Orlando Ortega, español de Cuba tras su plata en Río 2016: "me he dejado la piel por España"

Orlando nació en Artemisa, Cuba, en 1991. Huyó de esa macrocárcel comunista en 2013 y adquirió la nacionalidad española en septiembre de 2015. Ayer consiguió una medalla de plata en Río.

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Orlando quiso celebrar su triunfo con una bandera española

Este joven ha quedado subcampeón mundial en 110 metros vallas. Es la primera medalla olímpica que tiene el atletismo español desde los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. Ayer se mostraba muy emocionado y declaraba: "me he dejado la piel por España". Su triunfo lo ofrecía al pueblo español, con un vídeo que ha recorrido la red estas últimas horas, en el que se le ve casi incapaz de hablar, celebrando su triunfo, entre lágrimas, envuelto en la bandera española:

Confieso que este vídeo me ha emocionado. Sólo Orlando y sus más allegados sabrán bien el suplicio que habrá tenido que pasar al huir de su tierra natal, sometida a una dictadura desde hace más de medio siglo, y todos los sacrificios que ha tenido que hacer para alcanzar este éxito deportivo. Y a la hora de celebrarlo, reconoce que "me enseñaron un bandera de Cuba, pero me giré para otro lado buscando una bandera española". Dio la vuelta con ella al estadio.

Es un orgullo llamar compatriotas a hispanos como Orlando

Hace años que vengo diciendo que para mí un hispanoamericano no es un extranjero en España. Legalmente podrá tener otra nacionalidad, habrá nacido lejos del territorio actual de España, pero es hijo de esa comunidad histórica y cultural que llamamos Hispanidad, y nos une una misma lengua, una misma religión, un pasado común y, en muchos casos, incluso los mismos ancestros. Tenemos más en común con ellos que con muchos pueblos de Europa. Algunos han caído sirviendo a España en sus Fuerzas Armadas. Con su sangre y su sacrificio han honrado a España, la Patria a la que desprecian algunos que, habiendo nacido aquí, no saben hacer otra cosa que buscar imaginarias afrentas y ridículas excusas para despreciar y odiar a su propia Nación.

A Orlando y a todos los hispanos como él que se dejan la piel por España sin haber nacido aquí, quiero decirles que es un orgullo llamarles compatriotas. Lo mismo da si se están esforzando por conseguir para España éxitos deportivos, o si están sirviendo en nuestros ejércitos, o si simplemente buscan llevar una vida y un trabajo honrados, aportando su grano de arena al porvenir de España y al futuro de sus familias con otros trabajos, por modestos que sean. En ese triunfo de Orlando, en su emoción y en esa medalla estáis reflejados todos. ¡Gracias, hermanos!

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(Foto: José A. García / Marca)