Ayer, 18 de mayo, hubo importantes convocatorias electorales en tres países de la Unión Europea: Polonia, Portugal y Rumanía.
Los resultados en esos tres países muestran un mapa político que se aleja del mapa tradicionalmente dibujado por los medios españoles, que se refieren a partidos centristas afiliados al Partido Popular Europeo (PPE) como "conservadores", mientras el PPE tiene una alianza en Bruselas con los socialistas y asume postulados ideológicos cada vez más parecidos a los de la izquierda.
No obstante, este mapa tampoco concuerda mucho con el esquema globalismo-antiglobalismo que proponen algunos, al menos en el caso polaco, algo que podría repetirse en unos meses en la República Checa, lo cual anima a preguntarse si ese esquema globalismo-antiglobalismo es tan realista como algunos afirman. Veamos los detalles.
En la República de Polonia se celebró ayer la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Los principales aspirantes eran:
Según los sondeos, Trzaskowski (PO) ha ganado con un 31,1%, seguido de Nawrocki (PiS), con el 29,1%. Ambos concurrirían a la segunda vuelta. Alguien podría ver en estas elecciones un fracaso del socialismo en Polonia, pues el candidato de izquierdas con más votos, Adrian Zandberg (Razem, de extrema izquierda) habría obtenido un 5,2%. Lamento tener que aguar esos análisis simplistas, pero la realidad es que en la Coalición Ciudadana encabezada por la PO hay partidos izquierdistas como Zieloni (Los Verdes) y la Asociación de Izquierda Democrática (SLD), formada, entre otros, por el Partido Socialista Polaco.
Nawrocki tiene muchas posibilidades de ganar en la segunda vuelta, pero eso dependerá de si los votantes de la Konfederacja apoyan al candidato de PiS o dejan que gobierne el candidato de la PO. Recordemos la adscripción europea de los dos principales partidos Konfederacja: Nueva Esperanza (está en el Grupo de la Europa de las Naciones Soberanas, liderado por Alternativa por Alemania) y Movimiento Nacional (que es parte de Patriotas por Europa, PfE, promovido por Viktor Orbán, entre otros). Esta rivalidad entre el ECR y PfE podría repetirse en octubre en la República Checa, donde el partido ODS del primer ministro Petr Fiala (ECR) es rival del partido ANO de Andrej Babiš (PfE).
La República Portuguesa celebró ayer sus elecciones parlamentarias. Los resultados oficiales dan como ganador a la coalición Aliança Democrática (AD), formada por dos socios del Partido Popular Europeo (PPE): el Partido Social Demócrata (PPD/PSD) y el Centro Democrático Social (CDS), ambos centristas. En las Islas Azores la coalición estaba formada, además, por el Partido Popular Monárquico (PPM), un partido demócrata-cristiano también en la órbita del PPE. La coalición AD supera el 32% de los votos, ganando con 89 escaños.
Los resultados de ayer son un desastre para el Partido Socialista (PS), claro ganador de las elecciones de 2022 con 78 escaños y que ayer se quedó en 58, su peor resultado desde 1985.
El disgusto de los socialistas portugueses es todavía mayor teniendo en cuenta que Chega, un partido nacional-conservador y socio portugués de Patriotas por Europa, se queda a menos de un punto del PS. De hecho, el partido de André Ventura llegó a superar a los socialistas durante buena parte del escrutinio. Chega pasa de 50 escaños a 58.
Estas elecciones dejan un mapa político complicado en Portugal. AD tendrá que plantearse con quién se alía para gobernar: el PS o Chega. La posiblidad de que el líder de AD, el actual primer ministro Luís Montenegro, se alíe con el partido de Ventura es muy improbable. En abril de 2023, Montenegro mostró su total rechazo a gobernar con la "extrema derecha", en una referencia velada a Chega, al que calificó como "racistas" y "xenófobos". De hecho, estas elecciones fueron convocadas tras una moción de censura de Chega contra Montenegro.
Ayer se celebró la segunda vuelta de las elecciones presidenciales rumanas. Según los resultados oficiales, Nicușor Dan, un candidato independiente, ganó con el 53,6%, mientras que George Simion, de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), obtuvo el 46,4%. Dan fue fundador del partido Unión Salvar Rumanía (USR), adscrito al grupo Renew Europe, que agrupa a partidos de centro-izquierda. AUR es el socio rumano del ECR.
Como ya pasó en Francia con Marine Le Pen, la victoria de Simion en la primera vuelta movilizó a los demás partidos para apoyar a Dan. A ello ha contribuido la identificación que hicieron muchos medios de Simion como candidato "prorruso". En realidad, Simion ha mantenido posiciones hostiles a Rusia desde hace años. En 2020 dijo que "Putin es un criminal, un dictador" y que "Rusia es una amenaza para Rumania", en línea con las posiciones que el ECR viene manteniendo al respecto. Sin embargo, su alineamiento con Trump le llevó a limar recientemente esa clara posición antirrusa: "Rusia no tiene el potencial de representar una amenaza significativa para la mayor alianza militar del mundo", dijo Simion hace unas semanas. Con todo, Simion es claramente partidario de la permanencia de Rumanía en la Unión Europea y en la OTAN, así que muchos adjetivos que le han puesto estos días en muchos medios son abiertamente falsos.
En estas elecciones Simion ha recibido el apoyo de PfE, que no tiene ningún partido rumano asociado a su grupo. Sin embargo, Viktor Orbán no ha querido mostrarle su apoyo, más allá de una referencia velada el 9 de mayo en la que el primer ministro húngaro ni siquiera citó expresamente a Simion, que ha buscado el apoyo de la importante minoría húngara de Rumanía, que representa al 6% de la población. El silencio de Orbán no es casual. El nacionalismo rumano y el nacionalismo húngaro son enemigos históricos, y esto ha vuelto a comprobarse en estas elecciones. En los dos distritos rumanos donde la etnia húngara es mayoritaria, Harghita (un 84,6% de húngaros) y Covasna (un 73,79% de húngaros), Nicușor Dan ha obtenido una victoria aplastante (90,78% y 84,42%, respectivamente).
Al final, como también ha demostrado Orbán en el caso de Ucrania, el esquema globalismo-antiglobalismo hace aguas en cuanto los intereses nacionales de un partido soberanista entran en conflicto con los intereses nacionales de otro. De hecho, ¿en cuál de esos dos polos sitúan algunos a los rivales polacos y checos del ECR y de PfE?
¿Lo ocurrido ayer en Polonia, Portugal y Rumanía puede tener algún efecto en España? La respuesta es sí. El mapa político que se ha dibujado en esos tres países europeos muestra una colisión creciente entre la derecha conservadora y patriótica (ECR y PfE) y los centristas del PPE, hasta tal punto que en Polonia, Portugal y Rumanía ya prevalece el entendimiento entre el centrismo y la izquierda a la necesidad de apartar del poder a los socialistas, cuyas tesis ideológicas, repito, ya han sido asumidas en gran medida por el PPE.
¿Significa eso que estamos ante un enfrentamiento entre "globalistas" y "antiglobalistas"? No. Lo que ese mapa deja en evidencia no es que los partidos centristas antepongan un supuesto globalismo a los intereses nacionales, sino que el centrismo se ha desplazado tanto hacia la izquierda que ya se confunde con ésta. No estamos necesariamente ante la desaparición de la clásica división entre derecha e izquierda, sino ante la confirmación de que el PPE ha dejado de ser un partido conservador o de derechas para convertirse en algo muy distinto y cada vez más alejado de los valores de muchos de sus votantes.
Vengo advirtiendo esto en el caso de España desde hace años, pues el Partido Popular español viene exhibiendo la misma deriva progresista que algunos de sus socios europeos. Hay todavía excepciones como Italia y la República Checa, donde los socios del PPE gobiernan en coalición con los socios del ECR (Meloni y Fiala), pero veremos por cuánto tiempo.
Para España, ese desplazamiento ideológico del PP puede acabar dificultando la expulsión de Sánchez del poder, en caso de que llegue a ser imposible un entendimiento entre el PP y Vox, que parece cada vez más difícil por ambas partes. Recordemos que hace menos de dos años, el presidente del PP ofreció un pacto a Sánchez para que gobernase el partido más votado, un ofrecimiento que pretendía hacer prescindible el apoyo de Vox al PP y repetir en España la coalición entre el PPE y los socialistas en Bruselas. ¿Acabaremos viendo algo así? El tiempo lo dirá.
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Comentarios:
JavierI
Qué desgracia el crecimiento de Mentzen en Polonia.
Lo digo con conocimiento de causa; gente que conozco yo que vive en la frontera ucraniana, votando en realidad contra el aluvión de refugiados ucranianos y contra los judíos.
Tiene narices que un falso «ilustrado» como Grzegorz Braun o su antiguo compañero Mikke-Korwin estén azuzando igualmente el odio a los judíos, popularizando entre la derecha la legalización de drogas blandas o azuzando la memoria de la masacre de Wołyń y poniendo a los ucranianos como seres diabólicos y totalmente corruptos.
Esto ha calado tanto en los «wokes» de derecha de los «chemtrails» como entre la juventud que no ha vivido el comunismo como sus padres.
La narrativa de las vacunas venenosas cuya culpabilidad es atribuida a las «demoníacas» farmacéuticas y no al verdadero autor de la Plandemia (el PCCh de los chinos rojos) está sirviéndole a Putin para demonizar a Occidente, la democracia y los partidos de derecha «sistémicos» como el PiS (que es el único que tiene claro qué es Rusia hoy).
Un panorama desalentador que se repite desgraciadamente en todo Occidente.
Pero ver que la izquierda de los valores marxistas consigue imponerse gracias a la división de la «prawica» (derecha) es desmoralizante.
El gran problema de Occidente: gracias al engaño de la Perestroika no sabemos que tenemos un enemigo sediento de sangre a las puertas.
14:41 | 19/05/25
isanchezgil
Vuelvo a la magnífica Ayn Rand:
«Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuencias de ignorar la realidad»
Llevamos un a buena temporada ignorando, o queriendo ignorar qué es el PP, sin querer darnos cuenta de los resultados que hemos obtenido con sus gobiernos, sobre todo, desde que Rajoy ganó las elecciones por amplísima mayoría, y qué hizo?, seguir mansamente lo que había iniciado Zapatero.
Mientras no se cambie la Ley electoral, que permite que los jefes de los partidos nombren a los candidatos al Parlamento, y mientras no exista un artículo en esa Ley que demande, con penas importantes, el incumplimiento de los programas de los partidos (o sea, lo que prometen antes de cada elección), no tendremos democracia.
20:07 | 19/05/25
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