El País se jacta ahora del respaldo de 'la ultraderechista Marine Le Pen' al aborto

"Es significativo y debería preocupar al presidente Rajoy que el apoyo más entusiasta proceda de Marine Le Pen." Esto es lo que dijo El País en su editorial del 1 de enero sobre la nueva ley del aborto. El diario de PRISA parecía olvidar que en 2010 Le Pen declaró que no quería derogar la ley Veil que legalizó el aborto en Francia. El pasado miércoles la presidenta del Frente Nacional francés volvía a insistir en su posición rechazando que se limite el aborto en su país.

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A El País deja de parecerle 'significativa' la opinión de Le Pen sobre el aborto

Parece que por fin se han enterado en PRISA de que cuentan con el apoyo de la líder nacionalista francesa, porque desdiciéndose de forma torpe de su editorial del 1 de enero, hoy El País afirma esto en su editorial a propósito del anteproyecto de ley del aborto presentado por Gallardón: "A las críticas en la Eurocámara, promovidas por los socialistas, se ha unido esta semana la voz de la ultraderechista francesa Marine Le Pen, que, en contra de las señales emitidas en un principio, tampoco está de acuerdo con esta reforma".

Estamos ante toda una paradoja: en su intento de identificar la defensa de la vida con la ultraderecha, El País consideró "significativo" el supuesto apoyo de Le Pen a esa reforma -digo supuesto porque el diario ni siquiera dio noticia de ello-, pero ahora que Le Pen reitera sus opiniones abortistas, el diario progre no le hace ascos a apelar a ella y ahora el apoyo de la ultraderechista francesa a la causa abortista ya no le parece "significativo" a El País. Y el editorialista de ese periódico se habrá quedado tan ancho.

El País con la ultraderechista Le Pen, los provida con el izquierdista Correa

Si quisiésemos contestar la burda manipulación que hace el diario socialista en relación al aborto con su misma moneda, ahora podríamos decir que es significativo que El País coincida con la ultraderechista Le Pen y no con izquierdistas que rechazan el aborto, como el expresidente de Uruguay Tabaré Vázquez, el presidente de Ecuador Rafael Correa, los sandinistas de Nicaragua, el exalcalde socialista de La Coruña Francisco Vázquez, la exsenadora socialista Mercedes Aroz o los izquierdistas anticapitalistas del Sain. Todos ellos no se han querido tragar que haya que apoyar una matanza de inocentes para ser de izquierdas. Otros prefieren que los gurús abortistas les digan lo que tienen que pensar para poder ponerse la etiqueta de izquierdistas.

Lo verdaderamente significativo sobre el aborto y la política

De hecho, lo significativo en relación con el aborto no es que gente de izquierdas lo rechace o gente de ultraderecha lo apoye, ni lo contrario. Lo significativo es que ese cáncer moral se haya extendido a distintos sectores de nuestra sociedad, incluyendo a algunos que se dicen opuestos a las tesis progres, pero que se apuntan a las tesis abortistas prescindiendo de cualquier consideración sobre la vida de los niños por nacer, o negando sin más los derechos asociados a su dignidad humana. Eso significa que personas que se dicen racionales y civilizadas son capaces de asumir las más irracionales infamias totalitarias, llegando incluso al extremo de negar la humanidad de ciertos seres humanos para pedir que sea legal matarlos y descuartizarlos, sobre todo si son discapacitados. Por la vía del relativismo moral han acabado asumiendo la peligrosa tesis de que los derechos humanos pueden ser suspendidos si eso le parece conveniente a una mayoría, o ni siquiera eso, pues el gobierno actual cuenta con una cómoda mayoría absoluta tras prometer "reforzar la protección del derecho a la vida", y a pesar de ello El País no tiene reparos en pedirle a Rajoy que traicione su compromiso electoral, pasándose la democracia por la entrepierna con el fin de impedir que se avance ni un ápice en el amparo de un derecho humano que nunca debió ser desamparado. Si alguien se pregunta cómo pudo haber democracias que degeneraron en dictaduras, la basta con contemplar el camino a la tiranía que han iniciado algunos convirtiendo en "derecho" la muerte cruel y violenta de seres humanos inocentes, una agresión a los derechos humanos que, muy significativamente, está yendo pareja a las agresiones a otros, como la libertad de expresión, la libertad de educación y la libertad religiosa. Eso es lo que pasa cuando se arrancan, en nombre del relativismo, las raíces morales de la democracia.