Vigo: abortistas dan a entender que no poseen cuerpos humanos

La ofensiva del lobby del aborto contra los derechos humanos de los niños y niñas por nacer ha tenido hoy en Vigo una de sus más surrealistas y absurdas ocurrencias: docenas de abortistas han ido a inscribir sus cuerpos en el Registro Mercantil.

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Estas ignorantes parecen no haberse leído el Real Decreto 1784/1996, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Registro Mercantil, concretamente su Artículo 2:

"El Registro Mercantil tiene por objeto:

a) La inscripción de los empresarios y demás sujetos establecidos por la Ley, y de los actos y contratos relativos a los mismos que determinen la Ley y este Reglamento.

b) La legalización de los libros de los empresarios, el nombramiento de expertos independientes y de auditores de cuentas y el depósito y publicidad de los documentos contables.

c) La centralización y publicación de la información registral, que será llevada a cabo por el Registro Mercantil Central en los términos prevenidos por este Reglamento."

Dicho sea de otra forma: entre los fines del Registro Mercantil no está inscribir cuerpos humanos. Por si las abortistas iletradas aún no lo han pillado -desconfío de la capacidad intelectual de quienes sostienen que las mujeres conciben seres no humanos, o incluso seres no vivos-, diré que inscribir ahí sus cuerpos es tan absurdo como ir a hacerlo al Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico. Claro que al paso que vamos, todo llegará...

Que las abortistas lleven a cabo una acción con la que dan a entender que no poseen cuerpos humanos, sino sociedades mercantiles, es una más de la pendiente resbaladiza de falta de argumentos y de pobreza intelectual con que nos obsequian a diario los defensores del aborto. Lo que sí me pregunto es: ¿creerán las abortistas que el embarazo es un acto mercantil, y que los hijos son una mercancía? ¿Tan patética e irrespetuosa es la imagen que tienen de las madres? Cada vez estoy más convencido de que el feminismo de género, una burda caricatura del feminismo originario, ya no pretende defender los derechos de las mujeres. Este feminismo radical parece tener como fin despreciar por completo la condición femenina en un absurdo complejo de inferioridad hacia los hombres. Así es como desprecian una facultad exclusiva de las mujeres como es la maternidad, insultando a la propia dignidad de la mujer al atribuirle un "derecho" a matar a su descendencia antes de que vea la luz. Yo me sentiría insultado si un mamarracho se erigiese en defensor de los hombres atribuyéndonos un derecho a abandonar a nuestros hijos, presentando tal irresponsabilidad como el no va más de la masculinidad. Pero al feminismo radical no le llega con eso: reclama un derecho a matar, y lo hace pisoteando la ciencia y la razón, y ahora también tratando a las mujeres como mercancías y librando al varón de toda responsabilidad sobre el embarazo. Con feministas así no hacen falta machistas.