– Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces.
Y poco después agregaste:
– ¿Sabes?… Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol…
– ¿Estabas, pues, verdaderamente triste el día de las cuarenta y tres veces?
El principito no respondió.
(“El Principito”, Antoine de Saint-Exupéry. Capítulo VI)
Puesta de sol fotografiada desde el Castillo de Monterreal, en Bayona (Galicia, España).
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