Despreciado, incomprendido y calumniado en vida por defender la verdad

Diez años de la muerte de San Juan Pablo II: un duro camino de vilipendios hacia el cielo

Hoy hace diez años que Karol Wojtyla pronunció sus últimas palabras: "Pozwólcie mi iść do domu Ojca" (Déjenme ir a la casa de mi Padre). Ese día se nos fue al cielo. Desde entonces es el santo al que más acudo. Ahora se le recuerda por sus viajes, por su cercanía a los jóvenes y por su papel en la caída del comunismo. Pero hay otra dimensión de su vida que no se recuerda tanto.

San Juan Pablo II: diez claves de su pensamiento para un mundo mejor

El 5 de abril de 2005, cuando aún no se había enterrado el cuerpo del fallecido pontífice, Televisión Española emitía su programa "Las Cerezas", dirigido por la progre Julia Otero, para hablar sobre la figura de Juan Pablo II. Entre los invitados a la tertulia estaba nada menos que la entonces vicepresidenta del gobierno. María Teresa Fernández de la Vega aprovechó para calumniar al Papa recién fallecido, acusándole de "cerrar los ojos a lo que pasa en África" (un continente que la vicepresidenta ni siquiera había pisado en viaje alguno durante el ejercicio de su cargo) y criticándole por condenar "la investigación con células madre" (ni siquiera se molestó en precisar si se refería a las embrionarias, cuya investigación requiere liquidar vidas humanas y es rechazada por la Iglesia, o a las adultas, con las que hasta ahora se han conseguido muchos más éxitos sin coste alguno de vidas). En los días siguiente, y siguiendo la línea marcada por la vicepresidenta socialista, TVE lanzaba una campaña de difamaciones contra el Papa recién fallecido, incluso culpándole del SIDA en África, sosteniendo la pintoresca idea de que los africanos que no tienen reparos en mantener sexo fuera del matrimonio e incluso irse de prostitutas se vuelven, sin embargo, muy obedientes a las enseñanzas de la Iglesia en lo que respecta al condón.

Los ataques de Fernández de la Vega y TVE a Karol Wojtyla son sólo un ejemplo de los que tuvo que sufrir el Papa en vida. Michael Cook relató y contestó algunas en este artículo. Obviamente, Juan Pablo II era un Papa católico y ejercer como tal implicaba decir verdades incómodas para un mundo acostumbrado a las mentiras cómodas. Por poner un ejemplo, un mundo que ha confiado su comodidad a horrendas falsedades como negar el derecho a vivir de los niños y niñas por nacer, o incluso hasta negar su humanidad, es un mundo que se revuelve como un perro rabioso cuando le señalan la verdad sobre el inicio de la vida. Quienes estamos comprometidos con la defensa de ese derecho lo hemos visto muchas veces, y lo seguiremos viendo. Por eso también pasaron quienes tuvieron el valor de enfrentarse a una sociedad que había confiado su prosperidad a la esclavitud, una sociedad que llegó al extremo de calificar como "derecho" la posesión de esclavos.

En este sentido, me remito a las palabras de Stanislao Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II, sobre este Papa, recogidas en el libro "He vivido con un santo":

"Era un hombre valiente. Si consideraba que era su deber hacerlo, no tenía miedo de decir públicamente cuáles eran los límites entre lo lícito y lo que no lo es. Sin pensar en absoluto en la impopularidad que se granjearía y los ataques que tendría que sufrir."

Hoy algunos parecen haberse marcado como meta en la vida que hablen bien de uno, a costa de lo que sea. Es la sed de popularidad de la que ya hablé aquí. Y cuando llegan los momentos difíciles y se hace imposible obtener alabanzas, muchos -incluso en ambientes cristianos- prefieren callar o negar con la cabeza para evitar que les señalen. Es la eterna consigna de no meterse en líos como llave oxidada que guarda nuestra comodidad. Obvia decir que a todos nos pasa, incluso le ocurrió al primer Papa, San Pedro, cuando señalado por sus enemigos, llegó a negar tres veces a Cristo antes de que cantase el gallo, negaciones que golpean la conciencia de todos los cristianos cada vez que las leemos en la Biblia, porque en ellas vemos reflejadas las negaciones que nosotros hacemos todos los días en nuestra vida para no meternos en líos. San Pedro supo redimir aquellas negaciones con una vida entregada a Cristo y que culminó, como Él, en la crucifixión, una ejecución que tuvo lugar -en todo un signo de la providencia divina- en la misma colina del Vaticano en la que hoy se alza la Basílica que lleva su nombre. El ejemplo de San Pedro, cuyo martirio dio paso a la gloria, fue seguido por su sucesor, Juan Pablo II, con un martirio que se manifestó en una forma asombrosa de dar testimonio en su vejez y su enfermedad, pero también en la forma heroica en la que supo decir la verdad a un mundo reacio a admitirla, asumiendo el precio que eso conlleva: ser despreciado, incomprendido, vilipendiado y calumniado. Un ejemplo que debemos tener presente los cristianos de hoy en día, y especialmente quienes tuvimos la enorme suerte de ser testigos de su pontificado.

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Comentarios:

  1. Luisa Carrasco

    Que desde el Cielo interceda por todos nosotros, que falta nos hace.

    Buen Jueves Santo, y ánimo a todos hasta el día de la Resurrección (curiosamente este domingo coincide con el 5 de abril, festividad además de San Vicente Ferrer, y cumpleaños de un buen amigo común que esta siendo especialmente vilipendiado).

    Un abrazo.

  2. Alfonso

    En realidad, María Teresa Fernández de la Vega si tuvo durante su tiempo de vicepresident aen convertirse en «Lady Maputo» y en convertirse en la anfitriona de un poligamo africano. Respecto al SIDA acusaciones similares se hicieron a Reagan qui una refutación : Hating Reagan
    By: Daniel J. Flynn

    http://www.humanevents.com/2012/06/25/hating-reagan/

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