7 cosas que tendría que hacer Rajoy si es verdad que no cree en muros ni fronteras

El pasado jueves en Onda Cero Mariano Rajoy dijo que no cree en los muros, pero que "no tiene sentido que se abran fronteras en todas partes del mundo". Hoy ha matizado sus palabras.

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Ahora dice Rajoy que él no está a favor de las fronteras

En una comparecencia ante los medios, el presidente del Gobierno de España ha declarado: "Yo no estoy a favor de los vetos ni estoy a favor de las fronteras". Es decir, que en solo 5 días ha pasado de creer que no tiene sentido abrir todas las fronteras, a estar en contra de las fronteras mismas. Con esto Rajoy no se apunta al internacionalismo ni nada parecido, sino al marxismo estilo Groucho: "Éstos son mis principios. Si no le gustan... tengo otros."

Lo que pasaría si Rajoy actuase de acuerdo con sus declaraciones

Pero imaginemos que la tontería que ha dicho hoy el encargado de velar por nuestras fronteras fuese algo que creyese en serio. Imaginemos que lo ha dicho por convicción y que no va a decir otra cosa distinta en unos días, actuando como la veleta ideológica en la que se ha convertido su partido. Lo que tendría que hacer para ser coherente -por una vez- es lo siguiente:

1. Tirar las verjas de Ceuta y Melilla y abrir esas fronteras. Que pasen libremente todos los que quieran entrar, traficantes, delincuentes y yihadistas incluidos. Seguro que los votantes de Rajoy le agradecerían en las urnas esa contribución a la seguridad de España.
2. Tirar los muros del Palacio de La Moncloa. No sería de recibo que le parezcan mal los muros que protegen nuestras fronteras y a la vez apoye los muros que le protegen a él y a su familia.
3. Permitir que los españoles elijan el país a cuyas leyes desean seguir. Uno de los objetivos de las fronteras es delimitar la jurisdicción de un Estado. Si a Rajoy no le gustan, ¿por qué nos obliga a seguir las leyes que hacen los políticos españoles? Yo, por ejemplo, desearía tener la regulación de autónomos de Holanda y la libertad lingüística de Finlandia.
4. Permitir que los nacidos en España elijan su nacionalidad y dónde pagan impuestos. Las fronteras sirven para diferenciar a los países. Si a Rajoy no le gustan, lo coherente es que nos permita elegir la nacionalidad que deseamos tener y dónde queremos pagar impuestos. A mí me encanta ser español, pero confieso que me tienta la baja presión fiscal de Irlanda.
5. Disolver el Servicio de Vigilancia Aduanera. No sólo hay fronteras terrestres, sino también marítimas. Este cuerpo policial hace una valiosa labor en la lucha contra el narcotráfico, el contrabando y el blanqueo de capitales. Pero ¿qué sentido tiene sin fronteras? Dejemos que narcos, contrabandistas y blanqueadores circulen a sus anchas.
6. Cesar la vigilancia de nuestras aguas territoriales y nuestra zona económica exclusiva por parte de la Armada. Ésa es una de las funciones de nuestra fuerza naval. La desarrollan el personal y los navíos de la Fuerza de Accción Marítima. Pero si quitamos las fronteras, lo que incluye también las marítimas, esa labor pierde su sentido. Cualquiera podría venir a pescar en nuestras aguas tanto como le dé la gana, hasta agotar nuestros recursos. Seguro que nuestros pescadores y ecologistas estarían encantados con la medida.
7. Acabar con el Estado de las Autonomías. No tiene sentido que Rajoy diga que no apoya las fronteras, y al mismo tiempo tener a los españoles divididos en 17 jurisdicciones autonómicas que nos hacen desiguales ante la ley, impidiendo, por ejemplo, que un niño de Orense pueda escolarizarse en español, cosa que sí puede hacer uno de la vecina provincia de Zamora. Eso por no hablar de la desigualdad que supone la diferencia entre el infierno fiscal andaluz y el paraíso fiscal vasco, por ejemplo.

¿Qué, don Mariano? ¿Por qué punto quiere usted empezar?

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(Foto: Libertad Digital)