Ha nacido un nuevo partido nacionalista

Sobre los resultados electorales de ayer se han hecho y se están haciendo muchos comentarios. De unos cuantos que he leído me han llamado la atención aquellos que se felicitan del hundimiento de una formación nacionalista como ERC, o de la bajada de votos del PNV (que a pesar de sus pérdidas, sólo tiene un escaño menos). Significativamente, CiU y el BNG mantienen sus fuerzas intactas, algo significativo en el caso de los nacionalistas gallegos, que han sabido compensar su constante pérdida de votos con la rentabilización del mangoneo que le han hecho a Zapatero a cuenta del intento de recursación de Magdalena Álvarez. Sin embargo, dichos análisis pasan por alto un dato importante, y es que ha nacido un nuevo partido nacionalista.

Ese partido no es otro que el PSOE, obviamente. Zapatero ha mantenido a duras penas el resultado electoral de 2004, a costa de perder votos moderados y no nacionalistas en favor del PP y sobre todo de UPyD, y compensando esa pérdida con las bajas de Izquierda Unida pero muy especialmente con el descalabro de ERC. Ahora sabemos a qué responda la campaña extremista, sucia y digna de una república bananera que organizó el PSC en Cataluña: se propusieron ganarse el voto más radical y lo han conseguido.

El caso es que ahora tenemos un PSOE en el poder que tiene una elevadísima hipoteca catalana. Zapatero es rehén del nacionalismo catalán, un nacionalismo al que el PSC se sumó hace tiempo, asumiendo como suyas las tesis más disparatadas de CiU y de ERC, empezando por la pretensión de organizar dentro de unos años un referéndum de autodeterminación idéntico al que quiere organizar Ibarretxe en el País Vasco para dentro de unos meses.

El día que eso ocurra, ¿qué hará Zapatero? Le debe su victoria en estas elecciones a los escaños del PSC. Los socialistas catalanes son, hoy por hoy, los dueños de la política nacional gracias a la conducta servil de Zapatero hacia la Generalitat de Montilla. Así pues, lejos de cumplirse las bonitas promesas que Zapatero hizo anoche, el mantenimiento del PSOE en unas posiciones radicales anuncia una legislatura todavía más cargada de odio, enfrentamiento, crispación y agresiones a los derechos y libertades de los ciudadanos, agresiones que -por cierto- tienen en Cataluña uno de sus principales escenarios.

No podemos olvidar, en este sentido, el apoyo de Zapatero en plena campaña electoral a una medida tan profundamente antidemocrática como las multas a los comerciantes catalanes que no rotulan sus comercios en catalán. Esta medida, propia de una dictadura e impropia de un país democrático que pertenece a la Unión Europea, demuestra hasta qué punto Zapatero está dispuesto a plegarse y promover los mayores atentados contra las libertades si con ello consigue los apoyos necesarios para seguir mandando.

Ante ello, ¿qué cabe hacer? Pues de partida, ponernos manos a la obra ya. No podemos permitir que se agredan las libertades y los derechos de los españoles como si eso no fuera con nosotros. Tenemos que plantar cara a estas agresiones y demostrar que en España sigue habiendo millones de ciudadanos que no estamos dispuestos a tolerar que se recorte nuestra democracia. Lo hemos conseguido en esta última legislatura e iremos a más estos próximos cuatro años. Zapatero nos tendra que seguir aguantando en tanto siga empeñado en gobernar al servicio de una minoría radicalizada.

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