso el tomarlos en consideración, porque a priori considera condenado al fracaso todo intento de afrontarlos y, de forma fideísta, confía su solución al libre desarrollo de las fuerzas de mercado». Fin de cita. En fin, Elentir, que el comunismo no es el único peligro. El capitalismo puede ser un peligro igual de grave. Más aún, diríase que esa «ideología radical de tipo capitalista» que temía el Papa Juan Pablo II en 1991, ya está aquí: es esa inhumana y bestialísima «cultura del descarte», como la llama el Papa Francisco. Un sistema no menos destructivo y perverso que el comunismo marxista, donde se destruye o expulsa todo lo que «sobra», todo lo que amenaza la comodidad de la vida vivida en el egoísmo, lo que no encaja con la ganancia rápida, con las tiránicas «leyes del mercado». Es decir, las personas más debiles y más necesitadas, como los niños no nacidos; pero también los emigrantes, los enfermos y tantas otras categorías de personas necesitadas de que se las proteja. China es, no sé si me equivoco, un ejemplo claro de que, en el fondo, los sistemas egoístas y ajenos a la voluntad de Dios, son afines: llámense «capitalismo» o «comunismo». China es, ahora que, en su economía, tiene capitalismo en el mal sentido, tan opresiva y tiránica como cuando tenía economía comunista. Y es lógico que sea así: porque ambos son sistemas que no ponen la dignidad humana en el centro sino que ponen en el centro servir al egoísmo. Un saludo jovial y digital.

  10. En resumen. Un equilibrio de capitalismo controlado por leyes sociales dentro de un marco democrático con un sistema judicial independiente.

  11. José Ignacio, por supuesto, cuando hablamos de capitalismo y de democracia se pueden hacer muchos matices. No es lo mismo la democracia estadounidense que la española o que la británica. Tampoco es igual el capitalismo de EEUU, el de China o el de Suecia. Las formas de elección de los representantes, el modelo de Estado, el grado de intervención de los gobiernos en la economía e incluso los valores que sustentan cada democracia varían de forma considerable según el país del que hablemos.

    Yo defiendo un capitalismo en el sentido positivo que apuntaba San Juan Pablo II en la cita que apuntas. Obviamente, el mercado por sí solo no resuelve todos los problemas ni es la garantía de un mundo ideal: ha de haber leyes que impidan que los fuertes abusen de los débiles. Por eso no soy anarcocapitalista.

  12. Espectador

    La necesidad de algún tipo de intervención que modere o controle los excesos de cualquier sistema político, incluido el de las leyes de Mercado, es muy razonable. El problema, que existe desde la antigüedad, es «Quis custodiet ipsos custodies? (¿Quien vigila a los vigilantes?) Como los nuevos Ayuntamientos españoles están demostrando, los que ostentan (y no digamos si detentan) el poder caen muy fácilmente en el arbitrismo, cuando no directamente en la arbitrariedad.

    Quizás la solución sea admitir que dada la naturaleza humana, si se pueden producir abusos inevitablemente se producirán, y diseñar un conjunto de contrapesos que los haga más difíciles, aunque no pueda eliminarlos totalmente. Eso es lo que el sistema político USA ha intentado desde su creación y en lo que España ha fracasado miserablemente.

    Negar el egoísmo como motor de los comportamientos humanos es irreal; lo que hay que hacer es que sus extremos no sean demasiado rentables. De hecho, un cínico podría defender que incluso el altruismo individual suele ir asociado al egoísmo a favor de la familia, el grupo social o la nación.

    En el control de los excesos, la división de poderes es un aspecto esencial; no en vano todos los totalitarios sueñan (y muchas veces lo consiguen, como en España) en enterrar a Montesquieu.

  13. Emismo

    Elentir, un sistema basado en la libertad individual de las personas. Con el reconocimiento a la Vida, a la Libertad y a la Propiedad Privada.

  14. ¿Y cómo se protegen derechos en una anarquía, si no hay un Estado que haga leyes para protegerlos y castigar a quienes los agreden?

  15. Ignacio

    Lo que yo no entiendo es porque la democracia tiene que ser diferente a las otras actividades humanas, si para conductor un autobús necesitas un carnet, para ser piloto la licencia y un número de horas de vuelo y para ser médico necesitas una carrera y 4 años de mir, porque para ser ministro sólo tienes que ser simpático y embaucar a unos millones de personas.
    En la vida civil tu empiezas haciendo de becario, y según tu valía llegas a ceo o te quedas en algún puesto intermedio.
    Sin embargo en política pueden crear un puesto, incluso un ministerio para ti, como en el caso de la exministra sido, sin haber demostrado por el camino ninguna aptitud. He puesto meritocracia, tan sólo para expresar que aquellos que nos gobiernan tienen que tener al menos los mínimos méritos que tiene cualquier trabajador para hacer su trabajo

  16. Emismo

    Cada ciudadano es responsable de su protección. Podrían surgir agencias privadas de seguridad, defensa y justicia. Yo es un aspecto que no tengo aún estudiado. Pero grandes pensadores liberales como Murray Rothbard o Hans-Hermann Hoppe han desarrollado trabajos al respecto. El Estado sólo es un monopolio, ilegítimo, del uso de la violencia. Y se ha mostrado incapaz de hacer eso a lo que está destinado.
    ¿Habría infracciones de los derechos en un entorno anarcocapitalista? Pues muy posiblemente sí. ¿El Estado puede solucionar ese problema? La respuesta es que no. En primer lugar porque para la existencia de Estado es necesario atacar tanto la libertad de la persona como su propiedad privada. A parte de esto, ningún Estado se ha mostrado capaz de hacer justicia universal. No ha habido Estado en el que no haya habido delitos (además de los propios del Estado).
    Es un tema realmente complejo, en el que, sin duda, carezco de respuesta a todas las preguntas. Pero hay que intentar serguir formándose en las ideas de la Libertad.

  17. Emismo: «Cada ciudadano es responsable de su protección. Podrían surgir agencias privadas de seguridad, defensa y justicia.»

    Es decir, que propones sustituir un Estado de Derecho por una anarquía en la que impere la ley del más fuerte y en la que sólo tenga seguridad garantizada el que pueda pagársela.

    En fin, comprenderás que lo que propones no es nada convincente. Será mejor que sigas estudiándolo porque la propuesta hace aguas por todas partes.

    Por cierto, decir que el Estado «se ha mostrado capaz de hacer justicia universal», y decir que «no ha habido Estado en el que no haya habido delitos», y a continuación proponer que la seguridad ciudadana y la justicia se privaticen por completo, es una forma de argumentar muy tramposa. Si surgió el Estado fue, precisamente, porque sin él no había posibilidad de administrar justicia ni de garantizar seguridad para todos, con arreglo a leyes que protejan a todos. Lo que tú propones es retroceder en materia jurídica hasta una situación propia de los territorios en fase de colonización en el oeste de los EEUU durante el siglo XIX. Proponles allí si quieren volver a aquella situación, cuando ni siquiera había sheriffs, a ver qué te dicen.

  18. Emismo

    ¿El Estado garantiza el cumplimiento de la ley y la seguridad para todos?
    ¿De dónde emana el poder del Estado?
    Sí, yo por supuesto que tengo que estudiar más. Mas esto no es una propuesta mía, ni una ocurrencia que haya tenido ahora.
    «Mi propuesta» podrá hacer aguas; el Estado ha demostrado hacer aguas ahora y en el pasado.

  19. El Estado dispone de unas leyes que valen para todos, y tiene unos medios de seguridad que están al servicio de todos. Por supuesto, esto no garantiza que puedas estar al 100% seguro en todo momento, pero es, desde luego, mucho mejor que una sociedad en la que sólo tengan justicia y seguridad quienes puedan pagársela.

    Criticar al Estado por no garantizar la seguridad al 100% y decir que ese modelo hace aguas, y a continuación proponer un modelo donde cada uno se pague su seguridad, si puede, es el colmo del sinsentido.

  20. Francisco José Pena Rey

    Tal vez el problema de fondo, estimado amigo, es definir qué se entiende por democracia y por un sistema económico justo.
    Personalmente, considero que el marxismo y el capitalismo son el anverso y el reverso de la misma moneda.
    Al igual que la democracia hay que construirla desde la base y conseguir un sistema en el que el representante (apoderado) sea responsable ante el poderdante (elector), sin perjuicio de una garantía de aptitud intelectual mínima por parte de aquél, lo cierto es que no estamos realmente en una economía de mercado, sino en una economía intervenida, bien, en algunos casos, por el Estado, bien, en otros, por los grandes oligopolios.

  21. Emismo

    El Estado es un sistema que impone unas leyes a todos, y que tiene unos medios de seguridad al servicio del gobierno para imponer esas leyes.

  22. Alejandra

    Emismo, el Estado nunca podrá ser perfecto porque está formado por gente que no lo es. Y esa gente sale del pueblo.
    En zonas de Venezuela solo puedes dormir tranquilo si pagas a los paramilitares para que velen por tu seguridad y la de tu barrio. Pobre de ti si no quieres o no puedes hacerlo. También está la opción de Pablo Iglesias de que todos deberíamos tener derecho a portar armas… Es decir: creamos una anarquía y, como seguro que se nos va de las manos, que cada uno se las arregle como pueda. Pues no veo dónde está el avance.

  23. Emismo

    Alejandra, ¿es que no hay Estado en Venezuela?
    Y Pablo Iglesias lo que quiere es más Estado, no menos.

  24. Ahora lo que me tendría que aclarar alguien es dónde ha habido una experiencia que se acerque una pizca a lo que propone el anacocapitalismo. Porque estamos en lo de siempre: se presenta una visión nefasta de lo que tenemos y se promete una utopía que no se concreta. Si la alternativa a la ausencia de Estado, como sostienen algunos ancaps, es Somalia, apaga y vámonos.

  25. Espectador

    Voy a hacer de abogado del diablo, defendiendo una tesis de la que no estoy del todo convencido.

    Una sociedad de hombres libres puede defenderse, aunque no sea fácil, de una banda de rufianes. Por eso los EEUU tienen la enmienda que permite a todos los ciudadanos tener armas. Curiosamente, al Colt 45 del Oeste se le llamó «el igualador», porque con él (y unos buenos rifles) un grupo de ciudadanos podía hacer frente a un pistolero o una banda (no muy grande) de ellos. En las sociedades «más civilizadas» europeas, los delincuentes también tienen armas; quienes no las tienen son los ciudadanos honrados, que dependen del Estado para su defensa, con resultados claramente mejorables (te defiendes de un atraco en tu casa y se te cae el pelo a ti). Curiosamente, y es un dato que omiten siempre los partidarios del control de armas en manos privadas, los reservistas de ejército suizo se llevan a sus casas las armas automáticas que van a usar en sus maniobras periódicas, y sin embargo no hay una epidemia de violencia en Suiza; ¡y no son simples pistolas, sino fusiles de asalto! En cambio en los civilizados países nórdicos, un pirado puede acorralar a unos cientos de estudiantes indefensos en una isla e irlos matando poco a poco sin que puedan defenderse; en los EEUU hubiera matado a los diez primeros, pero probablemente hubiera tropezado con alguno armado que le hubiera hecho frente y la cosa hubiera estado más equilibrada. A uno de los locos que periódicamente asaltan escuelas en los EEUU lo hirió de un tiro una madre que había ido a recoger a sus hijos (y murió al defenderlos) y eso facilitó su eliminación posterior.

    Además, el derecho a poseer armas se entendió en los EEUU como defensa contra la tiranía; eso servía incluso contra un estado opresor (extranjero o propio), mientras los soldados de éste iban armados con mosquetes. Contra un Estado Moderno, con tanques, aviones, bombas inteligentes y dominio de las redes cibernéticas, el individuo lo tiene mucho más difícil. Pero la solución para defenderse de un Tiranosaurio agresivo no es la mansedumbre y confiar en su buena voluntad, sino tratar de eliminarlo o al menos limarle los dientes. Estado quizás si, pero el mínimo posible.

    Hay serias propuestas en este sentido, como las de la escritora Ayn Rand, muy bien argüidas. Lo cual no quiere decir que funcionasen si se llevasen a la práctica. Lo que si es seguro es que incluso en el peor de los casos no conducirían a horrores como los de los estados totalitarios soviéticos y nazis, dos caras de la misma moneda, el culto al Estado (socialista; los nazis se llamaban a si mismos Nacional Socialistas).

    Somalia, Libia, … son ejemplos de estados fallidos que han llevado al caos, pero sus horrores palidecen frente a los de estados muy organizado como la URSS, la Alemania Nazi, la Camboya de Pol-Pot, la China de Mao, … Donde el caos mata a miles de personas, el «orden» mata a millones.

    A mi me gustaría vivir en un sistema que me permitiera defenderme a mi mismo, como los EEUU; nadie va a poner más interés en ello.

  26. Yo también soy partidario de que se le otorgue a los ciudadanos un mayor derecho a la autodefensa, pero eso no implica quedarse sin Estado y que los propios ciudadanos tengan que suplir por sus medios la labor de la Policía y de los jueces.

  27. Espectador

    » eso no implica quedarse sin Estado y que los propios ciudadanos tengan que suplir por sus medios la labor de la Policía y de los jueces.»

    Acaba usted de mentar la bicha; los jueces. Con todos sus defectos, la Policía y sobre todo la Guardia Civil en España desempeñan bien su cometido (muy bien incluso en el caso de la GC). ¡Ojalá pudiéramos decir lo mismo de los jueces! Su excusa es que se limitan a cumplir las leyes que el Legislativo les entrega, pero lo cierto es que tienen bastante discrecionalidad y la mayoría de ellos se inclina sistemáticamente hacia la protección de los derechos del delincuente y no de los de la víctima, salvo que una de estas se tome la justicia por su mano, en cuyo caso no hay piedad para él (o ella).

    Por ejemplo, si cuando un Juez de vigilancia penitenciaria concede un permiso a un violador (a veces en contra de los informes de los funcionarios de prisiones en el sentido de que no está reinsertado) y éste lo aprovecha para cometer una nueva violación, ese Juez tuviera que afrontar alguna responsabilidad por su decisión errónea, se lo pensaría la siguiente vez y se evitarían bastantes delitos graves.

  28. Pero eso que apuntas implica mejorar el sistema de justicia, no hacerlo desaparecer…

  29. Alejandra

    Emismo, tienes razón, pero de algún sitio tengo que sacar los ejemplos.
    ¿De verdad crees que el ser humano es capaz de hacerlo mejor sin Estado? ¿Funcionando por asambleas, tal vez? ¿Y al final cómo quedaría la cosa?
    A mí me parece un tema interesante. De hecho, seguro que Manuela Carmena está dispuesta a ceder algún espacio (yo sugeriría un pueblo abandonado) para iniciar un experimento social desde esas teorías. De veras que no lo digo en broma. Supongo que pequeñas comunidades, con determinadas características, pueden vivir así sin grandes problemas (aunque no sé cuánto tiempo). Los que pensáis así, deberíais promover el experimento social.

  30. Alejandra

    Emismo, tienes razón, pero de algún sitio tengo que sacar los ejemplos.
    ¿De verdad crees que el ser humano es capaz de hacerlo mejor sin Estado? ¿Funcionando por asambleas, tal vez? ¿Y al final cómo quedaría la cosa?
    A mí me parece un tema interesante. De hecho, seguro que Manuela Carmena está dispuesta a ceder algún espacio (yo sugeriría un pueblo abandonado) para iniciar un experimento social desde esas teorías. De veras que no lo digo en broma. Supongo que pequeñas comunidades, con determinadas características, pueden vivir así sin grandes problemas (aunque no sé cuánto tiempo). Los que pensáis así, deberíais promover el experimento social.

  31. Emismo

    El anarcocapitalismo no vende una utopía de un mundo ideal donde no vaya a haber problemas. No es una manera de alcanzar el bien, sino un fin en sí mismo.
    Partiendo de la defensa de la libertad individual de las personas, se constituye como la forma política que no ataca la libertad. Defender la Vida y la Libertad nunca es un sinsentido.
    Alejandra, por supuesto que creo que una sociedad sin Estado es capaz de hacerlo mejor que con Estado. Y peor también.
    La política asamblearia que propugnan Podemos y los movimientos cercanos a él son totalmente contrarios a lo que defiende el liberalismo. Unanimidad y centralidad, contra diversidad y descentralización. Las asociaciones humanas han de ser de libre adscripción.

  32. Emismo: «El anarcocapitalismo no vende una utopía de un mundo ideal donde no vaya a haber problemas. No es una manera de alcanzar el bien, sino un fin en sí mismo.»

    Cuando una ideología deja de ser un medio para conseguir un mundo mejor y se convierte en un fin en sí misma, mal va… Por mucho que esa ideología se crea la mejor, meterse por esos derroteros en los que se disocian las y la realidad es lo que ha acabado llevando a auténticas barbaridades a lo largo de la historia. A ver si aprendemos de una vez.

  33. Emismo

    Pues sí, la Libertad, como la Vida, en un fin en sí mismo. Y por ahí se va bien.

  34. No me des gato por liebre. Te estabas refiriendo al anarcocapitalismo, no a la libertad. No es lo mismo, a menos que confundas una ideología con una facultad humana. Y si me vienes ahora con que tu ideología es la «libertad», sólo me queda decirte que le des saludos a Yupi de mi parte.

  35. Emismo

    La libertad es un valor, no ideología. En ningún momento he dicho yo eso. Lo que digo es que el Estado ataca la libertad.

  36. Alejandra

    La elevación de la «Libertad» como fin en sí misma es filosóficamente muy peligrosa. La libertad nunca debe ser tomada como valor absoluto. La verdadera libertad es la que va de la mano del Bien y la Verdad; es la que me hace ser la mejor opción de mí mismo y me lleva a hacer mejor lo que me rodea.

  37. Emismo

    ¿Cuál es la libertad que va de la mano del Bien y la Verdad?¿Cómo se determina?¿Quién la determina?¿Qué marco político es el propio de una libertad basada en el Bien y la Verdad?

  38. Emismo, siempre haces preguntas en abstracto sin bajar a la realidad. Pues me propongo bajarte. Dices que la libertad es un fin en sí misma. Entonces, cuando se pide la libertad para un asesino que no ha pagado por sus crímenes, ¿cuál es tu postura? ¿Apoyas la libertad porque es un fin en sí mismo?

    Para que una sociedad sea libre tiene que tener unos valores bien consolidados, unos valores que la muevan a proteger a los más débiles, a salvaguardar el derecho a la vida, a proteger a la familia, a velar por el Bien común y otras cosas que caracterizan a una sociedad civilizada. Vivir en sociedad implica que eres responsable de sus actos, de las decisiones que tomas, y que tienes una serie de obligaciones hacia los demás. Una sociedad no se puede regir simplemente por una vaga definición de la libertad. Pretenderlo es querer convertir nuestra sociedad en los mundos de Yupi.

  39. Emismo

    Vaga definición de libertad: Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
    El liberalismo se basa en el principio de no agresión: ningún hombre, o grupo de hombres, puede iniciar violencia (o amanazar con iniciar) contra la persona o propiedad de otra persona.

    Yo sí creo que el asesino debe pagar por sus crímenes, puesto que ha sido iniciador de violencia.

    El anarcocapitalismo no es una estructura cerrada para una sociedad. Es más bien un marco sobre el que desarrollarla.

    «Para que una sociedad sea libre tiene que tener unos valores bien consolidados, unos valores que la muevan a proteger a los más débiles, a salvaguardar el derecho a la vida, a proteger a la familia, a velar por el Bien común y otras cosas que caracterizan a una sociedad civilizada.»
    ¿Qué forma de Estado asegura estos valores?¿Qué Estado lo ha hecho en la Historia? No lo conozco.

  40. Espectador

    Alejandra:

    La Libertad no lo es todo, pero sin ella nada tiene valor. Si alguien hace el bien porque no le dan otra opción, o dice la verdad porque si no se le cae el pelo, esos comportamientos buenos en si no valen nada.

    Por eso todos los totalitarios empiezan por atacar a la Libertad, pretendiendo en el mejor de los casos sustituirla por la Igualdad, la Fraternidad, la Solidaridad, cualidades deseables pero que no pueden sustituir a la Libertad.

  41. Espectador

    Elentir:

    Obviamente la Libertad de la que Emismo habla es la Libertad de Opinión y la Libertad de Elección siempre que no se haga daño a otros, no la libertad de los delincuentes para delinquir. La libertad de cada uno acaba donde se convierte en una coerción o un perjuicio para los demás.

    Por ejemplo, una mujer (o un legislador) no puede hablar de Libertad para acabar con la vida de los más débiles, como los no nacidos. Esa es la peor perversión del hermoso concepto de la Libertad, y es una simple manifestación de la Fuerza Bruta. La mujer que acaba con la vida de su hijo no nacido no está ejerciendo su Libertad sino cometiendo el más execrable de los crímenes, «porque puede» y una Sociedad terminalmente enferma se lo permite. E inmediatamente detrás de eso estaría la «Libertad» del médico para eliminar a los pacientes ancianos o improductivos (como ya ha ocurrido en Madrid), porque está en una posición de fuerza respecto a ellos, la de decidir que los costes de un tratamiento no van a ser económicamente recuperados en la vida productiva del paciente, o la de que ciertos colectivos son menos merecedores de vivir que otros (judíos, gitanos, homosexuales, votantes del PP, …).

    Ninguno de estos comportamientos criminales pueden utilizar como justificación el nombre de la Libertad.

    Algo parecido ocurre con la «Igualdad». Lo deseable (aunque difícil de conseguir) es la igualdad de oportunidades, no la igualdad de resultados entre los trabajadores y los vagos, entre los que estudian y los que se van de botellón, entre los que se arriesgan y los que prefieren ser subvencionados, etc, como tantas veces impone la izquierda. Eso solo conduce a la miseria para todos.

  42. Emismo: «¿Qué forma de Estado asegura estos valores?¿Qué Estado lo ha hecho en la Historia?»

    Léete cualquier constitución, que da la sensación de que no has leído ninguna.

    Y ya que te gusta tanto hacer preguntas pero no responderlas, voy a hacer como tú: ¿dónde se ha implantado el anarcocapitalismo, me lo puedes decir? ¿Tienes algún ejemplo práctico para orientarnos? ¿O estás vendiendo humo, como todos los utópicos?

  43. Emismo

    En una constitución se puede poner lo que se quiera. Lo que no quiere decir que la sociedad regida por esa constitución cumpla con los valores que recoge por escrito. Una constitución no tiene poder de por sí.

    ¿Dónde se ha implantado el anarcocapitalismo, me lo puedes decir?: Lo desconozco.
    ¿Tienes algún ejemplo práctico para orientarnos?: No, no tengo.
    ¿O estás vendiendo humo, como todos los utópicos?: No vendo humo. ¿Dónde se ha implantado un Estado que cumpla con esa sociedad a la que te refieres?¿O es una sociedad utópica?

  44. Vale, gracias por aclarar que estás defendiendo un sistema que no se ha aplicado en ningún sitio y del que no puedes poner ejemplos. Dejo aquí la discusión, si te parece la reanudamos cuando se implante ese modelo aunque sea en un pueblecito.

  45. Alejandra

    Emismo, la libertad que va de la mano del Bien y la Verdad es la que, como ya he escrito, «me hace ser la mejor opción de mí mismo y me lleva a hacer mejor lo que me rodea.» El marco político es el que se le supone a la política: La búsqueda del bien común.

    Espectador, «Si alguien hace el bien porque no le dan otra opción, o dice la verdad porque si no se le cae el pelo, esos comportamientos buenos en si no valen nada.» Efectivamente, si la elección la haces por una coerción, no estás ejerciendo la libertad. Yo lo que he dicho es que la verdadera libertad no se puede separar del bien y la verdad. Por ejemplo: Yo soy libre de hacer lo que me dé la gana. Pero si eso no me lleva a ser cada vez más libre, es que no estoy ejerciendo mi libertad bien y ella misma me llevará a la esclavitud (drogas, violencia, egoísmo, sumisión…)

  46. Espectador

    Les deseo la mejor de las suertes a los Nomadelfios. Esas experiencias no son nuevas; desde los falansterios de Fourier, a los koljoses soviéticos o los kibutz israelíes, ha habido otros intentos de organizar comunidades sin propiedad privada. Ninguno ha sobrevivido sin coerción más allá de dos generaciones.

    Desconocer que el egoismo es probablemente el motor más fuerte de la conducta humana es negar la evidencia. Lo que hay que hacer es encauzar el egoísmo, de manera que redunde en beneficio de la comunidad. El panadero que se levanta de madrugada para hacer el pan, no lo hace por prestar un servicio a los demás sino por ganarse la vida, y a pesar de ello hace una labor muy importante y útil.

    Todos los ensayos colectivistas, sobre todo los basados en la coerción, han conducido a la miseria y el fracaso.

  47. Lo siento, pero por mucho que digan que es una localidad católica, yo sería incapaz de vivir en un sitio donde no existe un derecho tan importante como la propiedad privada. Me parece tan poco atrayente como que te inviten a vivir en un sitio sin libertad de circulación o sin libertad de expresión.

  48. Alejandra

    Espectador, los ejemplos que pones no son de católicos que libremente han elegido ese modo de vida. Según explica el vídeo, ellos acogen como propios a niños abandonados y viven como las primeras comunidades cristianas. «Donde la ley es vivir la fraternidad», significa su nombre. Y, como explica el sacerdote, eso no tomado como algo romántico, sino de verdad, en el ejercicio diario.

    Esta comunidad ha recibido la bendición de San Juan Pablo II y del papa Francisco. Para comprender su estilo de vida hace falta haber tenido alguna experiencia cristiana que se le acerque o haber ahondado en el Evangelio.

    Elentir, comparar que la falta de propiedad privada, libremente elegida por imitación al Evangelio, con la falta de libertad de expresión, me parece completamente desproporcionado.

  49. La noticia que enlazas habla de un pueblo. E incluso presenta dicho pueblo como «una civilización nueva fundada en el Evangelio». Que yo recuerde, Cristo no derogó ese mandato de Dios que dice «no robarás», mandato que implica la existencia de esa propiedad. Y este párrafo no lo he escrito yo:

    «La propiedad privada y las otras formas de dominio privado de los bienes «aseguran a cada cual una zona absolutamente necesaria para la autonomía personal y familiar y deben ser considerados como ampliación de la libertad humana (…) al estimular el ejercicio de la tarea y de la responsabilidad, constituyen una de las condiciones de las libertades civiles». La propiedad privada es un elemento esencial de una política económica auténticamente social y democrática y es garantía de un recto orden social.«

    Figura en el Catecismo de la Iglesia Católica.

    Insisto: no entiendo que alguien quiera levantar «una civilización nueva» desde un punto de vista cristiano excluyendo un derecho tan elemental. Y decir que la renuncia a ese derecho se escoge libremente no me vale desde el momento en que hablamos de un pueblo y de querer instaurar una nueva civilización. ¿Para poder instalarse en ese pueblo hay que renunciar al derecho a la propiedad privada? Entiendo que estas cosas se hagan en monasterios, conventos e incluso asociaciones privadas de fieles, son muy libres de hacer con sus bienes lo que estimen oportuno, pero cuando hablamos de un pueblo estamos hablando de un sitio público en el que viven personas de todo tipo.

  50. Espectador

    Alejandra:

    No querría ser ofensivo, pero no he tenido trato directo con muchos santos en mi vida, y no soy joven. Me resulta pues difícil imaginar toda una comunidad de santos en la Tierra. Comunidades que eligen normas de vida no convencionales en torno a líderes carismáticos en cambio he oído de bastantes; en los EEUU se dan con frecuencia. La mayoría acaban mal. Algunas, muy mal, como la del reverendo Jim Jones (antiguo miembro del Partido comunista USA, también colectivista y enemigo de la propiedad privada), que terminó «suicidando» a 912 de sus feligreses del movimiento Pentecostal Templo del Pueblo en la Guayana. Hasta ese momento la mayoría eran voluntarios y muy, muy convencidos. Los seguidores de la «Puerta del Cielo» de Marshall Applewhite, que creían iban a ser recogidos por un Ovni y se suicidaron en 1997 al paso del cometa Hale-Boop, también eran «creyentes», aunque no en el Evangelio de Cristo sino en la «Religión OVNI». Los davinianos de David Koresh, que afirmaba ser una nueva reencarnación de Jesucristo, y había reunido una amplia colección de seguidores, muchos de ellos niños, se incineraron a si mismos (o a los miembros dudosos) tras enfrentarse a tiros con el FBI en Waco, Texas en 1993. Los miembros de todas estas organizaciones habían renunciado a la Propiedad Privada, a favor del grupo.

    Por supuesto no estoy estableciendo comparaciones, porque los fieles de Jones, los de Applewhite y los de Koresh eran fanáticos, y los Nomadelfios son Católicos, lo cual les previene del fanatismo, como demuestra la Historia. Los seguidores de Fourier (comunistas «avant la lettre») o los miembros de los kibutz (judíos sionistas) tampoco eran católicos. Y no digamos los koljosianos soviéticos. ¡Que suerte tenemos los católicos, que estamos naturalmente inmunizados contra estos excesos!

    No se tome a mal estos comentarios. La Fe es una gran cosa, sobre todo cuando se cree lo correcto, como nosotros.

  51. Alejandra

    Elentir, primero comparas la renuncia a la propiedad privada por motivos evangélicos con la falta de libertad de expresión, ¿y ahora les llamas ladrones? Increíble. Deberías no faltar el respeto a aquellos que intentan vivir como los primeros cristianos. Esa comunidad está reconocida por la Iglesia. San Juan Pablo II los bendijo, el papa Francisco también, muchos cristianos lo vemos como un modo de vida admirable… No pasa nada porque tú no lo entiendas. No todo lo que no nos entra en la cabeza deja de ser posible y, en algunos casos, loable.

    Efectivamente, el Magisterio reconoce el derecho a la propiedad privada, que no la obligación. Me citas la Doctrina Social de la Iglesia en su número 176. En su número 177 matiza con claridad:

    177 La tradición cristiana nunca ha aceptado el derecho a la propiedad privada como absoluto e intocable: “Al contrario, siempre lo ha entendido en el contexto más amplio del derecho común de todos a usar los bienes de la creación entera: el derecho a la propiedad privada como subordinada al derecho al uso común, al destino universal de los bienes”.

    Habría que hablar pormenorizadamente de cómo vive esta gente y otros similares. Yo, por ejemplo, he estado con una pequeña comunidad cuya vocación es atender, principalmente, a enfermos de SIDA. No es que en esos lugares las personas no tengan cosas y espacios de uso personal. Pero la forma en que se vive es muy distinta.

    El evangelio no es «todo para todos». No todos están llamados a vivir como los primeros cristianos pero el no apego a las cosas -da igual si tienes muchas o pocas- sí es para todos.
    Por supuesto que el reconocimiento de la propiedad privada es bueno. De hecho, en nuestro mundo, es indispensable.

    El pueblo es una asociación privada de fieles desde 1994: lo pone en la noticia.

    Espectador, la aspiración a la santidad es para todos los cristianos. Otra cosa es que la gente sepa lo que implica llamarse cristiano o que no se quiera enterar. Cada uno ha de buscar la forma, desde la oración y el discernimiento, en el que Jesús le propone que busque su santificación.
    «Para la Iglesia Católica, Nomadelfia es una población y parroquia desde 1962. En 1994 aprobó su nueva Constitución como «Asociación privada de fieles», que en culto, doctrina y costumbres se adhiere a la enseñanza católica.» Pues si ésa es su forma: Bendito sea Dios. A San Juan Pablo II le pareció bien y yo no voy a decir lo contrario. Sobre todo cuando sí tengo experiencia de que algo así sea posible.

  52. Alejandra, me molesta mucho que pongan en mi mano cosas que yo no he dicho. No he llamado «ladrones» ni «ladrón» a nadie en esta entrada, has sido tú la primera que has usado esa palabra. Por otra parte, ¿el punto 177 que citas justifica la supresión de la propiedad en todo un pueblo, acaso?

    Por otra parte, aclaremos la cosa: o es una asociación privada de fieles, o es un pueblo. Si es lo primero, insisto, son muy libres de renunciar a sus bienes si así lo desean, pero un pueblo no es una asociación privada de fieles. Y el problema de llamarlo «pueblo» y de ponerlo como ejemplo de organización política -que es lo que hacen algunos con esta noticia- es que se da a entender que lo deseable para la Iglesia es una forma de organizar la comunidad en la que no exista la propiedad privada. Y ya he señalado que eso no es lo que piensa la Iglesia.

  53. Espectador

    Alejandra.

    Le felicito por su Fe. No trato de insultarla, pero los seguidores de Jim Jones y David Koresh también tenían una fe inquebrantable en Jesucristo; los del segundo de primera mano, porque Koresh decía ser una reencarnación de Jesús. Obviamente usted y yo sabemos que estaban equivocados; nosotros en cambio no podemos estarlo.

    Las organizaciones «extremas», aunque sean extremas en su fe, me dan un poco de miedo. Dentro del catolicismo ha habido también casos bastante deplorables, como los Legionarios de Cristo del sacerdote mejicano Marcel Maciel, que después de ser vistos con gran simpatía por el Vaticano, concretamente por San Juan Pablo II (consulte en Internet sus mensajes de apoyo a lo largo de muchos años), resultó ser un pederasta, abusador de seminaristas, padre de varios hijos y presunto consumidor de drogas. Por supuesto la mayoría de sus seguidores eran gentes de buena fe. Pero todas las organizaciones (religiosas o laicas) con aspectos de secta son cuando menos sospechosas, y el apoyo de un Papa, incluso si es santo, no es garantía de que no tengan un lado oscuro. Ojalá los Nomadelfios no sean así.

    Saludos.

  54. Alejandra

    Apreciado Elentir, como deberías saber, lejos de mí intentar ofenderte. He hecho una pregunta porque no sé por qué citas el séptimo mandamiento contra los nomadelfios…

    Vayamos a la Escritura en Hechos de los Apóstoles:
    2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
    2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
    Siempre se toma como ejemplo la vida de las primeras comunidades como ideal a imitar en la medida de lo posible.

    Según parece, es una asociación privada de fieles que coincide con una parroquia y, geográficamente, un pueblo. Si la Iglesia lo ha aceptado es porque no ve ningún problema. Ojalá hubiera muchos lugares así, digo yo.
    ¿Y qué pasa si con intereses partidistas algunos lo ponen como ejemplo? No veo el problema. Todo es susceptible de ser malinterpretado. Y también lo bueno nos lleva a la verdad «y la verdad os hará libres» (Jn 8, 32 b).

    «se da a entender que lo deseable para la Iglesia es una forma de organizar la comunidad en la que no exista la propiedad privada». Y yo ya he señalado, con la DSI y con la Escritura que para la Iglesia la propiedad privada no es un valor absoluto ni intocable. De hecho, el ideal es parecerse a las primeras comunidades cristianas. Es por nuestra dureza de corazón y por el contexto social que ese ideal sea algo harto difícil, salvo en pequeñas comunidades. De ahí que la Iglesia defienda la propiedad privada.
    Del Catecismo:
    «Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. Sin embargo, la tierra está repartida entre los hombres para dar seguridad a su vida, expuesta a la penuria y amenazada por la violencia.

  55. Alejandra

    (Se me publicó antes de terminar).
    De lo anterior se entiende que es debido al mal existente que sea necesaria la propiedad privada.

  56. Alejandra

    Espectador, al parecer usted ha quedado muy preocupado por los excesos que determinados fanáticos han realizado en el mundo. Y no es para menos: en la actualidad se multiplican las sectas.
    Sé lo que pasó con los Legionarios de Cristo. Dos excelentes sacerdotes que conozco pasaron a ser diocesanos y un amigo mío, a día de hoy, vive una vida de generosidad por causa de la fe que me resulta ejemplar.
    Lo que me parece injusto es convertir en sospechosos a todos los que intentan vivir la fe de forma evangélica. Ese lado oscuro del que habla está dentro de todos nosotros. Es la concupiscencia que nos queda fruto del pecado original. Se nos cuela constantemente a nivel personal y también como colectivo. Nadie se libra de ello. Solo poner a Jesús como centro de nuestra vida nos da victoria en las batallas. Y eso no es sencillo para nadie. Pero para eso vino Dios: «para salvar lo que se había perdido». (Lc 19, 10 b).

  57. De tu comentario deduzco que la Iglesia hizo una mala interpretación de las escrituras al poner esto en el Catecismo (y lo repito):

    «La propiedad privada y las otras formas de dominio privado de los bienes «aseguran a cada cual una zona absolutamente necesaria para la autonomía personal y familiar y deben ser considerados como ampliación de la libertad humana (…) al estimular el ejercicio de la tarea y de la responsabilidad, constituyen una de las condiciones de las libertades civiles». La propiedad privada es un elemento esencial de una política económica auténticamente social y democrática y es garantía de un recto orden social.«

    ¿La Iglesia es tan tonta que puso en el Catecismo que la propiedad privada es algo necesario, cuando en realidad tendría que poner que es algo a lo que deberíamos renunciar?

  58. Espectador

    Alejandra.

    No soy quien para dar lecciones a nadie de cómo vivir su experiencia religiosa. Pero entre ascetas como San Simeón Estilita (al que se atribuye la invención del cilicio), que se pasó 37 años subido a una columna de 17 metros de altura para dedicarse sin distracciones a la contemplación y la oración, y la Madre Teresa de Calcuta, dedicada al cuidado de los más pobres entre los pobres, me siento más próximo a ésta última.

    Y si, me dan mucho miedo los fanáticos, religiosos o laicos. Creo que son peligrosos y que pasan fácilmente de aconsejar a los demás a tratar de obligarles a comportarse como ellos creen.

  59. Alejandra

    Elentir, ya te he respondido a eso más arriba. Para empezar, lo que citas no es el Catecismo, sino el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI). Yo te he respondido con el CDSI, con el Catecismo y con la Escritura, explicando las matizaciones a tal fragmento del artículo. Añado más citas y un comentario teológico:

    En cuanto que los bienes deben ser destinados al desarrollo de todo hombre y de la humanidad entera, no es que exista una oposición al derecho a la propiedad sino que necesita ser reglamentado: “La propiedad privada (…), es, en su esencia, solo un instrumento para el respeto del principio del destino universal de los bienes, y por tanto, en último análisis, un medio y no un fin.” (CDSI 177)
    De lo que se deriva que quien no necesite ese medio o ese medio le sea un impedimento para acercarse a Dios, puede renunciar a ello desde la inspiración evangélica. (Mc 10, 21- Mt 19, 21).

    (CDSI 178) La enseñanza social de la Iglesia exhorta a reconocer la función social de cualquier forma de posesión privada, en clara referencia a las exigencias imprescindibles del bien común. El hombre “no debe tener las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás”.

    De nuevo vemos que lo de la propiedad privada, aunque legítima, tiene sus matizaciones dentro de la DSI. El porqué ya lo he explicado.

    “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. (…) Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, Y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.” Hch 4, 32. 34-35
    Esto es lo que dice la Escritura y lo que he citado más arriba corresponde al Magisterio de la Iglesia, que son dos de los tres pilares del Depósito de la fe. El Magisterio nunca puede contradecir lo que dice la palabra. Es cierto que puede dar interpretaciones, sobre todo de tipo literario, pero la narración de los Hch no es susceptible de interpretación. Por tanto, el Magisterio defiende la propiedad privada, debido a nuestra dureza de corazón y los tiempos en que vivimos, pero la matiza claramente y, por supuesto, no es el ideal cristiano: es “un medio no un fin”.
    A ver si esta vez, por fin, nos entendemos.

    Espectador, está claro que criar como propios niños abandonados se parece más a la Madre Teresa que a San Simeón Estilita.
    La vida de la Iglesia está llena de riqueza gracias a sus movimientos, institutos seculares, religiosos… Los carismas son la forma en la que el Cuerpo de Cristo se hace presente en la Historia. Y no es frecuente que te encuentres extraviados intentando lavar el cerebro a otros. Está claro que por nuestra maldad, no hay nada perfecto. Pero es que somos lo que somos y no hay que escandalizarse. Al pie de la Cruz solo estaba Juan, no hay que olvidarlo.

  60. Alejandra: » el Magisterio defiende la propiedad privada, debido a nuestra dureza de corazón y los tiempos en que vivimos, pero la matiza claramente y, por supuesto, no es el ideal cristiano»

    Aquí hablamos de un pueblo. Esto no es una entrada sobre espiritualidad personal, sino sobre asuntos políticos. En esta entrada hablo sobre la organización de la sociedad, que es precisamente de lo que trata la DSI. Y si un pueblo suprime el derecho a la propiedad privada, derecho que defiende la DSI, comprende que me toque las narices que algunos lo pongan -o lo pongáis- como modelo a seguir de organización POLÍTICA, y recalco lo de política, porque cuando se habla de «pueblo» no se habla de una asociación privada de fieles, sino de una comunidad de personas que no tienen, por necesidad ni obligación, las mismas creencias. Si eso no es un pueblo, que no lo llamen «pueblo», y mucho menos lo pongan de modelo cristiano de organización política, cuando implica renunciar a un derecho que la DSI defiende como necesario para la sociedad.

  61. Espectador

    Estoy de acuerdo con Elentir. La sociedad no puede organizarse como un convento, ni como un cuartel. La sociedad civil debe ser otra cosa.

    Respecto a que los primeros cristianos practicasen (a veces) un comunismo voluntario, no se puede olvidar que creían que los tiempos se habían culminado con la venida de Jesús y que el Fin del Mundo estaba próximo, y obviamente en esas condiciones no tenían sentido las propiedades materiales, más allá de las que permitieran llegar a ese momento. Creo que el propio San Pablo dijo en cierta ocasión, consolando a un niño que lloraba la muerte de su perro, que en poco tiempo todos se reunirían en el Paraíso (citado recientemente por el Papa Francisco). La frase sugiere que irían allí todos a la vez pronto, no conforme se fueran muriendo de uno en uno; esperaban el Fin del Mundo en su generación.

    La propiedad privada tiene más sentido si hay futuro.

  62. Alejandra

    Elentir, Nomadelfia no es un pueblo en el sentido político que tú dices. Pertenece a algún ayuntamiento o como se llamen allí. En su gestión interna funciona como asociación privada de fieles. Geográficamente está aislado, y por eso es lógico llamarlo pueblo. El problema lo ves tú, yo no. Y el Derecho Canónico tampoco.
    Elentir: “y mucho menos lo pongan de modelo cristiano de organización política, cuando implica renunciar a un derecho que la DSI defiende como necesario para la sociedad.” Ya he respondido a esto. Varias veces. Lo hago de nuevo: Sí que es un gran modelo cristiano porque imita la Escritura. La propiedad privada no es una obligación.
    Simplemente, me pareció una noticia interesante y que podía aportar algo. No entiendo los prejuicios suscitados. Quizá porque yo sí he estado, como ya comenté, en una comunidad que atendía a enfermos de SIDA, entre otros. Era impresionante estar en aquel lugar. También estaba apartado y se intentaba vivir como en las primeras comunidades cristianas. Había algún no-católico y se le permitía estar en la comunidad.

    Espectador, las personas de la sociedad civil son libres de organizarse inspirados en valores evangélicos, si así lo desean. Los primeros cristianos no eran comunistas. Vivían la fraternidad, la caridad y los mandatos evangélicos lo mejor que podían. Y como “nadie sabe el día ni la hora”, nos encontramos todos en la tensión escatológica.
    Para los cristianos es una responsabilidad personal confrontar su vida a la luz del Evangelio. Cada uno sabrá cómo ha de vivir su vida.

  63. Espectador

    Alejandra.

    Cuando llamo comunistas a los primeros cristianos no quiero decir obviamente que fueran Marxistas «avant la lettre», sino que ponían TODOS sus bienes en común (de ahí viene el nombre de comunistas, partidarios de la propiedad en común). De hecho, eran más «comunistas» aun que los Marxistas, que solo abogan por poner en común los medios de producción, no las propiedades personales.

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