¿Educará en valores democráticos un partido que condecoró a dos dictadores?

Celaá ataca la libertad de educación con una trampa que podría liquidar otras libertades

El gobierno socialista-comunista de España se ha metido en una senda cada vez más peligrosa, como demuestra hoy una entrevista concedida por la ministra de Educación, Isabel Celaá.

Lo que precedió al adoctrinamiento: cuando el PSOE despenalizó la corrupción de menores
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La ministra pone un mote a los discrepantes para arrebatarles un derecho humano

En la entrevista, publicada por el diario El Correo y recogida por Europa Press, Celaá ataca el pin parental que defiende Vox para garantizar la libertad de educación, y lo hace con este falaz argumento: "¿El hijo tiene que reproducir miméticamente el pensamiento de su familia? ¿Y si es una familia yihadista también?" La ministra socialista también añade: "el interés superior del menor hace que una familia homófoba, por ejemplo, no tenga el derecho a que los hijos también sigan siendo homófobos". Una argumentación tramposa, puesto que el PSOE viene llamando "homófobos", sin más, a todos los que cuestionan las tesis de la ideología de género, promovida desde la extrema izquierda y que defiende dogmáticamente afirmaciones que son abiertamente irracionales y anticientíficas, como que la biología no tiene ninguna influencia en las diferencias de gustos y preferencias entre ambos sexos, e incluso afirmaciones demagógicas como que los hombres son opresores y las mujeres oprimidas. Lo que hace Celaá es poner motes al discrepante para negarle derechos humanos elementales, algo propio de una totalitaria.

¿Confiarías la educación de tus hijos a un partido que legalizó la corrupción de menores?

En cuanto al ejemplo de la familia yihadista, ¿desde cuándo un caso excepcional justifica la negación de un derecho humano a todos? Si el Estado descubre que una familia yihadista, o varias, educan a sus hijos en la justificación del terrorismo, por ejemplo, lo que tiene que hacer es llevar a juicio a esas familias por apología del terrorismo, y no negar un derecho humano como la libertad de educación a todos los demás que educan a sus hijos de una forma legítima. Dicho sea de paso, mucho más alarmante que el hecho de que haya un caso de padres desaprensivos que se aprovechan de un derecho humano, es la posibilidad de que un gobierno de desaprensivos abuse de su autoridad para adoctrinar a los niños en ideas aberrantes. No hay que ir muy lejos para encontrar un ejemplo que ilustre esta posibilidad: ayer mostré aquí que el PSOE legalizó en 1995 la corrupción de menores, dejando impunes a delincuentes sexuales y dejando a los niños expuestos a diversos abusos durante varios años. ¿Y ahora ese mismo partido pretende que los padres le cedan la educación moral de sus hijos, usurpándoles un derecho humano?

¿Van a educar a tus hijos en valores democráticos quienes dieron medallas a dos dictadores?

De igual forma, ¿qué hacemos si el gobierno que diseña ese adoctrinamiento escolar está formado por dos partidos que en 2018 se negaron a condenar la persecución a disidentes políticos en una dictadura comunista? ¿Qué pasa si quiere decidir la formación moral de tus hijos un partido -el PSOE- que concedió medallas a dos dictadores comunistas responsables de violaciones de derechos humanos? ¿Qué pasa si el gobierno que quiere adoctrinar a tus hijos está formado por un partido de extrema izquierda -Podemos- que se ha negado varias veces a condenar la brutal represión contra los opositores en Venezuela? ¿Cabe esperar que un gobierno formado por esos partidos eduque a los niños en los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos? ¿O lo que cabe esperar es que se dediquen a imitar el sistema educativo antidemocrático de las dictaduras a las que otorgan medallas o cuyos crímenes se niegan a condenar?

¿Suprimirán también la libertad de expresión con la excusa de que podría aprovecharla algún yihadista?

El argumento usado por Celaá es especialmente peligroso, porque con esa trampa de la ministra, el gobierno socialista-comunista podría suprimir cualquier otra libertad, desde la de expresión a la de información, pasando por la libertad ideológica, la libertad de movimientos, el derecho de reunión, etc. Y es que si un caso excepcional justifica liquidar de un plumazo la libertad de educación, todas las demás libertades quedan automáticamente amenazadas. ¿Quién nos garantiza ahora que el día de mañana el gobierno no sacará una ley afirmando que el derecho de manifestación tiene que estar limitado a las ideas progresistas, no vaya a ser que un yihadista o un homófobo quieran también manifestarse? ¿Suprimirán también la libertad de expresión por si la aprovecha algún yihadista? A algunos estos ejemplos hipotéticos les parecerán exageraciones formuladas para llevar este debate al terreno del absurdo. ¿Y acaso no es absurdo y exagerado que el Estado pretenda expropiar los hijos a sus padres para adoctrinarles según los dictados ideológicos del partido del gobierno, violando los derechos humanos de las familias?

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Foto: La Moncloa.

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Comentarios:

  1. Luis Carlos

    Lo que me hace gracia es que la próxima vez que los musulmanes protesten y no por esto, es que muchos le van a reprochar que se hayan quedado callados hasta entonces.

    Una de las citas de «Juego de Tronos» es «si tienes que decir que eres el rey, entonces no lo eres». Estos nos hablan como si se creyeran que tienen autoridad, pero no la tienen. Las dudas sobre un posible pucherazo crecen con las denuncias de plataforma elecciones libres, y en sus primeras medidas se ponen en evidencia que tratan de controlar el poder judicial, de forma que no se investigue ciertas sospechas de delito, o que algunos puedan irse de rositas.

    Para algunos esto es una distracción para que no nos demos cuentas de sus planes para convertirnos en una dictadura bananera, pero les está estallando en la cara cuando ven que somos muy indómitos y muy tocanarices contra todo aquel que consideramos que no se merece nuestra lealtad. Si se agota nuestra paciencia, y al final por una razón u otra se tiene que convocar nuevas elecciones, se van a pegar el castañazo padre y no va a ser tan fácil evitar levantar sospechas.

    Cuando se vayan vamos a estar otra vez apretándonos el cinturón, y encima los principales medios de comunicación erre que erre de que vemos votar a la izquierda corrupta como el mal menor para que no vuelva Franco, pero que no importa si los islamistas son aún más estrictos.

    Se atreven a exigirnos que permitamos que ellos controlen a sus hijos, cuando se ha destapado lo del centro de menores tutelados, y Dios sabe si quizás no haya más casos en otras partes. ¿Así es como pensaban que los hijos de los inmigrantes paguen nuestras pensiones?

  2. Alvaro

    Pregunta la «ministra»: ¿El hijo tiene que reproducir miméticamente el pensamiento de su familia? ¿Y si es una familia yihadista también?

    Lo primero es señalar la forma torticera de formular la cuestión, como si los hijos «reprodujesen miméticamente» lo que se les enseña, sin criterio ni personalidad propios. Hay un derecho humano a educar en unos principios y valores, pero no hay una obligación del hijo a obedecer esos principios con que se les ha educado. La «ministra» busca negar el primero presentándolo falsamente como si fuese el segundo.

    Dicho lo cual, el derecho de los padres a educar a sus hijos según su criterio ideológico, religioso y moral es un derecho humano. Como tal, se fundamenta en la naturaleza humana de estos padres y sus hijos, y es un derecho universal y absoluto.

    Así pues, la respuesta es un rotundo SÍ: los padres yihadistas y sus hijos son todos ellos seres humanos a quienes asiste ese derecho humano, y por tanto tienen pleno derecho a educar a sus hijos en su yihadismo, como los comunistas lo tienen a educar a sus hijos en su comunismo, los cristianos en su cristianismo y los capitalistas en su capitalismo.

    Que la Justicia deba luego perseguir a los yihadistas cuando preparan o cometen crímenes, y que en este caso deba perseguir a padres e hijos no obsta para respetar ese derecho humano. Negarlo es una actitud totalitaria que retrata a quien lo defiende.

    Pero demos la vuelta a la pregunta: ¿El hijo del ciudadano tiene que reproducir miméticamente el pensamiento de su gobierno? ¿Y si es un gobierno yihadista también?

    La respuesta es un rotundo NO. Los gobiernos no tienen derecho a apropiarse de los hijos de nadie para adoctrinarlos, y por eso son solo los gobiernos totalitarios, sean yihadistas, comunistas o socialistas en cualquiera de sus muchos formatos los que buscan siempre violar los derechos humanos de quienes les padecen expropiándoles los hijos violando su patria potestad.

    Y es precisamente cuando hay un gobierno de ese tipo cuando más necesario se hace que los padres dispongan de herramientas con las que ejercer sus derechos humanos y así proteger a sus hijos de los abusos de ese Poder que pretende violarlos.

    Un saludo.

  3. No, nadie salvo los padres tiene el derecho y deber de educar a sus hijos. Que no jueguen con las palabras, aquí no se trata de «propiedad comercial». El hijo es biológica y socialmente, (la familia es el núcleo básico de la Sociedad y no al revés) del padre y de la madre. No de ningún gobierno o Estado. Y no, a su Santidad, por mucho Papa que sea, e intereses que tenga: los padres no sólo somos custodios de nuestros hijos. No confunda con lo de la «propiedad» referida intencionadamente como mercantil. Cuando hablamos de «nuestra» madre, «nuestro» padre y «NUESTROS» hijos. Por que alteran el lenguaje? Nadie dice de su hijo «Éste es Pablo, de mi propiedad». O mira ese Sr mayor, es de mi propiedad…

  4. Luna

    Luis Carlos: Desgraciadamente, sí ha habido más casos de abusos sexuales, pornografía, pederastia y prostitución en los centros de menores. Se llegó a destapar uno en que se les enviaba a Marruecos para grabar películas porno. Imagínate: No sólo les cambiaban de nación sino hasta de continente, saltándose todas las normas y leyes al respecto.

    Por cierto, que los investigadores del mismo (y posteriores instructores del caso) cayeron en un grave error cometido hasta el momento: Vigilar sólo que estos abusos no se dieran hacia las niñas, sin caer en que la homosexualidad y su mercado del porno convertía también a los niños en víctimas potenciales.

    Con respecto al planteamiento de Celaaà en la entrada: Quizá otra posibilidad a extinguir por necesidad fuera la de que saliera un hijo nacionalsocialista (nazi). Así que quizá sea mejor no reconocer el derecho de educación a los padres socialistas… ¡Vamos, hombre, si es que al reducirlo al absurdo quedas menos absurdo aún que en su planteamiento inicial!.

    Mire usted, Señora Ministro: Quien quiere la col, quiere las hojitas de alrededor. Yo estoy perfectamente de acuerdo como padre en que los hijos no han de reproducir miméticamente las ideas de sus padres. Y aún me alarmaría que eso se diera porque lo último que quiero es un autómata incapaz de vivir su tiempo; pero tiene Usted que aceptar que tampoco pueden reproducir miméticamente los postulados de un gobierno represor, que eso está igual de mal en un principio, y mucho peor cuando se conculcan tantos derechos con las simples miras de anular lo que en sí es natural e inherente a la persona. No existe un derecho a que el marxismo decida si nuestros hijos son homosexuales o no.

  5. Luis Recinos

    Sumándome a la interesante discusión. ¡Ojalá los hijos «imitaran miméticamente el pensamiento de su familia.»! Ese es el sueño de muchos padres. Mas he ahí que, para quienes hemos tenido que educar hijos, se nos hace evidente que eso está muy lejos de ser así. Justamente es al contrario, cuesta muchísimo trabajo y esfuerzo lograr que vayan incorporando y haciendo suyas las ideas y principios básicos de la familia. Comparto con Álvaro la afirmación de que cada uno de ellos es un idividuo con su personalidad propia, lo cual les permite justamente, llegado el momento, independizarse de la tutela parental y afirmar sus propios pensamientos. También comparto la idea de que los hijos no son de nuestra «propiedad», pero tampoco son propiedad del estado. Es más, no son propiedad de nadie. Et caeteras…En otro orden de ideas, sería interesante que un profesional en el área hiciera un estudio formal de la retahila de falacias que constituyen el pensamiento progre tal como lo demuestran las aseveraciones de la Sra. Celaá.

  6. Alvaro

    Después de lo que escribí anteayer, supongo que llega el momento de matizar un poco lo dicho, más que nada porque los más expertos en una materia son capaces de explicar las cosas con mayor claridad y precisión que quienes no lo somos.

    En este sentido, me remito al excelente video explicativo publicado por D. Juan Ramón Rallo, que encontré ayer:

    https://m.youtube.com/watch?v=Ly9I2iUzNXc

    No se trata de que comparta al 100% todo lo que dice, sobre todo lo que son apreciaciones personales suyas, pero sí me atengo a las descripciones, definiciones y consideraciones que hace en su video, en el que disecciona magistralmente la cuestión.

    En resumen:

    El niño tiene un derecho a la educación y ese derecho lo tiene ante sus padres o tutores, que son quienes tienen la obligación de satisfacer lo mejor posible ese derecho poniendo para ello los medios que puedan o estimen. Los niños no pueden, por razón de su inmadurez, ejercer libremente ese derecho, y para eso están los tutores, que normalmente son sus padres.

    Es ahí donde esos padres tienen el derecho de escoger la forma más conveniente de educar a sus hijos, como tutores que son, en virtud de su patria potestad, y ese derecho de los padres lo tienen ante el Estado, que correspondientemente tiene la obligación de garantizar el libre ejercicio de ese derecho para, indirectamente, garantizar también el derecho del niño a la educación.

    Pero el Estado no es tutor del niño, con lo que no le asiste ningún derecho a decidir que educación moral, religiosa o ideológicas debe recibir el niño. Únicamente tiene la obligación de garantizar el libre ejercicio de ambos derechos, de padres e hijos.

    Evidentemente, puede haber casos concretos, individuales, en que se produzca la violación de alguno de estos derechos, tanto por una abdicación de la obligación como por un abuso del derecho. Para estos casos debe ser la Justicia quien tutele el cumplimiento de esas obligaciones y el ejercicio de estos derechos, para así proteger a los niños cuyos padres abandonen o maltraten, casos en los que el estado debe asumir la patria potestad que sus tutores no ejercen.

    En todo caso, el margen discrecional de los padres a la hora de elegir cómo satisfacer los derechos que sus hijos tienen ante ellos debe ser siempre lo más laxo posible, sin presiones ni intromisiones por parte del Poder.

    Evidentemente, ante la duda de si en un caso concreto se debería respetar o retirar la patria potestad a unos padres sobre sus hijos, siempre se debe empezar por la presunción de inocencia: como principio, respetarla, y solo si se demuestra el perjuicio grave para el hijo en ese caso concreto, asumirla de la forma menos intrusiva posible y, eso sí, siempre con una sentencia judicial de un tribunal justo aplicando una ley justa, no arrebatando a todos los padres la patria potestad de todos sus hijos mediante una ley general inicua.

    Espero que con este video que enlazo queden más claras las cosas, y que pueda ayudar a otros a perfilar la cuestión en sus justos términos, como de hecho me ha ayudado a mí.

    Un saludo.

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