A falta de sólidos argumentos científicos y morales para respaldar la matanza de hijos por nacer en el vientre materno, el lobby abortista se está acostumbrando a lanzar enormes disparates.
Sin darse cuenta contradice una de las más habituales mentiras abortistas
El último de esos disparates lo ha lanzado Leah Torres, una abortista de Utah (Estados Unidos). En respuesta a una tuitera provida, Torres afirmó: "para convertirse en un feto, uno necesita el permiso para residir en el útero de alguien y poner esa salud personal en peligro". Podéis ver aquí el tuiteo en cuestión, que ha recibido una avalancha de críticas:
And to become a fetus, one needs permission to reside in someone’s uterus and put that person’s health in jeopardy.
— Leah Torres, MD (@LeahNTorres) 28 de noviembre de 2018
Torres parece pasar por alto un detalle: los permisos de residencia sólo se exigen a seres humanos, lo cual contradice la más habitual de las mentiras abortistas, aquella que niega la humanidad de los hijos por nacer para justificar su eliminación. Pero además, esos permisos se les exigen a personas que quieren residir de forma permanente en un país que no es el suyo. Un hijo por nacer está en el vientre de su madre: es un sitio donde nadie es un "extranjero".
"Mi madre biológica me dio permiso", asegura la abortista
Abundando en su falaz afirmación, Torres publicó otro tuiteo afirmando: "Mi madre biológica me dio permiso". La abortista no explica en qué momento y por qué medio solicitó ese permiso de residencia. ¿En documento impreso y por duplicado, quizá? Lo que sí resulta interesante es que ella misma reconoce ser la receptora de ese permiso. Es decir, que se considera la misma persona que era en su etapa embrionaria. Esto choca con otra de las falacias favoritas de los abortistas, según la cual un hijo por nacer se convierte en un ser humano por arte de magia en el momento en que a los abortistas les viene bien (12, 14 o 22 semanas, o incluso en el momento del parto), sin que en ninguno de esos momentos la ciencia haya sido capaz de detectar cambios biológicos sustanciales en ese ser humano. Es el gran inconveniente de mentir por sistema, es decir, de decir constantemente lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar: hay que estar siempre concentrado en repetir esa mentira porque al menor despiste, la verdad sale a la luz.
Plantea el aborto como una pena de muerte anticipada por si el niño se convierte en un asesino
Finalmente, en otro tuiteo publicado anoche, Leah Torres recurrió a otra de las falacias más habituales de los abortistas: justificar la eliminación de un hijo por nacer por la posibilidad de que pueda ser una mala persona, es decir, una pena de muerte dictada con antelación a cualquier crimen que pueda cometer ese ser humano a lo largo de su vida. Torres lo planteó así: "El niño podría crecer para ser Charles Manson o Jeffrey Dahmer", en referencia a dos de los asesinos en serie más famosos de EEUU. Este argumento, además de absurdo, es muy peligroso. Si aceptamos el hecho de que alguien pueda ser castigado por delitos que no ha cometido, ante la duda de que exista la mera posibilidad de que algún día los cometa, ¿qué será lo siguiente? ¿Pedir que a tu vecino le lleven a prisión porque crees que algún momento te puede robar? Cada falacia abortista conduce irremediablemente a una sociedad en la que impera la sinrazón.
Por otra parte, hay que recordar que uno de los principios básicos del Derecho es el "in dubio pro reo", que ampara el derecho a la presunción de inocencia. Ese principio establece que, en caso de duda, el juez debe dictar sentencia favorable al acusado. Este principio se basa en un planteamiento muy elemental: a falta de pruebas, es mejor correr el riesgo de dejar libre a un posible culpable que correr el riesgo de castigar a inocente. Pero lo que sugiera la abortista Leah Torres es justamente lo contrario. En vez de respetar la presunción de inocencia, que es un derecho humanos sin el cual no puede haber democracia, la abortista pretende que al hijo por nacer se le aplique una presunción de culpabilidad para justificar que se le aplique la pena de muerte. Es un planteamiento monstruoso y puramente totalitario.
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Comentarios:
Vincentius
Femilocas dignas de un tratado de psiquiatría y maldad. Esta sí que no es humana, es una «orca psicópata». Vamos, los orcos de Sauron tienen más humanidad.
22:09 | 29/11/18
Sharovarov
El permiso de residencia en el cerebro de Leah Torres que las neuronas solicitaron fue denegado, ¿no?
22:27 | 29/11/18
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