Un repaso a una bochornosa rueda de prensa de la nueva ministra de Igualdad

Unas declaraciones de Irene Montero que dan otro motivo más para reclamar el pin parental

La ofensiva del Gobierno socialista-comunista de Sánchez contra los derechos constitucionales tuvo ayer un bache considerable con la intervención de la ministra de Igualdad, Irene Montero.

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Dice que promueve "los derechos humanos" mientras ataca uno de ellos

En la rueda de prensa celebrada tras el Consejo de Ministros, Montero hizo una polémica afirmación con la que quedó en evidencia. Copio textualmente lo que ha publicado la web de La Moncloa: "La ministra ha defendido que los hijos de progenitores homófobos o machistas tienen el mismo derecho que otros niños a ser educados en el respeto y la promoción de los derechos humanos, en el feminismo, en la igualdad y en los valores que nos permiten tener una vida digna". Una declaración contradictoria, insultante y a la vez reveladora. En primer lugar, Montero descalifica a priori a los padres que quieren ejercer un derecho constitucional amparado por el Artículo 27.3 de nuestra Carta Magna ("Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones"), y a la vez tiene el cinismo de decir que quiere promover "los derechos humanos", cuando está atacando uno de ellos, el amparado por el Artículo 26.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos".

Lo que quiere decir Montero cuando habla de 'feminismo'

Por otra parte, la propia Montero dice que quiere promover "el feminismo", pero no habla de una mera defensa de la igualdad. Recordemos que no hay un único feminismo: hay un feminismo de equidad y un feminismo de género, como señaló en 1994 Christina Hoff Sommers, Doctora en Filosofía. El primero, también conocido como feminismo de primera ola, buscaba la igualdad ante la ley para las mujeres. Ese feminismo ya cumplió sus objetivos en Occidente, por lo que lleva mucho tiempo desmovilizado. Donde aún está en estado germinal es, por ejemplo, en los países islámicos. El pasado verano vimos como tres mujeres iraníes fueron condenadas a 55 años de prisión por rechazar el velo islámico. Irene Montero y Podemos callaron como tumbas ante esa noticia, ¿tal vez a causa de los vínculos entre Pablo Iglesias con el régimen iraní?

En 2018 ensalzó a una de las ideólogas comunistas del feminismo de género

A su vez, el feminismo de género o feminismo progre surgió de la extrema izquierda y no busca la igualdad, sino hacernos creer que el mundo se divide entre hombres opresores y mujeres oprimidas, basándose en la tesis de la lucha de clases formulada por el marxismo. De hecho, este feminismo de género tuvo entre sus ideólogas a comunistas como Simone de Beauvoir y Shulamith Firestone. Las dos vincularon su idea de la liberación de la mujer con la promoción del aborto. La comunista francesa incluso firmó dos manifiestos a favor de la legalización de las relaciones pedófilas. Para que nos hagamos una idea de la idea de feminismo que defiende la ministra de Igualdad, hace dos años Montero citó a Beauvoir como un "ejemplo" para "la revolución de las mujeres".

Una ministra de igualdad que no cree en la igualdad

Así pues, cuando el PSOE y Podemos hablan de feminismo se refieren al feminismo de género, y no a la igualdad. Prueba de ello fue la discriminatoria Ley de Violencia de Género aprobada por el PSOE en 2004, una norma que establece penas desiguales en función del sexo de la persona que comete una agresión y cuyo preámbulo define la violencia de género como "una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres", entroncando con la citada tesis marxista del feminismo de género. En el caso de Podemos, Montero ha dado otra prueba más de que no cree en la igualdad: excluir a los hombres de todos los altos cargos de su ministerio. Si Montero creyese en el propio concepto que define a su cartera ministerial, habría seleccionado esos altos cargos en función de sus méritos, no excluyendo a nadie por su entrepierna. Con ese gesto nos está dejando claro que su idea del feminismo no tiene nada que ver con la igualdad.

El feminismo de Montero: un disfraz para la demagogia de ultraizquierda

Pero por si a alguien le queda alguna duda, sólo tiene que recurrir a las hemerotecas. El año pasado Montero explicó así su idea del feminismo: "el movimiento feminista está diciendo una cosa que no es sencilla de asumir para la mayoría de los partidos políticos que tienen representación parlamentaria, y es que el sistema económico actual es absolutamente incompatible con la vida". Al margen de la tremenda hipocresía de que haga esta declaración una señora que a sus 31 años vive en un chalet de lujo y cobra un gran sueldazo, lo que formuló con esas palabras Montero no es igualdad, sino demagogia anticapitalista. Montero aún se declaraba "comunista" en 2017, así que su feminismo no es más que un disfraz para ocultar algo que nada tiene que ver con la defensa de los derechos de las mujeres. Otro motivo más para reclamar el pin parental e impedir que personas como esa ministra de extrema izquierda adoctrinen ideológicamente a los niños.

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Foto: La Moncloa.

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Comentarios:

  1. bilbaino

    Y esto es solo el comienzo…

    «La ministra ha defendido que los hijos de progenitores homófobos o machistas tienen el mismo derecho que otros niños a ser educados en el respeto y la promoción de los derechos humanos, en el feminismo, en la igualdad y en los valores que nos permiten tener una vida digna»

    Para ellos todo es fascista, homólogo, machista,… palabras policía,…

    Demos la vuelta:

    «Los hijos de progenitores progres tienen el mismo derecho que otros niños a ser educados en el respeto y la promoción de los derechos humanos, en la libertad, en la igualdad, al espíritu de esfuerzo, y a no ser adoctrinados en nacionalismo o en mundos de piruleta»

  2. bilbaino

    Empieza el circo, ¿No es irónico?:

    «La elegida para encabezar la Dirección de Igualdad de Trato y Diversidad étnico-racial renuncia para evitar el malestar de colectivos antirracistas»

    Van a crear chiringuitos como nunca.

  3. Sharovarov

    los artículos de la Constitución y de los DDHH, al fin y al cabo, tanto políticos como jueces, los pueden interpretar como les dé la gana, con lo cual no tenemos ningún dique verdaderamente firme que nos sirva para podernos proteger de los atropellos de estos totalitarios. Si desde el punto de vista progre, resulta que la Constitución hay que «interpretarla de acuerdo a la evolución de la sociedad», supongo que con más razón habrá que hacer lo mismo con la Declaración de los DDHH, que es todavía más antigua, ¿no?

  4. Luis Recinos

    Afirmación orwelliana: hay algunos que son más iguales que otros. Y como la izquierda es experta en transformar el significado del lenguaje, pues es claro que para ellos igualdad significa desigualdad y discriminación. Para el fisiólogo Iván Pávlov, operar en contrarios reflejaba la predominancia de la «fase ultraparodajal de los procesos corticales», lo cual definía la conducta patológica.

  5. Drociano

    No podemos dar cuerda a la ignorancia, el fanatismo, la confusión, la contradicción, etc. que representan.

  6. Sharovarov

    ¿Y no habría que llamarla «Irena Montera»? «Irena» ya existe: Irena Szewinska, por ejemplo.

  7. bilbaino

    ¿Y no habría que llamarla «Irena Montera»?

    Respete los títulos nobiliarios: Marquesa de Galapagar.

    Tu, como plebe, debes dirigirte a ella como Su Excelencia.

  8. Luna

    Si leéis el periódico «El mundo» de hoy, 20 de enero, veréis que se ha liado una tangana descomunal con esto del feminismo entre socialistas y comunistas, dado que unas admiten a eso que llaman «queer» (lo que viene a ser transexuales y aledaños) como eje vertebral de todo este cotarro, mientras que en el fondo (y parece un chiste macabro) ni siquiera se llega a aceptar en el LBGTTTI+QA-HL
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    2 que los/las transexuales sean mujeres (Y no es absurdo, ya que suponen la existencia de casos inversos también, que dicen «haber nacido mujeres pero ser hombres»). El feminismo se lleva ahora más bofetadas de sí mismo que las que haya recibido de otros, por causa de sus incoherencias de base.

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