El partido de extrema izquierda critica en Madrid lo que impone en otros sitios

Gobiernos de Podemos han confinado barrios y ciudades: ¿eso también es «segregación»?

Si algo viene caracterizando a la extrema izquierda a la hora de hacer política es el más desvergonzado gusto por la demagogia. Podemos es un claro ejemplo de ello.

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La Comunidad de Madrid restringe la movilidad en varios barrios y municipios

Este viernes, el Gobierno de la Comunidad de Madrid (CAM) ha anunciado la restricción de la movilidad en 26 zonas de la ciudad de Madrid y 11 municipios de la provincia, debido a la alta incidencia de casos de coronavirus en esas zonas. Según el anuncio de la CAM, "se restringen los desplazamientos y actividades no imprescindibles en estas 37 zonas". Este anuncio ha sido utilizado por Podemos para intentar sacar tajada política de esta crisis sanitaria, alentando protestas contra las medidas de contención de la pandemia establecidas por el Gobierno regional.

Podemos tacha la medida de «segregación» y «apartheid»

Este domingo, Podemos ha tachado esas medidas de "segregación". El coordinador de Podemos en Madrid, Jesús Santos Gimeno, ha ido un paso más allá y ha tachado esas medidas de "apartheid". Por lo que parece, el partido de extrema izquierda ha olvidado que Podemos forma parte del Gobierno que nos confinó a todos los españoles en marzo y durante varios meses, imponiendo multas a todos los españoles que se saltaban las estrictas normas impuestas para ese confinamiento, que ha tenido graves repercusiones en nuestra economía. Cabría preguntarse si lo que pretende Podemos es volver a confinar a todos los españoles para contener los brotes en zonas muy localizadas, perjudicando así a todos por igual con la medida más drástica posible como hizo su Gobierno esta primavera, después de haber retrasado toda medida de contención frente a la pandemia hasta que fue demasiado tarde.

Los municipios y barrios confinados por Gobiernos de Podemos

Hay que decir, además, que Podemos forma parte de varios gobiernos regionales que han impuesto confinamientos localizados como los de Madrid. Por poner sólo algunos ejemplos:

En ninguno de esos sitios se ha escuchado a Podemos hablando de "segregación" o de "apartheid", ni promoviendo una demagógica lucha de clases al más puro estilo comunista para intentar sacar tajada política del descontento por esas medidas sanitarias. ¿El motivo es que Podemos forma parte de esos Gobiernos regionales, y por eso allí le parece bien lo que en Madrid le parece fatal?

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Foto: Podemos.

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Comentarios:

  1. Manuel

    Si en un cesto de fruta hay dos piezas en mal estado. ¿Se tira todo el cesto?
    Los vecinos de los barrios protestan porque sufren las consecuencias de la pobreza, hacinamiento en vivienda y transporte público, escasa atención sanitaria….
    Todo esto se corrige administrando mejor pero también trabajando más para generar más riqueza.

  2. José

    Brillante análisis.
    Gracias

  3. Manuel, la pregunta que haces habría que planteársela a Podemos y a sus colegas del PSOE, que confinaron durante meses a todos los españoles, incluso a zonas rurales con apenas población y casi ningún enfermo de coronavirus…

    Por otra parte, esas protestas no son vecinales: las monta Podemos. Basta con ver la asistencia ridícula que tuvo su protesta en la Puerta del Sol.

  4. Alberto

    Para la izquierda cualquier ocasión es provechosa para desgastar al adversario político o al gobierno de turno, esta vez el de la Comunidad de Madrid. Y no tienen ningún escrúpulo en mentir y alentar a sus masas a la revuelta social. Todo es conflicto para la izquierda: el obrero contra el patrono, el ateo contra el creyente, el hombre contra la mujer, los hijos contra el padre … y en ese conflicto continuo en el que vive la izquierda no podía faltar el de los madrileños del sur contra los del norte. Siempre dispuesta a prender la mecha que incendie la convivencia. Siempre dispuesta a mentir y manipular para conseguir sus objetivos revolucionarios. Como dijera su querido Lenin: «contra las almas la mentira, contra los cuerpos la violencia»

  5. Luna

    La campaña que se está haciendo contra Madrid (porque lo es) tiene un claro objetivo de «derribar un feudo del PP», para nada el de terminar con la pandemia o mejorar la situación de la ciudadanía. La política española es así de absurda, ya que el Pp es el esclavo que ríe todas las gracias al PSOE y perpetúa sus leyes cuando gobierna, pero parece que este mecanismo se engrasa a base de humillaciones para que funcione mejor. Se mire como se mire, no tiene sentido alguno está crítica en el ámbito de la «co-gobernanza» en donde se habría de suponer que la responsabilidad es tan compartida como la gestión debiera serlo.

    Pero ¿Tan mal está Madrid?¿son unos apestados indecentes? No, en absoluto. Está casi igual que Barcelona, pese a que su población y extensión es muchísimo mayor. Y eso quiere decir al menos dos cosas: La gestión es peor en Cataluña y/o la incidencia de los contagios tiene su vida propia y esto ha de ser tenido en cuenta.

    ¿Por qué se dan las cifras de Madrid, por qué se dan otras? Lo primero que hay que ver es la veracidad de los informes y las causas que llevan a sus resultados. No me creo que los partidos que están escondiendo más de veinte mil muertos den las cifras reales, quizá se las están cargando quienes dicen la verdad. El número de contagiados es muy elevado en la capital porque se están haciendo muchas pruebas PCR, muchísimas más que en el resto de la nación. (Y esto nos informa de que hay muchísimos casos que ignoramos, incluso pueden ser focos de contagio descomunales que no podemos advertir por falta de esas pruebas.)

    Está claro que los desplazamientos tienen mucha incidencia sobre los contagios, incluso puede decirse que la enfermedad «entra» en una población y luego pasa de una persona a otra. Los aeropuertos, puertos de mar y vías terrestres fronterizas son necesariamente los lugares por donde nos entró el Covid, no pudo hacerlo de otra forma porque venía del extranjero. Los desplazamientos más largos se hacen mayoritariamente en avión (internacionales) y ahí tenemos el aeropuerto de Barajas, con su simbólico protocolo de «tomar la temperatura» -cuando ni es siempre síntoma de Covid, ni ha de presentar este cuando se dé- «preguntar al viajero cómo está» (Bien gracias, ¿y usted? si esto es Medicina, yo soy cirujano) y chorradas parecidas. Que si vienes en barco no se mira «tanto», y si lo haces por autopista, ni se piensa en mirarlo.

    De pronto ocurre que esta ciudad se ha convertido en una urbe segregacionista, en donde los «ricos» viven en el centro faraónico y los «proletarios» en las poblaciones aledañas. Este es el análisis marxista del fenómeno de la conurbación, que se da en las grandes ciudades desde hace siglos y está marcado por una precio de la vivienda que depende más de sus propietarios y el número de veces que haya tenido compraventa que de cualquier otra circunstancia. Se ha visto que con las medidas de cierto confinamiento se puede evitar la extensión de la pandemia a toda España, ¿eso es un abuso a los trabajadores?, ¿Se han vuelto más trabajadores que ayer? Lo digo porque hasta hace muy poco nadie se acordaba de ellos. Le importó un pimiento a Carmena que salieran perdiendo por no poder entrar con sus vehículos en el centro de la ciudad, por ejemplo.

    Hay medidas que no tienen una base demasiado explicable, como las de cerrar los bares a las diez de la noche (el virus no tiene horarios), pero también sufrimos todos esos absurdos y otros mayores, no pudiendo acompañar los dos padres a nuestros hijos por la calle cuando vivíamos con ellos en casa, restricciones horarias como la mencionada en toda España, poder pasear un perro pero no a un hijo estresado… Como las gilipolleces las decía el Gobierno, estaban bien, ahora las dice Ayuso y están todas mal, aunque muchas tengan una lógica comprensible.

    Quienes pasaron de decir que esto no es nada y que no va a pasar nada a encerrarnos en casa, los que decían que la mascarilla es contraproducente y ahora te multan por no llevarla, favorecieron el contagio por su falta de medidas o la ineficacia de las que tomaron luego, son los que promueven la condena al intento de evitar que la cosa empeore. No tienen ninguna justificación, cada palabra que digan en contra de esto les condena más y más.

    Y por supuesto, sigue habiendo los intocables. Nada se ha dicho sobre la prostitución o el llamado «cruissing», tan frecuente entre homosexuales. (El sexo esporádico con desconocidos que se va alternando, fuente evidente de contagios que sigue y sigue porque no es «lila» decir nada sobre esto.) Resulta que prohíben socialistas como García Page el culto religioso y ahora hay quejas porque se aplique la prohibición de los botellones, que ya existía.

    Madrid estuvo fatal en tiempos del «mando único» y fue la primera en improvisar un hospital de emergencia que dejó al mundo entero boquiabierto, IFEMA. Resultó que en donde los chinos estuvieron trabajando con cientos de excavadoras para construir un gran edificio, los españoles rehabilitábamos uno ya existente en tiempo récord, economía record y de forma reversible, lo que gracias a Dios ha copiado el mundo entero porque es una solución eficaz. Eso no lo hizo el PSOE, fue obra del gobierno autónomo.

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