Así complacen el PSOE y Podemos al monarca de Marruecos mientras atacan al Rey de España

La deriva que lleva el Gobierno socialista-comunista que encabeza Pedro Sánchez invita a pensar si se ha confundido a la hora de identificar quién es el Rey de España.

Lluvia de críticas a Podemos por recurrir a la marroquí Dina Bousselham para atacar al Rey
En España sí se votó la Monarquía: lo que no se sometió a las urnas fue la República

Atacan a la monarquía para distraer la atención de los problemas del Gobierno

Ahora mismo, el ejecutivo socialista-comunista tiene dos grandes frentes abiertos: por un lado su pésima gestión de la crisis sanitaria del coronavirus, que le ha generado una serie de acciones judiciales contra el Gobierno; y por otra el Caso Dina, que podría tener implicaciones para el vicepresidente Pablo Iglesias. El gabinete de Pedro Sánchez ya puso en marcha a mediados de marzo una operación para distraer la atención de su mala gestión, promoviendo desde Podemos e IU una cacerolada contra la monarquía que no fue desaprobada por Sánchez ni por el PSOE.

Ahora, con el Caso Dina, Podemos reaviva su campaña contra la monarquía para intentar levantar una polvareda que oculte los problemas judiciales de Pablo Iglesias, y una vez más Sánchez alimenta esos ataques al no desaprobarlos. Este viernes, el jefe de Podemos usaba una rueda de prensa en Moncloa para cuestionar a la monarquía, nuevamente sin ser desautorizado por el presidente del Gobierno. Ayer Podemos usó su cuenta oficial de Twitter para atacar a Felipe VI, utilizando para ello a la marroquí Dina Bousselham, la exasesora de Iglesias que precisamente es la protagonista del caso judicial que afecta al jefe del partido de extrema izquierda.

Piden lealtad a la oposición mientras actúan con deslealtad hacia el Rey

Nunca un Gobierno de España había mostrado tanta deslealtad al Jefe del Estado en todos los años que llevamos de democracia, y eso mientras el ejecutivo pide lealtad institucional a la oposición para silenciar sus críticas a su mala gestión de la crisis sanitaria. Una lealtad que brilla por su ausencia en las relaciones de Moncloa con la Casa Real. Ayer se supo, por ejemplo, que el Gobierno ha afeado al Rey su participación en la misa funeral por las víctimas del coronavirus, una misa a la que no acudieron ni Sánchez ni Iglesias y que TVE no emitió después de haber emitido el funeral por George Floyd. Lo que está pasando es cada vez más evidente: el Gobierno de PSOE-Podemos le ha declarado la guerra al Rey de España, como primer objetivo a batir para provocar un cambio de régimen que ponga fin a nuestro marco de convivencia constitucional, un objetivo que la ultraizquierda lleva persiguiendo muchos años.

La cesión del Gobierno ante Mohamed VI en el Sáhara

Curiosamente, al mismo tiempo que no escatima desplantes al Rey de España, el Gobierno socialista-comunista hacer esfuerzos ímprobos para complacer al sultán de Marruecos, Mohamed VI. Uno de los episodios más bochornosos de ese servilismo hacia el monarca marroquí se produjo unas semanas antes del estallido de la crisis del coronavirus y pasó desapercibido para los grandes medios: el 13 de febrero el Gobierno de Sánchez cerró la ventanilla burocrática de Exteriores en el Sáhara tras cuatro décadas de servicio, obligando a 12.000 nacionalizados españoles a viajar hasta Rabat para obtener un permiso de viaje o compulsar un documento. Esa ventanilla estaba disponible en la Casa de España en el Sáhara, situada en El Aaiún. El Gobierno de Sánchez se plegaba así a una petición de Marruecos, que se apropió ilegalmente del antiguo Sáhara Español en 1976.

La pasividad del Gobierno ante la apropiación por Marruecos de aguas canarias

Por otra parte, en enero Marruecos decidió ampliar sus aguas territoriales a costa de las aguas españolas en Canarias. Ante esa apropiación, Vox reclamó al Gobierno de Sánchez que frenase el desafío marroquí. Varias semanas más tarde, y sin haber mostrado ninguna reacción ante ese desafío, el Gobierno de Sánchez defendió sin más el "derecho" de Marruecos a hacer esa delimitación. "¿Por qué España no ejerce ese derecho?", preguntó la diputada canaria Ana Oramas. El Gobierno no contestó esa pregunta. A finales de marzo, el Gobierno se limitaba a señalar que "toma nota" de la delimitación hecha por Marruecos, demostrando una absoluta indiferencia por la defensa de los intereses de España ante el desafío de Marruecos.

El Gobierno prohíbe a los Reyes visitar Ceuta y Melilla para no molestar a Mohamed VI

La más reciente claudicación del Gobierno de Sánchez ante Marruecos ha sido aún peor que el episodio de El Aaiún. El 2 de julio, la Casa Real confirmó que los Reyes visitarán Ceuta y Melilla durante su gira por las autonomías para agradecer al pueblo español su comportamiento durante el confinamiento y reactivar el turismo. En 2007 Mohamed VI ya había protestado por una visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla, ya que el monarca marroquí reclama esas dos ciudades, que son parte de España desde mucho antes de que existiese Marruecos como país independiente.

Pues bien: pocos días después de ese anuncio de la Casa Real, el Gobierno de Sánchez canceló el viaje de los Reyes a las ciudades autónomas para no molestar a Mohamed VI; para colmo, la Casa Real se enteró de la cancelación por la prensa, en un nuevo desplante del ejecutivo al Rey de España. Con esa decisión, Sánchez se pliega a las presiones de Marruecos y otorga a Mohamed VI el derecho a vetar visitas de los Reyes de España a una parte de España. Es alto indignante.

Y ahora Podemos utiliza a una ciudadana marroquí para atacar al Rey de España

No es extraño ver que sólo unos días después de ese nuevo desplante del Gobierno a Felipe VI y de esa nueva cesión ante Mohamed VI, Podemos ataca al Rey de España utilizando a una ciudadana marroquí que estuvo vinculada a un partido monárquico de Marruecos. Así queda bien claro de quién recibe los dictados el Gobierno de Sánchez e Iglesias en su ataque contra una de las instituciones mejor valoradas por los españoles y contra el Rey, que según el Artículo 56 de la Constitución, "es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia".