Un 68,5% de los españoles somos católicos: ¿la "inclusividad" no nos incluye?

Una feminista critica que no haya lesbianas en el gobierno español: ¿y cuántos católicos hay?

Marta Borraz se queja: "¿Dónde están las lesbianas? La lista podría seguir... ¿dónde están las personas trans? ¿y las bisexuales? ¿las racializadas? ¿las que tienen diversidad funcional?"

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Esta reflexión aparecía anteayer en el diario ultraizquierdista de Ignacio Escolar, en un artículo titulado "Dos ministros gays visibles en el Gobierno: ¿Y dónde están las lesbianas?". Borraz, que se declara "feminista" en su Twitter, carga contra el gobierno de Sánchez apelando a la declaración en la que el dirigente socialista afirmó que su gabinete "aspira a ser el fiel reflejo de una sociedad como la española". No comparto la idea de que un gobierno tenga que ser como un escaparate que muestre todas las preferencias sexuales de los españoles. Ya sé que los asuntos de la entrepierna son los únicos que le importan últimamente a la izquierda, pero esto ya roza lo absurdo.

Sólo una persona católica en el Gobierno de un país con un 68,5% de católicos

Si nos ponemos puntillosos, ¿por qué sólo habrían de estar representadas las preferencias sexuales en el Gobierno? Los españoles también tenemos inquietudes espirituales. Un 68,5% nos declaramos católicos. ¿Hay un número proporcional de católicos en el gobierno, acaso? Que a mí me conste, la única persona católica del Gobierno es la Ministra de Educación, Isabel Celaá, y se opone a la asignatura de religión, es decir, niega a los padres católicos el derecho que les reconoce la Constitución (Art.27) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art.18). Por un momento, imaginemos que el 68,5% de los españoles fuesen homosexuales y sólo hubiese uno en el gobierno y, además, negase a los demás homosexuales sus derechos humanos. ¿Eso les parecería "inclusivo" a los progresistas? Es más: en 2004, siendo consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, la ahora vicepresidenta Carmen Calvo atacó a la Iglesia Católica afirmando no entender "qué hace todavía en este país", y eso para referirse a una España -insisto- con una amplia mayoría de católicos. ¿Esto entiende la izquierda por "inclusividad"?

Sólo un persona con experiencia en el sector privado en un país con un 83,51% de ocupados en ese sector

Por otra parte, de los 18 miembros del Gobierno sólo uno, Máxim Huerta, ha trabajado en el sector privado. La cifra es realmente sorprendente, aunque no tanto si tenemos en cuenta que sólo el 36% de los actuales diputados -el 22% en el caso de los del PSOE- han trabajado en el sector privado. Hay que señalar que, según datos de la EPA, de los 18,87 millones de españoles ocupados, 15,76 millones (el 83,51%) trabajamos en el sector privado. ¿Cómo puede gobernar para esta amplia parte de la población ocupada un ejecutivo en el que casi no hay nadie que sepa lo que implica trabajar en una empresa privada, o fundar y sostener una? ¿Acaso los asuntos relativos a nuestro sustento son irrelevantes al lado de los referidos a nuestra sexualidad?

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Comentarios:

  1. Víctor

    Como decía Unamuno: Me duele España.

  2. Gustavo Cimorra Moreno

    Pues dada la diversidad de nombramientos igual sí que hay algunas pero no han salido del armario o de la mesilla de noche

  3. Blanca

    En efecto, son ridículos hasta hartarse . De todos formas no sé de qué se queja, con dos gays como la copa de un pino…

  4. Luis Recinos

    Interesante lectura, Elentir. Bueno, al menos ahora ya estamos claros en lo que para la izquierda significa el término «inclusividad»: significa lo que a ellos les interese que signifique. Y lo mismo se puede decir de los términos «igualdad», «diversidad», «social» etc. Este último término es interesante y Hayek, en su libro «La Fatal Arrogancia» dice: «Aun cuando sea tan equívoco el sustantivo <>, mucho más lo es el adjetivo <>, que probablemente se ha convertido en la principal fuente de confusión de nuestro vocabulario moral y político» (P.183). De tal suerte, ya no deberá sorprender que los significados de los significantes se modifiquen ad hoc.
    Interesante también esa extraña relación entre sexualidad, ideología y política, tema al cual Nicolás Márquez (en Márquez,N. y Laje, A. El Libro Negro de la Nueva Izquierda)le ha dedicado varios capítulos. Lectura obligada para entender el asunto.
    Ahora, con respecto a que sólo uno de lxs nuevxs ministrxs ha tenido experiencia laboral en el sector privado, nada sorprendente. En realidad, la mayor parte de los políticos en cualquier parte del mundo nunca han sido partícipes del sector productivo. La burocracia no produce, solo consume, y vive de los impuestos pagados por los que sí producen. Eso se llama, «redistribución de riqueza.» Bueno, en fin. Saludos.

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