Noche fría de invierno en las Rías Bajas

Yo suelo decir que soy un poco misántropo: no me gustan las multitudes ni los lugares muy concurridos, prefiero los lugares solitarios y tranquilos. Me gusta la calma. Tal vez por eso prefiero la montaña a las playas. No obstante, es agradable ver algunas playas gallegas en las noches de verano. La playa de Panjón (Nigrán, Pontevedra) es muy familiar. Hay casas con la puerta abierta a pie de playa, y en verano suele haber niños jugando en la arena y en el paseo hasta la noche. Al acabar el verano la playa se va vaciando de gente. Los turistas vuelven a sus lugares de origen, y en las frías noches de invierno sólo pasean por allí los gatos que acampan en los contenedores de basuras que hay frente al Club Náutico. Esta serie de fotos la hice hace poco en una fría noche en esa playa. Curiosamente, esa noche había una persona caminando por la arena, casi a la orilla del mar, como si fuese el vestigio fantasmal de las animadas figuras que pululan por la playa en el verano.

Crepúsculo en Panjón
Cuatro retratos de un gato costero

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