Podemos quiere imponernos su ideología incluso en las cabalgatas de Reyes Magos

No les llegó con la introducción de "reinas magas" en dos distritos, que causó indignación entre los vecinos y hasta el rechazo del diario izquierdista El País, obligando a recular al ayuntamiento.

Se pillan los dedos con su excusa para vetar a un colegio católico

La última "carmenada" -como ya se conocen las ocurrencias de la actual alcaldesa de ultraizquierda en Madrid- es vetar a un colegio católico en una cabalgata de Reyes en el distrito de Carabanchel. La nueva cacicada deja fuera de la cabalgata a 800 niños. Para justificarla, el consistorio podemita ha alegado que en ese colegio hay "clases segregadas" de niños y niñas, algo que choca con la decisión del ejecutivo de ultraizquierda de vetar a las "entidades que fomenten la discriminación por género, edad, sexo o cualquier otro criterio". Una excusa muy pobre y con la que se pillan los dedos.

Si no admiten que se discrimine por edad, ¿cómo es que admiten colegios?

Para empezar, y si nos ponemos puntillosos, todo colegio implica discriminaciones por razón de edad, ya que separa a los alumnos por cursos en función de su año de nacimiento, y no permite que los adultos se escolaricen junto a alumnos de siete años, por ejemplo. Es una discriminación de edad similar a la que establecen las leyes al impedir votar a los menores de 18 años. Obvia decir que este tipo de discriminación se da también en el Ayuntamiento de Madrid, como en cualquier otra localidad española. ¿Se vetará entonces en la cabalgata a los demás colegios y a toda autoridad por discriminar a la gente por su edad? Porque de momento, la noticia es que a otros colegios sí que se les permite participar. ¿Serán colegios abiertos a gente de todas las edades, y que permiten a los niños matricularse en el curso que les dé la gana, con independencia de su edad?

Ahora Madrid se salta una convención de la UNESCO sobre discriminación

Por otra parte, y como ya señalé aquí, la UNESCO no considera discriminatoria la educación diferenciada, ni la creación de centros dirigidos a la escolarización de alumnos en una determinada lengua o con ciertos valores religiosos. Lo que Ahora Madrid llama "discriminación" es el derecho de los padres a decidir el tipo de educación que desean para sus hijos. Habría "discriminación" o "segregación" si las autoridades, como ocurría en Sudáfrica, obligasen a los padres a escolarizar a sus hijos en centros separados de otros niños en función de su raza. Pero no es el caso. En este caso los padres se limitan a ejercer su libertad dentro de los parámetros establecidos por la UNESCO en una convención suscrita por España. Una convención que tiene por objeto garantizar la libertad de elección de las familias en el marco educativo, una libertad que la izquierda nunca ha respetado, porque prefiere que sean los políticos -sus políticos- quienes decidan por las familias.

La Constitución prohíbe al Estado discriminar por opinión o religión

Si nos ponemos muy puñeteros en materia de no discriminación, habría que recordar que el Artículo 14 de la Constitución impide que el Estado nos discrimine por nuestra religión u opinión. Si una familia ha decidido que considera mejor para sus hijos la educación diferenciada y la oferta educativa que ofrece un colegio religioso, esa familia está en su derecho, y ninguna autoridad puede tomar represalias contra ella por ejercer ese derecho. Y es que de eso, de represalias, es de lo que estamos hablando. A Ahora Madrid, como a Podemos, no le gusta ni la enseñanza concertada, ni los colegios católicos ni la educación diferenciada. Carmena es la representante en la capital de una opción política que apuesta por la imposición en materia educativa. Una imposición en la que, insisto, los políticos son los que deciden por las familias, saltándose sus derechos constitucionales -léanse el Artículo 27 de nuestra Carta Magna-, y saltándose también lo establecido en el Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos." Los padres, no los políticos.

Una imposición antidemocrática que tiene a los niños como víctimas

Lamentablemente, la violación de estos derechos se ha convertido en algo habitual en una sociedad en la que a los políticos se les conceden unos poderes excesivos. Ese atropello constante ocurre por los caprichos de políticos liberticidas como los de Podemos, pero también por la inacción de muchos ciudadanos que prefieren callar y mirar hacia otro lado, o que incluso aplauden el atropello del derecho ajeno por el mero hecho de que coincide con sus miras ideológicas. Estos abusos, obvia decirlo, se usan en muchos casos para imponer en la enseñanza las tesis políticas e ideológicas del político de turno. Que Podemos esté usando ya las cabalgas de Reyes Magos para imponernos sus ideas es un paso más de esa deriva autoritaria en la que ha entrado nuestra democracia. Un paso especialmente miserable, como lo es toda imposición política que tiene como víctimas a los niños, y más aún en unas fechas y en un evento -ligado a una fiesta religiosa, por cierto- en los que los niños deberían ser los protagonistas. Ya está bien de aguantar a políticos que toman a los niños españoles por sus juguetes particulares. Eso es lo propio de las dictaduras -sí, de dictaduras como las que tiene Podemos como referentes-, y no de las democracias.