La ultraizquierda quiere a los creyentes legalmente indefensos ante los acosos

Si acosas y agredes al que no opina como tú te arriesgas a acabar agarrado por el cuello

Hoy en día se habla mucho del bullying o acoso escolar, un problema que parece algo novedoso porque ahora se graba con móviles, pero que algunos ya vivimos hace décadas.

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Un ejemplo de lo que puede pasar si el acosado no es tan inofensivo

Mi caso ocurrió a comienzos de la década de 1990. Un día uno de los acosadores se sintió crecido y decidió empujar mi pupitre y echármelo encima. Muy enfadado, me lancé contra el acosador y le empujé hasta estamparlo contra el encerado del aula. Ya estaba harto. En ese momento entró el profesor. Aún recuerdo su cara de sorpresa cuando me vio agarrando a mi compañero por el cuello de la camisa, pegado al encerado, con ganas de darle un puñetazo. Lo que no cuadraba en aquella escena era yo, un tipo más bien callado y que nunca se metía en líos. No recuerdo ya cómo se resolvió aquello -la peor bronca, desde luego, no me la llevé yo-, pero sí recuerdo que en el siguiente cambio de clase, cuando no estaba el profesor, el acosador en cuestión lanzó contra mí, a mis espaldas, todo tipo de amenazas. Ladró mucho, pero no intentó ponerme nunca más la mano encima, ni él ni ningún otro. Habían captado el mensaje. Con el paso de los meses, acabamos olvidando el asunto y volviendo a una relativa normalidad. La primera enseñanza que saqué de aquello es que dejarse pisotear sólo conlleva a que los acosadores se sientan crecidos. Tienes que hacerte respetar. En mi caso aguanté demasiado. Debí decírselo a algún profesor antes de llegar a las manos, pero denunciar un acoso y quedar como un chivato es algo muy estigmatizado entre los escolares, algo muy estúpido, en mi opinión. Que haya miserables que se amparan en el grupo para abusar de los más débiles o de los que les parecen inofensivos es una de las mayores lacras que te puedes encontrar en un colegio o en un país. Lamentablemente, es una lacra tan vieja como la humanidad. Sé que nunca llegará a erradicarse del todo, pero lo que tiene que hacer la sociedad es intentar poner todos los medios para disuadir a todo potencial acosador, castigar al que acosa y, sobre todo, apoyar a la víctima. Si esto falla, mal vamos.

Ahora los acosadores tienen diputados e incluso aspiran a gobernar

El gran problema que tiene nuestra sociedad es que hay gente que piensa, por motivos ideológicos, que ciertas agresiones son justificables, e incluso tienen representación en el Parlamento. En las últimas semanas hemos visto justificaciones del asalto a una capilla universitaria en Madrid, ocurrido en 2011. Ese asalto se desarrolló de forma violenta, entrando de malos modos en un recinto reservado para la oración, empujando al capellán, insultando y lanzando amenazas contra los católicos que allí estaban, y haciendo pintadas insultantes en el exterior del templo. Todo ello perpetrado por varias docenas de energúmenos que se ampararon en su número para humillar y atemorizar a unas cuantas personas allí presentes, simplemente porque no les agradan sus creencias. No ha sido un caso aislado. En 2013 ultras abortistas asaltaron una iglesia en Sabadell en plena Nochebuena, interrumpiendo la Misa del Gallo, una celebración del nacimiento de Cristo en la que la paz es uno de los mensajes centrales. Muchas veces he pensado qué haría yo si estuviese ante una situación así. Cuando te agreden no te queda otra que defenderte, pero la casa de Dios no son lugar para peleas y la cosa tendría que ser muy grave para que llegue a eso. Si asaltos como los citados no han acabado con peleas entre asaltantes y asaltados es porque la ultraizquierda sabe que cuando agrede a los católicos va contra gente llamada a presentar la otra mejilla. Es la cobardía de quien ataca a otro pensando que es inofensivo.

Si nos dejan legalmente indefensos, nos defendernos por nuestra cuenta

Pero a ciertos acosadores no les basta con atacar al débil, o al que piensa que es inofensivo. Además, quieren garantizarse que nadie salga en defensa del acosado. El pasado mes de noviembre, durante la campaña para las Elecciones Generales del 20 de diciembre, Podemos anunció que pretende derogar los artículos del Código Penal que amparan el ejercicio de la libertad religiosa frente a agresiones como las citadas. Es decir, que no sólo no tienen la más mínima intención de dejar de cometer actos de acoso como ésos, sino que además quieren dejar totalmente indefensos a los acosados, de modo que no puedan recurrir ni a la Policía ni a un juez para que les protejan frente a los acosadores. Es su forma de tirarnos el pupitre encima, el colmo de la chulería y de la prepotencia. El riesgo que corren todos los acosadores es que se crean que incluso así están a salvo de recibir su merecido. No se dan cuenta de que llegado ese día, no nos dejarán otra salida que coger al acosador por la camisa y defendernos por nuestra cuenta. Y ahora decidan, señores de Podemos, si quieren probar el encerado como lo hizo aquel compañero de clase.

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Comentarios:

  1. Luego dirán que vuelve la extrema derecha. Se lo están buscando.

  2. Russell

    Eso tiene su peligro.

    A mí me pasó algo parecido. En sexto uno de los matones de la clase se enteró de que el empollón, yo, iba a judo. Quiso demostrarme que no servía para nada y me agarró por la espalda del cuello. Me salió instintivamente, le hice un barrido con el pié, me dejé caer sobre él y lo inmobilicé en el suelo. Las semanas siguientes fueron agotadoras porque el matón, aunque me respetaba un poco más no paraba de buscar la revancha y el resto de matones decidieron que el rango lo establecerían según me tumbasen o no y la rapidez del combate.

  3. asertus

    Los acosadores que ahora tienen diputados no están ahí por casualidad. Han sido concebidos en una Universidad Pública madrileña durante los 20 años que el PP ha gobernado en la Comunidad de Madrid, han sido jaleados por los medios de derechas (Intereconomía, etc..) hasta que, al despuntar lo suficiente han sido apadrinados por los medios de comunicación de izquierdas, para seguir en su campaña contra la mitad o más del a sociedad española.

    Esos medios, por cierto, con licencia concedida por gobiernos de derecha, e incluso salvados financieramente por ellos, seguramente con fraude de ley.

    Además, esos mismos acosadores son tratados con mimo por Hacienda, (gestionada por el PP) siendo público que están financiados por regímenes poco homologables democráticamente extranjeros, con claro interés de desestabilizar España….

    Creo que los acosados deberían comenzar por defenderse de «los suyos» primero.

  4. A los señores de Podemos, con cargos altos, bajos o medianos : Que poco se parecen sus acciones actuales a sus comienzos engañosos. Claro que como una cosa es predicar y otra muy diferente es dar trigo, ahí radica su diferencia. Yo estoy convencido que pedirles un comportamiento normal, ( por lo anormales que ellos se muestran ), hoy es un imposible. Si lo hacen ellos, casi es normal ; pero si se lo hacen a ellos, es un abuso propio de dictadores o poco menos. Y dicho esto, me refiero a esa chica quer ante el juez, se mostraba como si fuese tonta , cosa que no parecía el dia que asaltaban la capilla y que parecia la reina de Java. Por ambas cosas, tanto si es tonta, como si es orgullosa o sinvergüenza; dicho personaje ,produce antipatía a gran cantidad de personas y es por lo que firme antes y ahora pido que desaparezca de la vida política y n os deje de ofender a los que pedimos normalidad en todas las facetas de la vida. Saludos

  5. Ignacio saiz

    Hay dos cosas que quiero comentar. En primer lugar lo que le paso a russell, hay un libro, «el juego de Ender» en el que el protagonista se ve forzado a defenderse pero no se limita a inmobilizar o empujar contra el encerado, le metio tal paliza que el otro chico quedo malparado.
    Al hilo de esto, lo importante es que la izquierda no aprende, piensan que pueden hacer sus revoluciones y no nos vamos a defender, y es cierto que tenemos mucho aguante y creemos en el perdon y en poner la otra mejilla, pero igual que en el 36 hay un punto en el que la gente se defiende, y entonces no se defiende acudiendo a la asociacion de teatro de pablo iglesias a dar un mitin o a enseñar los genitales, se defiende sacando las armas a la calle y montando una guerra civil.

    Yo no digo que eso sea lo que vaya a pasar ni lo que yo quiera que pase, lo que digo es que si hay que acabar con el acoso, hay que hacerlo de tal manera que al maton le queden muy pocas ganas de volver a acosar a nadie.

  6. sanabria

    Groseria ,ordinariez ,mala educacion, imposicion de su voluntad por la fuerza y no respetar la libertad de los demas ,es lo que caracteriza a la llamada IZQUIERDA.Y no sigo.

  7. jam, bcn

    Yo también fui acosado, con trece años. El empollón de la clase, gafotas cuatro ojos, regordete sobreprotegido y tal. La gente de mi casa me decían que pasara, que no hiciese caso. Pero es difícil no hacer caso cuando es uno el agredido.
    Total, aquello duró hasta que planté cara. Ni siquiera me hizo falta dar un puñetazo. Bastó con dejar claro que la cosa ya pasaba de castaño oscuro. En clase, y en la calle.

    Y es que los acosadores suelen ser cobardes que se crecen con la adulación de los miedicas que casi todos somos de niños. Hasta que uno agarra el miedo del cuello.

  8. Rusell, la alternativa era dejarte pisotear sin más. ¿Qué habrías hecho si pudieses elegir ahora?

  9. pacococo

    la idea de la otra mejilla es que se pone por amor a Dios y como expiación de los pecados, por eso no nos defendemos y estos cretinos creen que es por cobardía. Sin embargo hay un fino equilibrio entre poner la mejilla y hacerse respetar. Nosotros, pobres católicos de a pié, lo tenemos complicado, lo malo es que la jerarquía, que se supone tiene esa finura no hace nada la respecto, es más parece que les está diciendo que adelante.

    Lo que está claro es que utilizar un arrebato para calentar el cuerpo a unos soplagaitas, de manera puntual, lo que crea es efecto rebote y que se produzca más acoso. La acción debe ser coordinada, como son coordinados los ultrajes, pero nos falta el coordinador. Y no estoy diciendo que haya que golpear, sólo que hay que tomar medidas.

    Pero la situación de acoso es algo muy complicado. En estos momentos el acosado lleva siempre las de perder. Ya que Elentir ha puesto su ejemplo, si fuera hoy día, al entrar el profesor y verlo «agrediendo» al otro, si no lo expulsaran sería un milagro.

    Se están dando casos de acosados que han hablado con los tutores y han salido muy perjudicados, con sentimiento de culpabilidad.

    No nos pase a nosotros lo mismo ante estos perroflautas.

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