Adiós, señor Rajoy

Lun 6·3·2006 · 0:35 0


Decepcionante. No se me ocurre otra palabra para calificar el discurso de clausura de Mariano Rajoy, con el que cerró la Convención Nacional del Partido Popular este fin de semana. Atención a lo siguiente:

"Lo que necesitan los jóvenes es formación, es enseñanza, es capacitación. Ellos sabrán desenvolverse, pero a nosotros corresponde asegurarles los instrumentos."

"Nuestra tasa de natalidad, que es la más baja de Europa, precisa que tomemos en serio todo lo que ayude a conciliar la vida laboral y familiar."

Estas dos son las únicas referencias a la familia y a la educación que ha habido en el discurso de Rajoy, y eso que fue un discurso largo. No tienen nada de especial, simples obviedades. En esto resume Rajoy las inquietudes de muchísimos ciudadanos que salimos a la calle el año pasado en dos de las movilizaciones más importantes de la historia de España: la manifestación del 18 de junio por la familia, y la manifestación del 12 de noviembre por la libertad de enseñanza. Por supuesto, del derecho a la vida, ni pío.

Pero no son las únicas ausencias. En el discurso de Rajoy -un largo discurso, insisto- no se mencionan palabras tan elementales como "justicia" o "libertad". Respecto a la primera, ¿será que a Rajoy no le parece preocupante la justicia tanto en el ámbito social como en el jurídico? ¿Tan bien está España y el mundo como para no hacer siquiera mención a una palabra tan hermosa y necesitada de cuidados como ésa? Sobre la libertad, me quedo más perplejo todavía, porque en teoría el PP -y se nota- está derivando hacia un partido de corte liberal-reformista. ¿Es que a los liberales tan poco les importa la libertad que ni siquiera la mencionan en sus discursos?

Y sigo el recuento. En su discurso de clausura, Rajoy tampoco citó la palabra "democracia" (salvo para hacer mención a los representantes de la Democracia Cristiana chilena presentes en el evento). La palabra "solidaridad" la citó dos veces: una para referirse a las muestras de cariño de los invitados a la Convención, y otra para referirse a la solidaridad intergeneracional. ¡Cualquiera diría que asistimos a la quiebra de la solidaridad interterritorial en España y a uno de los momentos más críticos de nuestra democracia, señor Rajoy! ¡Cualquier diría que la falta de solidaridad con los que menos tienen es una de las principales lacras de este Occidente egoísta en el que vivimos!

En fin, concluyo que el presidente del Partido Popular no se entera. Este señor no se ha dado cuenta de en qué mundo vive, ni de cuál es la situación de España, ni tan siquiera de la suya propia como líder del principal partido de la oposición en unos momentos tan críticos como los que vivimos. Rajoy contesta a las ilusiones y a las esperanzas de cambio de millones de españoles con un discurso apagado y vacío, una disertación propia de un burócrata, pero no de un líder político. He considerado durante mucho tiempo que uno de los más graves errores de Aznar fue designar sucesor en la persona de don Mariano. Me da rabia tener que decir que el tiempo está confirmando esta idea.

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